12 de julio 2013    /   ENTRETENIMIENTO
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Adelante, esta es mi casa (o eso me prometieron)

12 de julio 2013    /   ENTRETENIMIENTO     por          
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Y este cuento se ha acabado. FIN. Cuando la historia terminĂł inesperadamente hace unos años, a muchos les pillĂł con la guardia baja, las expectativas por las nubes y los sueños al borde de la orilla, cerquita de las yemas de los dedos… pero no. FIN.

(Fotos: Cadelasverdes)
Pese a comprometer los ahorros presentes y futuros -sobre todo futuros-, miles de familias en España vieron cĂłmo las viviendas de obra nueva donde habĂ­an proyectado vivir se quedaban en eso: proyecto. Pero ni rastro de vivienda. El crĂ©dito ilimitado de los bancos trabajĂł a modo de frenĂ©tico escritor de cuentos de hadas. Y nosotros devoramos página tras página, encantados con una historia que hablaba de sueños que se iban a hacer realidad…
pero no. FIN.
Cuando escampĂł la polvareda ya no habĂ­a rastro ni del cuento ni de los escritores. Faltaban capĂ­tulos. En vez de un piso nuevo, lo que tenĂ­an muchos españoles era una obra a medio terminar. HabĂ­an pagado por una vivienda y a cambio recibieron un cadáver de ladrillo, hierro y cemento. Una broma de mal gusto. SĂ­… pero no. Iba en serio.
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Ana Amado, Marta Marcos y Luz Paz son tres jóvenes arquitectas de Galicia. Pertenecen al colectivo Cadelasverdes y son las responsables de un proyecto fotográfico tan llamativo como crudo, y que acaba de recibir el tercer premio Fundación Jesús Serra del Festival de Arquitectura eme3 que se ha celebrado en Barcelona (la exposición está abierta hasta final de mes en el espacio Fabra i Coats).
Se llama Spanish Dream y lo conforman una colección de instantáneas que recrean con cierta ironía el drama que se esconde detrás de las vidas de aquellos que se engancharon al libro de cuento de hadas, una reflexión sobre aquello que pudo ser pero no llegó a ser.
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Más allá del poder de atracción que tienen las imágenes -tomadas en distintas ubicaciones de Galicia- el proyecto intenta hurgar en tres heridas abiertas: el más que cuestionable modelo de generación indiscriminada de suelo urbanizable, la reformulación del papel de la arquitectura en relación a procesos sostenibles y el papel del arquitecto en la actualidad; amén de otros temas, como el ansia de posesión de bienes materiales.
Ana Amado explica que tenĂ­an la necesidad de hablar de lo que estaba pasando en España tras el crack inmobiliario, pero querĂ­an hacerlo desde la Ăłptica del arte contemporáneo y la arquitectura. “La primera aproximaciĂłn a lo que luego serĂ­a el proyecto Spanish Dream surgiĂł tras la pregunta Âży si fotografiamos lo que pudo ser y no fue, para provocar la reflexiĂłn a travĂ©s de esta ausencia?”. Dicho y hecho. Cogieron los bártulos fotográficos y se dedicaron a recrear escenas cotidianas dentro de casas a medio hacer. Detrás de esos actores se intuye la podredumbre de todo un sistema, pero tambiĂ©n la ingenuidad del que soñó con comprarse una casa.
“Creo que la situaciĂłn histĂłrica, cultural y social española previa al boom inmobiliario sirviĂł de abono a lo que luego sucediĂł y no solo permitiĂł que sucediera, sino que alimentĂł la llama mucho más que en otros paĂ­ses europeos; pues, de hecho, el caso español es Ăşnico. Culturalmente somos una paĂ­s arraigado a la tierra, con fuertes lazos familiares que hacen que seamos más inmovilistas que nuestros vecinos europeos, más acostumbrados a abandonar el nido familiar tempranamente, y que además son ayudados por una polĂ­tica de fácil acceso al alquiler. Los bancos concedieron crĂ©dito casi sin lĂ­mites a todo aquel que quisiera cumplir el deseo de todo español de ser propietario. Muchos de nosotros hicimos balance, y dado el elevado precio de los alquileres, decidimos hipotecarnos, pagando solo un poco más mensualmente. O eso creĂ­amos, hasta que empezĂł la crisis y no pudimos seguir pagando el crĂ©dito”.
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Tras el desengaño, las miradas se dirigieron, principalmente, a la banca y los políticos. Pero en esta cruda realidad pos-burbuja, los arquitectos también han recibido palos, y el debate les afecta a la fuerza.
“Hemos puesto nuestra firma en el desmesurado parquĂ© inmobiliario que puebla toda la geografĂ­a española”, reconoce Ana. “Esto es algo que no podemos olvidar. Eso sĂ­, nosotras no pretendemos que nuestro proyecto plantee una auto-flagelaciĂłn desde el punto de vista del arquitecto. Reconocer esa parte de culpa es necesario y sano, y enriquece el proyecto. Pero habrĂ­a que puntualizar que los arquitectos responsables de la firma del enorme nĂşmero de visados durante los años de bonanza es solo un 5% de la profesiĂłn. El resto no han entrado en el juego, al menos no de esta manera”.
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Repasando una a una estas imágenes, uno también llega a la conclusión de que entre las muchas cosas que deben ser revisadas está, sin duda, la concepción que cada uno de nosotros tiene sobre dónde está la felicidad y cómo alcanzarla. Es otra de las reflexiones.
“DeberĂ­amos revisar nuestros sueños, nuestros deseos. Nos hemos visto influidos de forma total por una escalada de consumismo en nuestras vidas, alentada por un falso estado de bienestar. Quizás haya que reformular cĂłmo podemos ahora alcanzar la realizaciĂłn personal basándonos en cosas menos materiales, menos de poseer y más de ser. Además creo que es necesario que tomemos más consciencia de lo colectivo, del bien comĂşn, nuestras ciudades, nuestras zonas pĂşblicas, ser más responsables y más activos. Solo asĂ­ jugaremos un papel más decisivo y tendremos más voz dentro de la polĂ­tica local. Creo que es la forma de cambiar las cosas, tomando decisiones que afecten más allá de las paredes de nuestras casas”.
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Y este cuento se ha acabado. FIN. Cuando la historia terminĂł inesperadamente hace unos años, a muchos les pillĂł con la guardia baja, las expectativas por las nubes y los sueños al borde de la orilla, cerquita de las yemas de los dedos… pero no. FIN.

(Fotos: Cadelasverdes)
Pese a comprometer los ahorros presentes y futuros -sobre todo futuros-, miles de familias en España vieron cĂłmo las viviendas de obra nueva donde habĂ­an proyectado vivir se quedaban en eso: proyecto. Pero ni rastro de vivienda. El crĂ©dito ilimitado de los bancos trabajĂł a modo de frenĂ©tico escritor de cuentos de hadas. Y nosotros devoramos página tras página, encantados con una historia que hablaba de sueños que se iban a hacer realidad…
pero no. FIN.
Cuando escampĂł la polvareda ya no habĂ­a rastro ni del cuento ni de los escritores. Faltaban capĂ­tulos. En vez de un piso nuevo, lo que tenĂ­an muchos españoles era una obra a medio terminar. HabĂ­an pagado por una vivienda y a cambio recibieron un cadáver de ladrillo, hierro y cemento. Una broma de mal gusto. SĂ­… pero no. Iba en serio.
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Ana Amado, Marta Marcos y Luz Paz son tres jóvenes arquitectas de Galicia. Pertenecen al colectivo Cadelasverdes y son las responsables de un proyecto fotográfico tan llamativo como crudo, y que acaba de recibir el tercer premio Fundación Jesús Serra del Festival de Arquitectura eme3 que se ha celebrado en Barcelona (la exposición está abierta hasta final de mes en el espacio Fabra i Coats).
Se llama Spanish Dream y lo conforman una colección de instantáneas que recrean con cierta ironía el drama que se esconde detrás de las vidas de aquellos que se engancharon al libro de cuento de hadas, una reflexión sobre aquello que pudo ser pero no llegó a ser.
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Más allá del poder de atracción que tienen las imágenes -tomadas en distintas ubicaciones de Galicia- el proyecto intenta hurgar en tres heridas abiertas: el más que cuestionable modelo de generación indiscriminada de suelo urbanizable, la reformulación del papel de la arquitectura en relación a procesos sostenibles y el papel del arquitecto en la actualidad; amén de otros temas, como el ansia de posesión de bienes materiales.
Ana Amado explica que tenĂ­an la necesidad de hablar de lo que estaba pasando en España tras el crack inmobiliario, pero querĂ­an hacerlo desde la Ăłptica del arte contemporáneo y la arquitectura. “La primera aproximaciĂłn a lo que luego serĂ­a el proyecto Spanish Dream surgiĂł tras la pregunta Âży si fotografiamos lo que pudo ser y no fue, para provocar la reflexiĂłn a travĂ©s de esta ausencia?”. Dicho y hecho. Cogieron los bártulos fotográficos y se dedicaron a recrear escenas cotidianas dentro de casas a medio hacer. Detrás de esos actores se intuye la podredumbre de todo un sistema, pero tambiĂ©n la ingenuidad del que soñó con comprarse una casa.
“Creo que la situaciĂłn histĂłrica, cultural y social española previa al boom inmobiliario sirviĂł de abono a lo que luego sucediĂł y no solo permitiĂł que sucediera, sino que alimentĂł la llama mucho más que en otros paĂ­ses europeos; pues, de hecho, el caso español es Ăşnico. Culturalmente somos una paĂ­s arraigado a la tierra, con fuertes lazos familiares que hacen que seamos más inmovilistas que nuestros vecinos europeos, más acostumbrados a abandonar el nido familiar tempranamente, y que además son ayudados por una polĂ­tica de fácil acceso al alquiler. Los bancos concedieron crĂ©dito casi sin lĂ­mites a todo aquel que quisiera cumplir el deseo de todo español de ser propietario. Muchos de nosotros hicimos balance, y dado el elevado precio de los alquileres, decidimos hipotecarnos, pagando solo un poco más mensualmente. O eso creĂ­amos, hasta que empezĂł la crisis y no pudimos seguir pagando el crĂ©dito”.
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Tras el desengaño, las miradas se dirigieron, principalmente, a la banca y los políticos. Pero en esta cruda realidad pos-burbuja, los arquitectos también han recibido palos, y el debate les afecta a la fuerza.
“Hemos puesto nuestra firma en el desmesurado parquĂ© inmobiliario que puebla toda la geografĂ­a española”, reconoce Ana. “Esto es algo que no podemos olvidar. Eso sĂ­, nosotras no pretendemos que nuestro proyecto plantee una auto-flagelaciĂłn desde el punto de vista del arquitecto. Reconocer esa parte de culpa es necesario y sano, y enriquece el proyecto. Pero habrĂ­a que puntualizar que los arquitectos responsables de la firma del enorme nĂşmero de visados durante los años de bonanza es solo un 5% de la profesiĂłn. El resto no han entrado en el juego, al menos no de esta manera”.
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Repasando una a una estas imágenes, uno también llega a la conclusión de que entre las muchas cosas que deben ser revisadas está, sin duda, la concepción que cada uno de nosotros tiene sobre dónde está la felicidad y cómo alcanzarla. Es otra de las reflexiones.
“DeberĂ­amos revisar nuestros sueños, nuestros deseos. Nos hemos visto influidos de forma total por una escalada de consumismo en nuestras vidas, alentada por un falso estado de bienestar. Quizás haya que reformular cĂłmo podemos ahora alcanzar la realizaciĂłn personal basándonos en cosas menos materiales, menos de poseer y más de ser. Además creo que es necesario que tomemos más consciencia de lo colectivo, del bien comĂşn, nuestras ciudades, nuestras zonas pĂşblicas, ser más responsables y más activos. Solo asĂ­ jugaremos un papel más decisivo y tendremos más voz dentro de la polĂ­tica local. Creo que es la forma de cambiar las cosas, tomando decisiones que afecten más allá de las paredes de nuestras casas”.
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Opiniones 9
  • Me gusta !!
    Sobre todo en la parte de revisar que TODOS fuimos culpables y la frase de futuro …. “Quizás haya que reformular cĂłmo podemos ahora alcanzar la realizaciĂłn personal basándonos en cosas menos materiales, menos de poseer y más de ser. Además creo que es necesario que tomemos más consciencia de lo colectivo, …””
    Tenemos que empezar a mirar el futuro sin olvidar el pasado pero dejando de vivir en él!

  • Para ustedes los españoles vivir en casas sin terminar les parecerá algo nuevo y hasta “artĂ­stico”, pero es algo muy normal en las ciudades latinoamericanas, este tipo de casas conforman la mitad de las favelas o invasiones: bienvenidos al tercer mundo, no se gasten tantas fotos en su estadĂ­a.

    • Tengo entendido que el hecho de tener casas sin terminar en LATAM era en gran parte una medida tomada libremente por cada individuo para evitar pagar impuestos sobre la misma.
      De forma que mucha gente deja alguna habitaciĂłn a medio construir para no disponer de una casa “real” con todas las responsabilidades legales que ello conlleva.
      No creo que sea la situaciĂłn de todo el mundo, pero creo que es importante mencionarlo.

      • En realidad es una medida tomada debido a la enorme dificultad de adquirir una vivienda propia con sueldos básicos miserables, canasta familiar mensual que duplican o triplican los sueldos, y con obligaciones tributarias que empobrece a la poblaciĂłn, más que aportar a su desarrollo.
        Es irreal decir que en LATAM la gente no puede tener una casa propia adecuada con servicios básicos sólo por el hecho de evadir impuestos. Quienes suelen evadir impuestos son los multimillonarios, porque, todo lo contrario, las personas de clase media y las de escasos recursos suelen ser más atentos con esas responsabilidades.

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