17 de febrero 2014    /   CIENCIA
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Así era la ley del aborto hace más de 2.000 años

17 de febrero 2014    /   CIENCIA     por          
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“Cuando las parejas tengan demasiados hijos, dejemos que se realicen abortos antes de que dé comienzo la vida y el sentido”. Aunque este argumento podría haberse escuchado, con variantes, en un debate actual sobre el aborto, la cita la escribió Aristóteles hace unos 2.500 años. El texto recoge el sentir general de la Antigua Grecia en cuanto a esta práctica. La interrupción del embarazo era aceptada como medio de controlar la población de las ciudades-estado.

(Artículo de Materia Ciencia)

Algo parecido sucedía en Roma. Otras civilizaciones coetáneas, sin embargo, consideraban al feto un ser humano y, por tanto, sujeto a “derechos humanos”, una postura igual a la que defienden hoy algunos sectores en España y otros países. De hecho, un reciente estudio que ha comparado cómo eran las leyes del aborto en tres grandes culturas de la antigüedad muestra que el trasfondo del debate del aborto tenía, hace más de 2.000 años, muchas similitudes con el actual.

Varios estudios han explorado la tolerancia al aborto en las cultura clásicas. La interrupción del embarazo era una legítima forma de controlar la población defendida por los cráneos más privilegiados de Grecia, incluidos Platón y Aristóteles.

Al igual que hoy, un tema como este no estaba exento de enfrentamientos. Por ejemplo, un estudio reciente resalta que en Grecia había médicos que se negaban a practicar cualquier tipo de aborto por su juramento hipocrático. En la actualidad, en España no faltan voces que mantienen lo mismo. Sin embargo no está claro si el juramento original de los médicos incluía la prohibición relativa al aborto. Hay estudios que apuntan a que su inclusión fue posterior y por influjo de los pitagóricos, la única gran escuela de pensamiento griega que se oponía a cualquier aborto, pues lo consideraban un “asesinato”. Esto se debía a que pensaban que el “alma”entraba en el cuerpo en el momento de la fertilización, según resalta otro trabajo muy reciente sobre el tema. Sin embargo, puede que el propio Hipócrates, el médico heleno que dio nombre al juramento, no fuera de esta opinión, pues señalaba que el feto no tenía vida hasta, al menos, los 40 días. De cualquier forma, el eco de los “asesinatos” pitagóricos o los plazos de Hipócrates recuerdan a argumentos usados hoy para defender o execrar el aborto.

En Roma abortar también era tolerado, pero esa tolerancia no tenía mucho que ver con la civilización, al menos tal y como la entendemos hoy. Los hombres tenían derecho a hacer que su mujer abortara si no querían su hijo, pero si estas lo hacían por su cuenta podían ser castigadas y su marido tenía derecho a exigir el divorcio, según relata el estudio mencionado, publicado en Acta Medico-Historica Adriatica. Por lo general, las normas del aborto trataban de atender las necesidades del hombre más que de la mujer, algo que los romanos compartían con los griegos.

El aborto en Roma fue “popular” hasta el año 374, cuando el imperio atravesaba ya una crisis militar y económica que le llevaría a su desaparición. Unos años antes, la Iglesia católica había comenzado a “condenar” a todas las mujeres que abortaban, que debían expiar su pecado durante diez años, resalta el estudio.

Irán y España

En aquellos tiempos, una de las potencias pujantes contra Roma era Persia, un lugar donde las leyes del aborto eran totalmente diferentes, según relata el estudio, realizado por historiadores de la medicina y la ciencia de Irán. “Los antiguos persas valoraban el feto y lo equiparaban con cualquier otra persona”, añade.

En la civilización persa anterior a la invasión musulmana se consideraba que la vida de un ser humano comenzaba con la fertilización y existían “duras” leyes en contra de cualquier tipo de aborto, resaltan los autores. Esas leyes obligaban a parir a las mujeres aunque sus hijos fuesen fruto de una violación y establecían diferentes vigilantes para asistir al parto y asegurarse de que el bebé era mantenido en condiciones. A cambio existían normas que aportaban dotaciones de alimentos a mujeres embarazadas y también bajas maternales, según detalla el trabajo mencionado.

Hoy las cosas han cambiado. En Irán, actualmente una república islámica, abortar sigue siendo difícil para algunas mujeres a pesar de la liberalización del aborto realizada en 2005. Entre otras cosas, la ley recoge decenas de enfermedades y defectos del feto en cuyos casos se permite abortar previa admisión por parte de las autoridades. En España, el nuevo proyecto de ley del aborto elimina el supuesto por malformación o defectos en el feto. Mientras, en la calle, en las iglesias y en los medios siguen oyéndose argumentos que recuerdan a los que se esgrimían hace más de 2.000 años.

REFERENCIA

‘An investigation into the ancient abortion laws: comparing ancient Persia with ancient Greece and Rome’ doi:2013;11(2):291-8.

Materia es una redacción de noticias de ciencia, medio ambiente, salud y tecnología, comprometida con la elaboración de información de alta calidad, con rigor e independencia. Los contenidos de Materia pueden ser republicados gratuitamente. Lee, piensa, comparte.

“Cuando las parejas tengan demasiados hijos, dejemos que se realicen abortos antes de que dé comienzo la vida y el sentido”. Aunque este argumento podría haberse escuchado, con variantes, en un debate actual sobre el aborto, la cita la escribió Aristóteles hace unos 2.500 años. El texto recoge el sentir general de la Antigua Grecia en cuanto a esta práctica. La interrupción del embarazo era aceptada como medio de controlar la población de las ciudades-estado.

(Artículo de Materia Ciencia)

Algo parecido sucedía en Roma. Otras civilizaciones coetáneas, sin embargo, consideraban al feto un ser humano y, por tanto, sujeto a “derechos humanos”, una postura igual a la que defienden hoy algunos sectores en España y otros países. De hecho, un reciente estudio que ha comparado cómo eran las leyes del aborto en tres grandes culturas de la antigüedad muestra que el trasfondo del debate del aborto tenía, hace más de 2.000 años, muchas similitudes con el actual.

Varios estudios han explorado la tolerancia al aborto en las cultura clásicas. La interrupción del embarazo era una legítima forma de controlar la población defendida por los cráneos más privilegiados de Grecia, incluidos Platón y Aristóteles.

Al igual que hoy, un tema como este no estaba exento de enfrentamientos. Por ejemplo, un estudio reciente resalta que en Grecia había médicos que se negaban a practicar cualquier tipo de aborto por su juramento hipocrático. En la actualidad, en España no faltan voces que mantienen lo mismo. Sin embargo no está claro si el juramento original de los médicos incluía la prohibición relativa al aborto. Hay estudios que apuntan a que su inclusión fue posterior y por influjo de los pitagóricos, la única gran escuela de pensamiento griega que se oponía a cualquier aborto, pues lo consideraban un “asesinato”. Esto se debía a que pensaban que el “alma”entraba en el cuerpo en el momento de la fertilización, según resalta otro trabajo muy reciente sobre el tema. Sin embargo, puede que el propio Hipócrates, el médico heleno que dio nombre al juramento, no fuera de esta opinión, pues señalaba que el feto no tenía vida hasta, al menos, los 40 días. De cualquier forma, el eco de los “asesinatos” pitagóricos o los plazos de Hipócrates recuerdan a argumentos usados hoy para defender o execrar el aborto.

En Roma abortar también era tolerado, pero esa tolerancia no tenía mucho que ver con la civilización, al menos tal y como la entendemos hoy. Los hombres tenían derecho a hacer que su mujer abortara si no querían su hijo, pero si estas lo hacían por su cuenta podían ser castigadas y su marido tenía derecho a exigir el divorcio, según relata el estudio mencionado, publicado en Acta Medico-Historica Adriatica. Por lo general, las normas del aborto trataban de atender las necesidades del hombre más que de la mujer, algo que los romanos compartían con los griegos.

El aborto en Roma fue “popular” hasta el año 374, cuando el imperio atravesaba ya una crisis militar y económica que le llevaría a su desaparición. Unos años antes, la Iglesia católica había comenzado a “condenar” a todas las mujeres que abortaban, que debían expiar su pecado durante diez años, resalta el estudio.

Irán y España

En aquellos tiempos, una de las potencias pujantes contra Roma era Persia, un lugar donde las leyes del aborto eran totalmente diferentes, según relata el estudio, realizado por historiadores de la medicina y la ciencia de Irán. “Los antiguos persas valoraban el feto y lo equiparaban con cualquier otra persona”, añade.

En la civilización persa anterior a la invasión musulmana se consideraba que la vida de un ser humano comenzaba con la fertilización y existían “duras” leyes en contra de cualquier tipo de aborto, resaltan los autores. Esas leyes obligaban a parir a las mujeres aunque sus hijos fuesen fruto de una violación y establecían diferentes vigilantes para asistir al parto y asegurarse de que el bebé era mantenido en condiciones. A cambio existían normas que aportaban dotaciones de alimentos a mujeres embarazadas y también bajas maternales, según detalla el trabajo mencionado.

Hoy las cosas han cambiado. En Irán, actualmente una república islámica, abortar sigue siendo difícil para algunas mujeres a pesar de la liberalización del aborto realizada en 2005. Entre otras cosas, la ley recoge decenas de enfermedades y defectos del feto en cuyos casos se permite abortar previa admisión por parte de las autoridades. En España, el nuevo proyecto de ley del aborto elimina el supuesto por malformación o defectos en el feto. Mientras, en la calle, en las iglesias y en los medios siguen oyéndose argumentos que recuerdan a los que se esgrimían hace más de 2.000 años.

REFERENCIA

‘An investigation into the ancient abortion laws: comparing ancient Persia with ancient Greece and Rome’ doi:2013;11(2):291-8.

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Opiniones 10
  • Los que están en contra del aborto suelen recurrir a los “métodos naturales de control”, tanto de población o de los hijos. Los métodos naturales son la muerte a manos de un depredador, de hambre, abandono por no poder hacerse cargo los progenitores, asesinato a manos de otro de la misma especie… Son métodos que vistos en un documental con leones o hienas son del todo comprensibles, pero no creo que un Dios que nos quiere y nos protege esté a favor de esto. Yo, sin creer en Dios no lo estoy.

  • Que este debate lleve desde, como pronto, la época de Aristóteles, reconforta bastante. Sabes que morirás y seguirá sin resolverse, lo cual alivia mucho.

  • A mi no me alivia, la verdad. Yo, como mujer, puedo abortar. El estado solo tiene q garantizar unas condiciones para q no corra peligro mi vida al hacerlo. Yo no soy una incubadora publica.

  • Razón tiene usted, Marian, en que mi comentario quedó cojo. Alivia saber que, por mucho que debatamos ahora, no vamos a resolver una discusión milenaria. Y agobia e indign que se prive de la libertad de abortar. Lo correcto, a mi entender, sería mantener el debate durante los siglos que haga falta, pero sin privar de sus derechos a la mujer que quiera abortar.

  • Tienes toda la razón Juan. Da gusto ver cómo instituciones que usan ese argumento como la Iglesia Católica lo aplican con igual tesón en los abusos sexuales a niños, en la denuncia a las torturas, las matanzas indiscriminadas por motivos de religión…

  • El aborto si es algo criminal, pero depende… porque hay gente que no está preparada para ser padres, por ende los hijos sufren la mas frías y duras crueldades de la VIDA. Por eso debe ser una opción aceptable el aborto.

  • Comentarios cerrados.