En apenas doce meses, Alistair Hall ha documentado alrededor de 1.500 placas. A estas hay que sumar medio millar que estĆ”n a la espera de ser fotografiadas. Una colección en la que se mezcla diseƱo grĆ”fico, diseƱo industrial y tipografĆa.
Ā«Aunque es verdad que hay tipografĆa, esa definición no es del todo correcta. Cuando hablamos de estas placas debemos hablar mejor de rótulos, de lettering. Las tipografĆas fueron diseƱadas para imprimir libros, periódicos, carteles… Sin embargo, las primeras placas, que datan mĆ”s o menos de 1850, estaban escritas a mano. Eso hace que sean piezas muy diferentes y, hasta cierto punto Ćŗnicas, que convierten a Londres en una colección de diseƱo que cualquiera puede visitar gratuitamenteĀ».
A diferencia de otras ciudades, donde prima la uniformidad grĆ”fica, en Londres la variedad es la norma. Históricamente, los diferentes barrios tenĆan la responsabilidad de diseƱar, fabricar y colocar sus propios rótulos. Si bien habĆa ciertas normas generales, los responsables preferĆan no cumplirlas.
Ā«Los barrios utilizaron las placas como una especie de imagen corporativa. Al diseƱarlas de manera diferente, dejaban claro que esas calles eran suyas. Las placas de la zona de Westminster, diseƱadas por Research Unit en 1967, son tal vez el mejor ejemplo de ello. A medida que la ciudad ha ido creciendo en los Ćŗltimos aƱos, algunas de las antiguas placas han sido sustituidas por otras nuevas. Sin embargo, aquellas que eran todavĆa legibles se han respetado. En esos casos, a veces se ha colocado la nueva placa junto a la original generando una gloriosa superposición de la historiaĀ».
«Las placas son como anclas de la historia aunque, con tanta variedad, en ocasiones pienso que son mÔs bien como las etiquetas de las prendas de ropa», explica Alistair Hall.
Hablando de etiquetas, Hall cataloga cada una de las placas con una serie de tags entre las que se encuentran el nombre de la calle, el barrio, el código postal, los materiales empleados y el estilo. «De esta forma es mÔs sencillo entender la evolución a lo largo de los años que, en el fondo, es uno de los objetivos del proyecto. Hay muchos libros que hablan de los nombres que aparecen en las placas, pero no hay información sobre las placas en sà mismas».
El fruto de los paseos de Hall por Londres y las investigaciones posteriores pueden ser consultadas en su pĆ”gina web y en el perfil de Instagram London Street Name Plates. Dos canales que, ademĆ”s de servir de escaparate, son una vĆa de contacto para aquellos que tengan datos o curiosidades sobre las placas.
Ā«Estoy abierto a toda colaboración de terceros. Es estupendo cuando alguien te manda la foto de una placa que desconocĆa o un mail con información sobre, por ejemplo, los diferentes estilos de rotulación. En ese aspecto, estĆ” siendo muy Ćŗtil la colaboración de amigos y colegas de profesiónĀ».
En apenas doce meses, Alistair Hall ha documentado alrededor de 1.500 placas. A estas hay que sumar medio millar que estĆ”n a la espera de ser fotografiadas. Una colección en la que se mezcla diseƱo grĆ”fico, diseƱo industrial y tipografĆa.
Ā«Aunque es verdad que hay tipografĆa, esa definición no es del todo correcta. Cuando hablamos de estas placas debemos hablar mejor de rótulos, de lettering. Las tipografĆas fueron diseƱadas para imprimir libros, periódicos, carteles… Sin embargo, las primeras placas, que datan mĆ”s o menos de 1850, estaban escritas a mano. Eso hace que sean piezas muy diferentes y, hasta cierto punto Ćŗnicas, que convierten a Londres en una colección de diseƱo que cualquiera puede visitar gratuitamenteĀ».
A diferencia de otras ciudades, donde prima la uniformidad grĆ”fica, en Londres la variedad es la norma. Históricamente, los diferentes barrios tenĆan la responsabilidad de diseƱar, fabricar y colocar sus propios rótulos. Si bien habĆa ciertas normas generales, los responsables preferĆan no cumplirlas.
Ā«Los barrios utilizaron las placas como una especie de imagen corporativa. Al diseƱarlas de manera diferente, dejaban claro que esas calles eran suyas. Las placas de la zona de Westminster, diseƱadas por Research Unit en 1967, son tal vez el mejor ejemplo de ello. A medida que la ciudad ha ido creciendo en los Ćŗltimos aƱos, algunas de las antiguas placas han sido sustituidas por otras nuevas. Sin embargo, aquellas que eran todavĆa legibles se han respetado. En esos casos, a veces se ha colocado la nueva placa junto a la original generando una gloriosa superposición de la historiaĀ».
«Las placas son como anclas de la historia aunque, con tanta variedad, en ocasiones pienso que son mÔs bien como las etiquetas de las prendas de ropa», explica Alistair Hall.
Hablando de etiquetas, Hall cataloga cada una de las placas con una serie de tags entre las que se encuentran el nombre de la calle, el barrio, el código postal, los materiales empleados y el estilo. «De esta forma es mÔs sencillo entender la evolución a lo largo de los años que, en el fondo, es uno de los objetivos del proyecto. Hay muchos libros que hablan de los nombres que aparecen en las placas, pero no hay información sobre las placas en sà mismas».
El fruto de los paseos de Hall por Londres y las investigaciones posteriores pueden ser consultadas en su pĆ”gina web y en el perfil de Instagram London Street Name Plates. Dos canales que, ademĆ”s de servir de escaparate, son una vĆa de contacto para aquellos que tengan datos o curiosidades sobre las placas.
Ā«Estoy abierto a toda colaboración de terceros. Es estupendo cuando alguien te manda la foto de una placa que desconocĆa o un mail con información sobre, por ejemplo, los diferentes estilos de rotulación. En ese aspecto, estĆ” siendo muy Ćŗtil la colaboración de amigos y colegas de profesiónĀ».
Los barrios de Londres esconden mil y un detalles que me llaman la atención cuando paseo entre sus calles, y el tema de las placas es otro mĆ”s de esos matices culturales de la ciudad que dan personalidad a cada zona de la urbe. Me encantan estas placas y por cierto buen artĆculo Eduardo. Saludos.
Los barrios de Londres esconden mil y un detalles que me llaman la atención cuando paseo entre sus calles, y el tema de las placas es otro mĆ”s de esos matices culturales de la ciudad que dan personalidad a cada zona de la urbe. Me encantan estas placas y por cierto buen artĆculo Eduardo. Saludos.
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