Desde que tiene consciencia, al reconocido biólogo Dave Goulson siempre le han fascinado los insectos. De niƱo quiso coleccionar todas las especies que vivĆan cerca de su casa y su amor hacia ellos era tal que intentaba curar a los que encontraba enfermos (aunque los resultados muchas veces fueran lo contrario).
Una pasión que fue creciendo con el tiempo y que hizo que un dĆa se fijara especialmente en el comportamiento de los abejorros. ĀæPor quĆ© vuelan de flor en flor y se desvĆan de algunas sin aterrizar como si hubiera algo malo en ellas?, se preguntó Goulson hace unos 30 aƱos.
Una anĆ©cdota que le llevó a estudiarlos a fondo durante cinco aƱos y a descubrir que son mĆ”s inteligentes de lo que creemos. Ā«Los grandes intelectuales del mundo de los insectosĀ», llega a afirmar el propio biólogo. Ahora, ha dejado por escrito esa relación con ellos en Una historia con aguijón (CapitĆ”n Swing. Porque, aunque no lo creamos, sin ellos la vida serĆa (casi) imposible.

Tu relación con los insectos ha sido siempre muy especial, hasta el punto de que cuando eras pequeƱo intentabas curarlos. Los llegas a humanizar. ĀæPor quĆ© crees que la mayorĆa de nosotros no le damos la misma importancia que a otras especies? ĀæPor quĆ© muchos incluso los vemos como algo molesto?
SegĆŗn mi experiencia, a la mayorĆa de los niƱos les gustan los insectos si se les da la oportunidad de interactuar con ellos y verlos de cerca. El problema es que gran parte de los niƱos viven en ciudades y rara vez se encuentran con ellos, por lo que cuando son adolescentes o adultos, suelen mirarlos con recelo debido a la ignorancia. AdemĆ”s, los insectos son, en su mayorĆa, pequeƱos y de aspecto bastante extraterrestre. Unos pocos invaden nuestras casas, nos pican o muerden, y logran dar mala fama al resto.
Para mĆ, esto es terriblemente triste, porque la mayorĆa de ellos son beneficiosos y realizan todo tipo de trabajos importantes para los ecosistemas, como la polinización, el reciclaje, el control de plagas, etc. Son alimento para pĆ”jaros, murciĆ©lagos, peces, ranas o lagartijas. Pero tambiĆ©n son hermosos, y con vidas extraƱas e interesantes, si uno se toma el suficiente tiempo observĆ”ndolos.
Aparte de observÔndolos, ¿cómo crees que podemos cambiar esa relación que tenemos con ellos?
Me encantarĆa ver a los niƱos de todas las edades recibir una lección al aire libre sobre la naturaleza como parte del plan de estudios escolar, para que crezcan familiarizados con los insectos y el resto de nuestro mundo natural. Para que entiendan que somos parte de Ć©l. Si queremos ayudar a que esto suceda, serĆa interesante pedir a los maestros que asistan a un curso en el campo para conocer el entorno y que asĆ puedan adquirir el conocimiento para luego entusiasmar a los niƱos.
QuizĆ” otra forma serĆa conociĆ©ndolos mejor, sabiendo mĆ”s de ellos. DespuĆ©s de estudiarlos tanto tiempo, ĀæquĆ© es lo que mĆ”s te sorprende del comportamiento de los abejorros?
Algunos estudios cientĆficos recientes han encontrado que las abejas pueden aprender a reconocer y distinguir las caras humanas. Los abejorros han sido incluso entrenados para jugar al fĆŗtbol: pueden aprender a hacer rodar una pelota dentro de un agujero para obtener nĆ©ctar. Ā”Los abejorros son muy inteligentes!

A dĆa de hoy se encuentran en una situación complicada, porque se estĆ”n extinguiendo. ĀæCómo han llegado a esta situación? ĀæPor quĆ© estĆ” ocurriendo esto?
Los humanos les hemos complicado mucho la vida. La agricultura moderna e intensiva es un medio hostil para ellos. Allà hay menos flores y, cuando una abeja encuentra una, estÔ contaminada por pesticidas. También hemos propagado accidentalmente enfermedades de abejas extranjeras en todo el mundo.
Los maltratamos, pero sin ellos no podemos vivir. ¿Por qué son tan importantes?
El ochenta por ciento de todas las especies de plantas de nuestro planeta necesitan a los insectos para realizar la polinización. Sin ellos, no darĆan semillas y disminuirĆan en gran cantidad. AdemĆ”s, el 70% de los cultivos que plantamos no darĆan una buena cosecha sin polinizadores. Para que te hagas una idea, casi todos los tomates que consumes fueron polinizados por un abejorro. Mucha gente se morirĆa de hambre si no tuviĆ©ramos abejorros y otros insectos polinizadores.
¿Cómo podemos hacer, entonces, para reducir ese impacto a nivel individual?
Cualquiera que tenga un jardĆn puede cultivar fĆ”cilmente flores que proporcionen alimento a las abejas. AdemĆ”s, es importe no comprar ni usar pesticidas. Pero si no tienes un jardĆn, quizĆ” podrĆas empezar una campaƱa para que tu ayuntamiento deje Ć”reas silvestres en los parques y no use pesticidas. TambiĆ©n comprar alimentos orgĆ”nicos, si puedes permitĆrtelo, y votar a polĆticos que se tomen en serio los problemas ambientales. Corre la voz: cuĆ©ntales a tus amigos y vecinos por quĆ© debemos cuidar a las abejas y a los insectos.
DecĆas antes que una de las causas por las que se estĆ”n extinguiendo es la agricultura intensiva. ĀæCómo podrĆan ayudar los agricultores y los granjeros?
QuizĆ” el mayor desafĆo al que se enfrenta la humanidad es averiguar cómo alimentar a 10.000 millones de personas en 2050 sin destruir el planeta. La agricultura industrial actual estĆ” daƱando los suelos, acabando con la biodiversidad, contaminando rĆos, lagos y mares, y contribuyendo mucho al cambio climĆ”tico. Necesitamos ayudar a los agricultores a reducir masivamente el uso de pesticidas, a cuidar el suelo y a incentivar a los polinizadores. Un cambio hacia la agricultura orgĆ”nica y el fin de la granjas industriales de ganado serĆa de gran ayuda.