Cuando se contemplan sus pinturas por primera vez, lo primero que se te viene a la cabeza es: «Vaya, otra artista naif». Pero si se mira con más atención al universo que Angela Dalinger retrata en sus obras, ese concepto de ‘inocente’ cambia totalmente. El mundo que esta pintora alemana dibuja en sus cuadros refleja el lado feo de la vida mezclado con toques de humor e ironÃa adulta que choca con la apariencia infantil de sus trazos.
Dalinger no es amiga de los referentes artÃsticos a la hora de trabajar. De hecho, asegura no tenerlos. «Lo que realmente me inspira y me encanta son obras o dibujos ingeniosos, vengan de artistas que conozca o no. Siempre trato de seguir mi propio camino, intento no copiar a nadie. En realidad ese es uno de mis grandes miedos. Asà pues, no tengo ningún referente artÃstico en mi trabajo, pero sà hay un montón de artistas que me gustan de verdad cuyo estilo podrÃa ser similar al mÃo. Por ejemplo, Richard Johanson, Esther Pearl Watson, Brandon Celi o Marc Etherington».
«Normalmente empiezo muchas obras que se quedan por ahà sobre mi mesa y se me ocurren muchas ideas, asà que siempre es un poco desordenado. Últimamente he estado trabajando con fotografÃas de edificios americanos, esos viejos y preciosos cines, por ejemplo; siempre trato de darles mi toque personal y un punto raro. Convierto un restaurante drive-by en un burdel o algunas partes de un cine en una fábrica de dildos».
Pero los planes de Dalinger no acaban aquÃ. Su intención es seguir pintando más y mejor, y mudarse a España. «Eso serÃa genial porque estoy harta de vivir aquÃ, en Alemania».
Cuando se contemplan sus pinturas por primera vez, lo primero que se te viene a la cabeza es: «Vaya, otra artista naif». Pero si se mira con más atención al universo que Angela Dalinger retrata en sus obras, ese concepto de ‘inocente’ cambia totalmente. El mundo que esta pintora alemana dibuja en sus cuadros refleja el lado feo de la vida mezclado con toques de humor e ironÃa adulta que choca con la apariencia infantil de sus trazos.
Dalinger no es amiga de los referentes artÃsticos a la hora de trabajar. De hecho, asegura no tenerlos. «Lo que realmente me inspira y me encanta son obras o dibujos ingeniosos, vengan de artistas que conozca o no. Siempre trato de seguir mi propio camino, intento no copiar a nadie. En realidad ese es uno de mis grandes miedos. Asà pues, no tengo ningún referente artÃstico en mi trabajo, pero sà hay un montón de artistas que me gustan de verdad cuyo estilo podrÃa ser similar al mÃo. Por ejemplo, Richard Johanson, Esther Pearl Watson, Brandon Celi o Marc Etherington».
«Normalmente empiezo muchas obras que se quedan por ahà sobre mi mesa y se me ocurren muchas ideas, asà que siempre es un poco desordenado. Últimamente he estado trabajando con fotografÃas de edificios americanos, esos viejos y preciosos cines, por ejemplo; siempre trato de darles mi toque personal y un punto raro. Convierto un restaurante drive-by en un burdel o algunas partes de un cine en una fábrica de dildos».
Pero los planes de Dalinger no acaban aquÃ. Su intención es seguir pintando más y mejor, y mudarse a España. «Eso serÃa genial porque estoy harta de vivir aquÃ, en Alemania».
Me encantó este artÃculo. Muy interesante. Da gusto conocer artistas que nos proponen una forma diferente de ver la vida, de manera amable.
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