Las costumbres culinarias y de ocio son uno de los mejores indicadores para entender una sociedad.
Por ejemplo, la falta de costumbre de cocinar y comer en familia explica la tendencia en muchos paÃses a consumir comida rápida (el ejemplo más claro es Estados Unidos).
Las jornadas laborales intensivas y que finalizan a una hora más temprana explican que en muchas ciudades europeas se coma a medio dÃa muy ligero y, por el contrario, se cene de forma más copiosa.
Los hábitos de las familias determinan, incluso, la distribución de las cocinas y los salones.
Algunos de ellos llevan siglos en nuestra sociedad y ahora se han revalorizado o reinventado. Otros los hemos incorporado tras verlos en otros paÃses por su conveniencia a la hora de ser adaptados a nuestra cultura y nuestra gastronomÃa.
Este hÃbrido entre desayuno y comida está especialmente pensado para el fin de semana. Nació como respuesta a una situación muy repetida entre los jóvenes que habÃan salido el dÃa anterior. Se despertaban a una hora demasiado temprana como para comer pero demasiado tardÃa para desayunar.
El objetivo tradicional del aperitivo es, como su propio nombre indica, «abrir el apetito» para la comida posterior. Es frecuente que se tome en un lugar diferente al de la comida para romper el hielo entre los comensales.
Aunque una de sus bebidas tÃpicas se ha apropiado de la nomenclatura, lo cierto es que en el aperitivo no hace falta pedir un vermú. Es mucho más común pedir otras bebidas como cerveza, vino, refrescos o BitterKAS.
A estas horas de la tarde, la bebida indiscutible es el gintonic, asà como todas sus variantes, como por ejemplo la que sustituye la tónica por otras bebidas como el bitter.
El aperitivo italiano es algo diferente al que se toma, con ese nombre, en España. Para empezar, se hace antes de la cena y nunca antes de la comida. Sà que coinciden algunas de las bebidas estrella: el spritz, el Martini, el bitter… Pero el aperitivo italiano es más parecido a un buffet donde la gente come bastante comida, incluidos platos de pasta o pizza. A veces llega a sustituir a la cena, ya que hay bares y restaurantes que exponen en sus barras una gran variedad y cantidad de manjares.
Cada uno de estos momentos se define por la bebida que lo riega pero, sobre todo, por las caracterÃsticas sociales: el tipo de espacios en los que tiene lugar, la distribución de los comensales, la hora del dÃa, la calma con la que se degustan la bebida y la comida, la música… Son estas cuestiones las que los hacen ideales para la interacción y diferentes a otras opciones de ocio.
BitterKAS propone jugar con la imaginación e introducir su clásico sabor amargo y su color brillante en momentos como el aperitivo o el afterwork creando combinados como el Ginbitter, el Ronbitter, el Bittermut o el Red Russian.
Las costumbres culinarias y de ocio son uno de los mejores indicadores para entender una sociedad.
Por ejemplo, la falta de costumbre de cocinar y comer en familia explica la tendencia en muchos paÃses a consumir comida rápida (el ejemplo más claro es Estados Unidos).
Las jornadas laborales intensivas y que finalizan a una hora más temprana explican que en muchas ciudades europeas se coma a medio dÃa muy ligero y, por el contrario, se cene de forma más copiosa.
Los hábitos de las familias determinan, incluso, la distribución de las cocinas y los salones.
Algunos de ellos llevan siglos en nuestra sociedad y ahora se han revalorizado o reinventado. Otros los hemos incorporado tras verlos en otros paÃses por su conveniencia a la hora de ser adaptados a nuestra cultura y nuestra gastronomÃa.
Este hÃbrido entre desayuno y comida está especialmente pensado para el fin de semana. Nació como respuesta a una situación muy repetida entre los jóvenes que habÃan salido el dÃa anterior. Se despertaban a una hora demasiado temprana como para comer pero demasiado tardÃa para desayunar.
El objetivo tradicional del aperitivo es, como su propio nombre indica, «abrir el apetito» para la comida posterior. Es frecuente que se tome en un lugar diferente al de la comida para romper el hielo entre los comensales.
Aunque una de sus bebidas tÃpicas se ha apropiado de la nomenclatura, lo cierto es que en el aperitivo no hace falta pedir un vermú. Es mucho más común pedir otras bebidas como cerveza, vino, refrescos o BitterKAS.
A estas horas de la tarde, la bebida indiscutible es el gintonic, asà como todas sus variantes, como por ejemplo la que sustituye la tónica por otras bebidas como el bitter.
El aperitivo italiano es algo diferente al que se toma, con ese nombre, en España. Para empezar, se hace antes de la cena y nunca antes de la comida. Sà que coinciden algunas de las bebidas estrella: el spritz, el Martini, el bitter… Pero el aperitivo italiano es más parecido a un buffet donde la gente come bastante comida, incluidos platos de pasta o pizza. A veces llega a sustituir a la cena, ya que hay bares y restaurantes que exponen en sus barras una gran variedad y cantidad de manjares.
Cada uno de estos momentos se define por la bebida que lo riega pero, sobre todo, por las caracterÃsticas sociales: el tipo de espacios en los que tiene lugar, la distribución de los comensales, la hora del dÃa, la calma con la que se degustan la bebida y la comida, la música… Son estas cuestiones las que los hacen ideales para la interacción y diferentes a otras opciones de ocio.
BitterKAS propone jugar con la imaginación e introducir su clásico sabor amargo y su color brillante en momentos como el aperitivo o el afterwork creando combinados como el Ginbitter, el Ronbitter, el Bittermut o el Red Russian.