Contra el miedo y la ansiedad, ‘collages’ vertiginosos

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Cuando piensas en cómo puede ser un trabajo artÃstico destinado a calmar la ansiedad, quizá los collages de Alex Eckman-Law no sean lo primero que se te venga a la cabeza. Y, sin embargo, este artista de Filadelfia los crea como terapia contra esa enfermedad. «Extrañamente, trabajar en estas piezas a menudo me hace sentir muy tranquilo. Soy una persona muy ansiosa y un poco hipocondrÃaca en particular, asà que me ayuda mucho tener el control total de lo que hay dentro de un cuerpo, aunque solo sea en mis collages».
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Con sus creaciones, trata de encontrar una manera de situarse en un pequeño oasis, un escondite donde sentirse seguro. «Mi trabajo trata a menudo sobre la ansiedad, el miedo, el peso de la historia o de la familia, pero la pieza en sà misma es, de alguna manera, serena para mû. Para Eckman-Law, afrontar esos miedos e inseguridades es un punto al que muchos que las padecen quieren llegar y, en su caso, ayuda mucho categorizarlos para recuperar algo de su vida. «El collage trata de aprovechar el caos, asà que para una persona como yo realmente ayuda poder poner ese caos en algún tipo de orden».
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Las figuras de Eckman-Law nos transportan a las profundidades de mundos que no sospechábamos (o quizá sÃ, de ahà la necesidad y el morbo de seguir mirando) en el interior de las cosas que vemos. Capa a capa nos dejamos caer en agujeros negros que nos atraen y nos asustan de igual manera para dejarnos con cierta sensación de vértigo. «No necesariamente quiero que la gente tenga vértigo por ver mi trabajo, pero un cierto malestar es, sin duda, bienvenido».
Quizá sea esa intención de perturbar la que se adivina ya desde lo que escribe en su perfil de Instagram: «Sludge, grime, scum from the gutters of philly (Lodo, suciedad, escoria de las alcantarillas de Filadelfia)». «En realidad, se trata de una broma hasta cierto punto», explica riendo cuando le preguntamos en qué momento se dejó llevar al lado oscuro. «No sé cómo explicar esto exactamente, pero realmente me siento como una especie de babosa humana, arrastrándose a través de la suciedad, tratando de sobrevivir lo suficiente para hacer otra obra de arte. Un año más en el lodo». Aunque confiesa que escribió la frase cuando sus compañeros de piso y él tuvieron que mudarse a otra zona de la ciudad «más deprimente» cuando su casero vendió el edificio. «ParecÃa que estábamos condenados a vivir como escoria, asà que por qué no aceptarlo, ¿sabes?».
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Pero volvamos a sus collages. El artista de Filadelfia parece proceder con la meticulosidad de un cirujano decimonónico que separa y disecciona músculos, tejidos y órganos en un antiguo manual de anatomÃa. Y ahà damos con la kriptonita de Eckman-Low. «¡Nooo! La cirugÃa es realmente aterradora para mÃ. Tuve una operación de columna bastante seria cuando era niño (escoliosis) y creo que estoy un poco atormentado por ello. La idea de que las cosas pueden estar retorciéndose dentro de ti sin tu permiso o incluso sin tu conocimiento me parece una traición terrible».
¿Qué es lo que inspira, entonces, a este artista del collage? Definir una sola cosa le resulta complicado. En vez de mirar a otros artistas, afirma, trata de mantener la mente abierta a lo que le hace sentir algo y luego intenta reflejarlo en su trabajo. «He encontrado esto realmente liberador y me ha abierto a apreciar muchas más cosas en mi vida que son importantes para mÃ. Un paseo hasta la tienda, un tipo particular de luz en mi baño, una canción que me encanta, una pelÃcula que nunca habÃa visto antes». No solo. También dedica tiempo a bucear en un sinfÃn de fotos de bancos de imágenes de dominio público que le resultan impactantes. «Esto podrÃa bastar por sà mismo para inspirar una pieza, si tengo suerte».
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Eckman-Law disfruta escuchando las interpretaciones que sus seguidores hacen de sus obras. «Quiero que el espectador aporte su propia experiencia/interpretación a la obra, y que no se sienta atrapado por mis ideas al respecto». Pero un cierto poso inquietante, oscuro, queda en la retina al contemplarla. Más que el sueño americano, sus collages parecen representar la pesadilla americana. Para él, al menos, los tres últimos años sà lo han sido. «Hay muchas cosas sobre Estados Unidos en este momento que son extremadamente aterradoras y decepcionantes, por no decir más, todas las cuales alimentan absolutamente este trabajo. Tiendo a hacer un trabajo más personal y menos expresamente polÃtico, pero últimamente es muy difÃcil separar las dos cosas».
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Cuando piensas en cómo puede ser un trabajo artÃstico destinado a calmar la ansiedad, quizá los collages de Alex Eckman-Law no sean lo primero que se te venga a la cabeza. Y, sin embargo, este artista de Filadelfia los crea como terapia contra esa enfermedad. «Extrañamente, trabajar en estas piezas a menudo me hace sentir muy tranquilo. Soy una persona muy ansiosa y un poco hipocondrÃaca en particular, asà que me ayuda mucho tener el control total de lo que hay dentro de un cuerpo, aunque solo sea en mis collages».
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Con sus creaciones, trata de encontrar una manera de situarse en un pequeño oasis, un escondite donde sentirse seguro. «Mi trabajo trata a menudo sobre la ansiedad, el miedo, el peso de la historia o de la familia, pero la pieza en sà misma es, de alguna manera, serena para mû. Para Eckman-Law, afrontar esos miedos e inseguridades es un punto al que muchos que las padecen quieren llegar y, en su caso, ayuda mucho categorizarlos para recuperar algo de su vida. «El collage trata de aprovechar el caos, asà que para una persona como yo realmente ayuda poder poner ese caos en algún tipo de orden».
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Las figuras de Eckman-Law nos transportan a las profundidades de mundos que no sospechábamos (o quizá sÃ, de ahà la necesidad y el morbo de seguir mirando) en el interior de las cosas que vemos. Capa a capa nos dejamos caer en agujeros negros que nos atraen y nos asustan de igual manera para dejarnos con cierta sensación de vértigo. «No necesariamente quiero que la gente tenga vértigo por ver mi trabajo, pero un cierto malestar es, sin duda, bienvenido».
Quizá sea esa intención de perturbar la que se adivina ya desde lo que escribe en su perfil de Instagram: «Sludge, grime, scum from the gutters of philly (Lodo, suciedad, escoria de las alcantarillas de Filadelfia)». «En realidad, se trata de una broma hasta cierto punto», explica riendo cuando le preguntamos en qué momento se dejó llevar al lado oscuro. «No sé cómo explicar esto exactamente, pero realmente me siento como una especie de babosa humana, arrastrándose a través de la suciedad, tratando de sobrevivir lo suficiente para hacer otra obra de arte. Un año más en el lodo». Aunque confiesa que escribió la frase cuando sus compañeros de piso y él tuvieron que mudarse a otra zona de la ciudad «más deprimente» cuando su casero vendió el edificio. «ParecÃa que estábamos condenados a vivir como escoria, asà que por qué no aceptarlo, ¿sabes?».
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Pero volvamos a sus collages. El artista de Filadelfia parece proceder con la meticulosidad de un cirujano decimonónico que separa y disecciona músculos, tejidos y órganos en un antiguo manual de anatomÃa. Y ahà damos con la kriptonita de Eckman-Low. «¡Nooo! La cirugÃa es realmente aterradora para mÃ. Tuve una operación de columna bastante seria cuando era niño (escoliosis) y creo que estoy un poco atormentado por ello. La idea de que las cosas pueden estar retorciéndose dentro de ti sin tu permiso o incluso sin tu conocimiento me parece una traición terrible».
¿Qué es lo que inspira, entonces, a este artista del collage? Definir una sola cosa le resulta complicado. En vez de mirar a otros artistas, afirma, trata de mantener la mente abierta a lo que le hace sentir algo y luego intenta reflejarlo en su trabajo. «He encontrado esto realmente liberador y me ha abierto a apreciar muchas más cosas en mi vida que son importantes para mÃ. Un paseo hasta la tienda, un tipo particular de luz en mi baño, una canción que me encanta, una pelÃcula que nunca habÃa visto antes». No solo. También dedica tiempo a bucear en un sinfÃn de fotos de bancos de imágenes de dominio público que le resultan impactantes. «Esto podrÃa bastar por sà mismo para inspirar una pieza, si tengo suerte».
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