Arnau Bosch, el creativo español del último anuncio de Spike Jonze para Apple

”Yorokobu gratis en formato digital!
Cada anuncio debe contener una pepita de novedad que se fije en la memoria del espectador. Si se publicitan insectos fritos, la peculiaridad del producto se basta para pringar nuestro recuerdo; pero si se comunica sobre móviles, la elaboración del mensaje se complica.
Uno de los creativos del spot del director Spike Jonze para Apple, el barcelonés Arnau Bosch, acumula sobrada experiencia en el sector. En su último trabajo pudo aprender directamente del director de Her o Adaptation. «Es un genio», refiere Bosch, «ver a alguien que trabaja al mÔs alto nivel en la industria, que ha conseguido hacerlo rodeado de amigos y que sigue disfrutando es una gran lección para cualquiera». Jonze es puro instinto: «Sabe qué esperar de cada uno de los que trabajan con él».
https://www.youtube.com/watch?v=305ryPvU6A8
El mundo de las nuevas tecnologĆas es, tal vez, el que mĆ”s ha resobado los conceptos de innovación, ruptura de lĆmites, felicidad, intensidad vital o conexión, y ademĆ”s cada nueva entrega de un telĆ©fono inteligente y cada nuevo producto se ha presentado como una estación final. Ocurre como con los anuncios de compresas. Llevan tantas dĆ©cadas proclamando (por fin, siempre) el culmen del poder de absorción de fluidos que uno no sabe, a dĆa de hoy, quĆ© estĆ”n absorbiendo exactamente. Dan miedo.
Pero ese no es el tema. O sĆ: hablamos de la dificultad de diferenciarse de la competencia en un mercado reƱido. Bosch ha trabajado como director creativo para Samsung, Skype o Apple, y confiesa que esa dificultad es una fuente de motivación: Ā«No es que me seduzca la tecnologĆa, sino el reto. La tecnologĆa es un mercado sĆŗper saturado donde ya no sabes quĆ© es nuevo y quĆ© es mejor, donde parece que todo estĆ” inventado y que la Ćŗnica solución sea comparar caracterĆsticas con la competenciaĀ», explica a Yorokobu.
Bosch es un entusiasta de la narración visual, adora insuflar vida a las ideas. Para eso, la clave (su clave) es componer siempre con historias y emociones. Ā«EstĆ” claro que hay que entender quĆ© necesidad satisface un producto y aprender a destilarlo en un concepto; pero la mejor forma de llegar al pĆŗblico es contar historias y emociones personalesĀ». Es decir, se promociona Ćŗltima tecnologĆa sin reparar mucho en aspectos tĆ©cnicos. ĀæQuĆ© ocurre? ĀæAcaso los móviles son ya objetos mĆ”s espirituales que materiales?
El creativo asume un desafĆo mĆ”s: al trabajar para el mercado internacional debe hilar muy fino con el fin de lograr que sus vĆdeos conmuevan desde PacĆfico al AtlĆ”ntico. Su Ćŗltimo trabajo para Apple escarba en esa veta. El producto es el HomePod, un altavoz conectado con Siri y Apple Music. Su caracterĆstica mĆ”s llamativa es la adaptación del sonido a cualquier espacio: Ā«Tiene unas ondas que detectan dónde rebotarĆ” el sonido y lo regulanĀ», asegura.
Como destaca Bosch en su web, la manzana mordida llegaba tarde al banquete de altavoces inteligentes y necesitaba marcar al consumidor. AsĆ, el equipo decidió que la mĆŗsica transformarĆa el espacio. Para llegar a los devotos de la mĆŗsica debĆan ofrecer un milagro: convertir el sonido en algo tangible y expansivo, y hacerlo no de manera autónoma, sino sincronizada con los sentimientos y los deseos de quiĆ©n escucha.
«Sabemos que la música emociona a las personas, las hace bailar, sentir; la música realmente nos transforma, asà que decidimos crear una narrativa donde el usuario viviese esa mutación. El producto no solo se adapta a tu casa, sino que te transforma, cambia tu estado de Ônimo».
El spot, de cuatro minutos, muestra a una trabajadora agotada por la jornada, la masificación de la ciudad, el ruido, el humo y la rutina. Llega a casa, pide música a Siri, que le pone una canción. Ella se queda quieta en medio del cuarto, exÔnime, como un robot al que le han apretado el botón off. Luego se recuesta en el sofÔ y se da cuenta de que los movimientos de sus manos prolongan la dimensión de la mesa.

Empieza a bailar, a comunicarse con las paredes, que obedecen y se alargan. Los cuadros colgados van convirtiĆ©ndose en acordeones cromĆ”ticos, en cuerdas que vibran y que acogen a la joven y le abren un camino a su medida. La mĆŗsica y el baile y los efectos encajan con precisión. Es una proeza tĆ©cnica y artĆstica. Y, sobre todo, un hĆ”bil relato: en un punto, en medio de la apoteosis del color, aparece un espejo. Al ver su imagen, ella se acuerda de sĆ misma, de lo que espera mĆ”s allĆ” de la fantasĆa musical, y se deprime. Pero la melodĆa persiste y ella se cuela dentro del espejo, invade una realidad paralela donde baila consigo misma, duplicada y libre.
El spot ofrece una salvación por la vĆa de las emociones y la fantasĆa, no por la de los hechos. La mĆŗsica cambia el estado de Ć”nimo y altera las leyes fĆsicas. Del mismo modo diseƱaron el anuncio de Apple Watch, en el que decenas de personas acaban flotando a gravedad cero.
Bosch también desarrolló una campaña para el Samsung Galaxy S6 que sigue otro de los pilares discursivos de la publicidad de los móviles: mostrar gente haciendo cosas apasionantes e interesantes o visitando entornos memorables con el teléfono cerca. El móvil como potenciador de la vitalidad y del disfrute. Ese es el mensaje, probablemente, no tanto la realidad.
El dilema de publicitar telƩfonos inteligentes
El creativo catalĆ”n confiesa una visión Ćntima poco optimista: Ā«Realmente, la tecnologĆa nos estĆ” haciendo daƱo a muchos niveles. Pasamos mĆ”s tiempo mirando pantallas que mirando ventanas o paisajes. No sabemos disfrutar, hacemos cosas pensando en quĆ© vendrĆ” despuĆ©s. No disfrutamos de los eventos pĆŗblicos al no dejar el móvil de ladoĀ», lamenta.
Bosch plantea un dilema: Ā«Hablar de tecnologĆa en publicidad es algo muy sensible. ĀæCómo hablas de las ventajas cuando en vez de aconsejar pasar mĆ”s tiempo con la tecnologĆa, tendrĆamos que promover el dejarla de lado?Ā».
Unos usos de la tecnologĆa pueden divorciarnos de lo que nos rodea, y otros, congraciarnos con lo lejano. Bosch participó en una campaƱa de Skype, y lo hizo con conocimiento de causa: lleva aƱos trabajando por el mundo; de hecho, poco a poco, estĆ” olvidando cómo se escribe en espaƱol.

Retratos familiares intercontinentales
El equipo buscó historias reales de allegados que se encontraran habitualmente en el puente virtual de la cÔmara web. Se aliaron con el fotógrafo John Clang y llegaron a la conclusión de que «la mejor forma de representar un momento familiar común en todo el mundo es la foto de familia».
Aprovecharon las paredes de las casas para proyectar sobre ellas, a tamaƱo real, la imagen de los parientes que habitaban al otro lado del mundo, y junto a ellos, de carne, hueso y aƱoranza, se colocaban los hijos, hermanos o amigos presentes. Todos mirando a cƔmara, a la misma cƔmara desde distintos rincones del planeta.
”Yorokobu gratis en formato digital!
Cada anuncio debe contener una pepita de novedad que se fije en la memoria del espectador. Si se publicitan insectos fritos, la peculiaridad del producto se basta para pringar nuestro recuerdo; pero si se comunica sobre móviles, la elaboración del mensaje se complica.
Uno de los creativos del spot del director Spike Jonze para Apple, el barcelonés Arnau Bosch, acumula sobrada experiencia en el sector. En su último trabajo pudo aprender directamente del director de Her o Adaptation. «Es un genio», refiere Bosch, «ver a alguien que trabaja al mÔs alto nivel en la industria, que ha conseguido hacerlo rodeado de amigos y que sigue disfrutando es una gran lección para cualquiera». Jonze es puro instinto: «Sabe qué esperar de cada uno de los que trabajan con él».
https://www.youtube.com/watch?v=305ryPvU6A8
El mundo de las nuevas tecnologĆas es, tal vez, el que mĆ”s ha resobado los conceptos de innovación, ruptura de lĆmites, felicidad, intensidad vital o conexión, y ademĆ”s cada nueva entrega de un telĆ©fono inteligente y cada nuevo producto se ha presentado como una estación final. Ocurre como con los anuncios de compresas. Llevan tantas dĆ©cadas proclamando (por fin, siempre) el culmen del poder de absorción de fluidos que uno no sabe, a dĆa de hoy, quĆ© estĆ”n absorbiendo exactamente. Dan miedo.
Pero ese no es el tema. O sĆ: hablamos de la dificultad de diferenciarse de la competencia en un mercado reƱido. Bosch ha trabajado como director creativo para Samsung, Skype o Apple, y confiesa que esa dificultad es una fuente de motivación: Ā«No es que me seduzca la tecnologĆa, sino el reto. La tecnologĆa es un mercado sĆŗper saturado donde ya no sabes quĆ© es nuevo y quĆ© es mejor, donde parece que todo estĆ” inventado y que la Ćŗnica solución sea comparar caracterĆsticas con la competenciaĀ», explica a Yorokobu.
Bosch es un entusiasta de la narración visual, adora insuflar vida a las ideas. Para eso, la clave (su clave) es componer siempre con historias y emociones. Ā«EstĆ” claro que hay que entender quĆ© necesidad satisface un producto y aprender a destilarlo en un concepto; pero la mejor forma de llegar al pĆŗblico es contar historias y emociones personalesĀ». Es decir, se promociona Ćŗltima tecnologĆa sin reparar mucho en aspectos tĆ©cnicos. ĀæQuĆ© ocurre? ĀæAcaso los móviles son ya objetos mĆ”s espirituales que materiales?
El creativo asume un desafĆo mĆ”s: al trabajar para el mercado internacional debe hilar muy fino con el fin de lograr que sus vĆdeos conmuevan desde PacĆfico al AtlĆ”ntico. Su Ćŗltimo trabajo para Apple escarba en esa veta. El producto es el HomePod, un altavoz conectado con Siri y Apple Music. Su caracterĆstica mĆ”s llamativa es la adaptación del sonido a cualquier espacio: Ā«Tiene unas ondas que detectan dónde rebotarĆ” el sonido y lo regulanĀ», asegura.
Como destaca Bosch en su web, la manzana mordida llegaba tarde al banquete de altavoces inteligentes y necesitaba marcar al consumidor. AsĆ, el equipo decidió que la mĆŗsica transformarĆa el espacio. Para llegar a los devotos de la mĆŗsica debĆan ofrecer un milagro: convertir el sonido en algo tangible y expansivo, y hacerlo no de manera autónoma, sino sincronizada con los sentimientos y los deseos de quiĆ©n escucha.
«Sabemos que la música emociona a las personas, las hace bailar, sentir; la música realmente nos transforma, asà que decidimos crear una narrativa donde el usuario viviese esa mutación. El producto no solo se adapta a tu casa, sino que te transforma, cambia tu estado de Ônimo».
El spot, de cuatro minutos, muestra a una trabajadora agotada por la jornada, la masificación de la ciudad, el ruido, el humo y la rutina. Llega a casa, pide música a Siri, que le pone una canción. Ella se queda quieta en medio del cuarto, exÔnime, como un robot al que le han apretado el botón off. Luego se recuesta en el sofÔ y se da cuenta de que los movimientos de sus manos prolongan la dimensión de la mesa.

Empieza a bailar, a comunicarse con las paredes, que obedecen y se alargan. Los cuadros colgados van convirtiĆ©ndose en acordeones cromĆ”ticos, en cuerdas que vibran y que acogen a la joven y le abren un camino a su medida. La mĆŗsica y el baile y los efectos encajan con precisión. Es una proeza tĆ©cnica y artĆstica. Y, sobre todo, un hĆ”bil relato: en un punto, en medio de la apoteosis del color, aparece un espejo. Al ver su imagen, ella se acuerda de sĆ misma, de lo que espera mĆ”s allĆ” de la fantasĆa musical, y se deprime. Pero la melodĆa persiste y ella se cuela dentro del espejo, invade una realidad paralela donde baila consigo misma, duplicada y libre.
El spot ofrece una salvación por la vĆa de las emociones y la fantasĆa, no por la de los hechos. La mĆŗsica cambia el estado de Ć”nimo y altera las leyes fĆsicas. Del mismo modo diseƱaron el anuncio de Apple Watch, en el que decenas de personas acaban flotando a gravedad cero.
Bosch también desarrolló una campaña para el Samsung Galaxy S6 que sigue otro de los pilares discursivos de la publicidad de los móviles: mostrar gente haciendo cosas apasionantes e interesantes o visitando entornos memorables con el teléfono cerca. El móvil como potenciador de la vitalidad y del disfrute. Ese es el mensaje, probablemente, no tanto la realidad.
El dilema de publicitar telƩfonos inteligentes
El creativo catalĆ”n confiesa una visión Ćntima poco optimista: Ā«Realmente, la tecnologĆa nos estĆ” haciendo daƱo a muchos niveles. Pasamos mĆ”s tiempo mirando pantallas que mirando ventanas o paisajes. No sabemos disfrutar, hacemos cosas pensando en quĆ© vendrĆ” despuĆ©s. No disfrutamos de los eventos pĆŗblicos al no dejar el móvil de ladoĀ», lamenta.
Bosch plantea un dilema: Ā«Hablar de tecnologĆa en publicidad es algo muy sensible. ĀæCómo hablas de las ventajas cuando en vez de aconsejar pasar mĆ”s tiempo con la tecnologĆa, tendrĆamos que promover el dejarla de lado?Ā».
Unos usos de la tecnologĆa pueden divorciarnos de lo que nos rodea, y otros, congraciarnos con lo lejano. Bosch participó en una campaƱa de Skype, y lo hizo con conocimiento de causa: lleva aƱos trabajando por el mundo; de hecho, poco a poco, estĆ” olvidando cómo se escribe en espaƱol.

Retratos familiares intercontinentales
El equipo buscó historias reales de allegados que se encontraran habitualmente en el puente virtual de la cÔmara web. Se aliaron con el fotógrafo John Clang y llegaron a la conclusión de que «la mejor forma de representar un momento familiar común en todo el mundo es la foto de familia».
Aprovecharon las paredes de las casas para proyectar sobre ellas, a tamaƱo real, la imagen de los parientes que habitaban al otro lado del mundo, y junto a ellos, de carne, hueso y aƱoranza, se colocaban los hijos, hermanos o amigos presentes. Todos mirando a cƔmara, a la misma cƔmara desde distintos rincones del planeta.
Arnau es un gran creativo y una gran persona.
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