«Resulta extraño surcar el mar para llegar a un lugar extraño y, aun asÃ, sentirse como en casa». La frase la pronuncia uno de los personajes de Assassin’s Creed Valhalla al llegar desde Escandinavia a Inglaterra, pero podrÃa hacerse extensible a lo que siente, al otro lado de la pantalla, el jugador. El nuevo juego de Ubisoft cambia de escenario, pero mantiene intacto todo lo demás. Cuando una fórmula funciona no tiene sentido cambiarla. Y la saga Assassin’s Creed, con 12 entregas canónicas, nueve spin-offs y un buen puñado de cómics, libros y pelÃculas a sus espaldas, puede presumir de que funciona a la perfección.
Las dos últimas entregas de Assassin’s Creed se desarrollaron en la Grecia clásica y el Antiguo Egipto. En esta ocasión el contexto es, a priori, menos exótico: la Inglaterra feudal del siglo IX. Sin embargo, la historia no se centra tanto en los sajones como en las hordas de vikingos que los asediaron. La yuxtaposición de universos históricos que asumimos como independientes enriquece el juego y sirve como telón de fondo. La Inglaterra feudal se alza sobre ruinas romanas, los clanes vikingos tejen estrategias con nobles locales, derrocan y entronan a los reyes de una Inglaterra embrionaria.
Pero hemos venido aquà a luchar. En lÃneas generales, a la hora de enfrentarse a un enemigo se puede optar por el combate o el sigilo. Aunque el punto fuerte de la saga siempre ha sido este segundo, en las últimas entregas se ha potenciado más la acción. Assassin’s Creed Valhalla no es una excepción. Al fin y al cabo, los vikingos no eran conocidos por su sutileza. Cortar cabezas con el hacha, desmembrar, ensartar o empalar a los enemigos es bastante satisfactorio. En el juego.
Para los más aprensivos hay una opción para censurar tanta casquerÃa. Desluce el resultado final cierta confusión a la hora de retratar saqueos y batallas multitudinarias, siendo a veces difÃcil localizar al personaje que estamos manejando. Este hecho, unido a ciertos bugs y errores (la salida de la Playstation 5 quizá haya hecho que se apresure el lanzamiento del juego) lastran la experiencia y pueden llegar a frustrar al más paciente. Lo bueno es que son errores subsanables que, esperemos, se irán corrigiendo con la llegada de parches descargables.
«Resulta extraño surcar el mar para llegar a un lugar extraño y, aun asÃ, sentirse como en casa». La frase la pronuncia uno de los personajes de Assassin’s Creed Valhalla al llegar desde Escandinavia a Inglaterra, pero podrÃa hacerse extensible a lo que siente, al otro lado de la pantalla, el jugador. El nuevo juego de Ubisoft cambia de escenario, pero mantiene intacto todo lo demás. Cuando una fórmula funciona no tiene sentido cambiarla. Y la saga Assassin’s Creed, con 12 entregas canónicas, nueve spin-offs y un buen puñado de cómics, libros y pelÃculas a sus espaldas, puede presumir de que funciona a la perfección.
Las dos últimas entregas de Assassin’s Creed se desarrollaron en la Grecia clásica y el Antiguo Egipto. En esta ocasión el contexto es, a priori, menos exótico: la Inglaterra feudal del siglo IX. Sin embargo, la historia no se centra tanto en los sajones como en las hordas de vikingos que los asediaron. La yuxtaposición de universos históricos que asumimos como independientes enriquece el juego y sirve como telón de fondo. La Inglaterra feudal se alza sobre ruinas romanas, los clanes vikingos tejen estrategias con nobles locales, derrocan y entronan a los reyes de una Inglaterra embrionaria.
Pero hemos venido aquà a luchar. En lÃneas generales, a la hora de enfrentarse a un enemigo se puede optar por el combate o el sigilo. Aunque el punto fuerte de la saga siempre ha sido este segundo, en las últimas entregas se ha potenciado más la acción. Assassin’s Creed Valhalla no es una excepción. Al fin y al cabo, los vikingos no eran conocidos por su sutileza. Cortar cabezas con el hacha, desmembrar, ensartar o empalar a los enemigos es bastante satisfactorio. En el juego.
Para los más aprensivos hay una opción para censurar tanta casquerÃa. Desluce el resultado final cierta confusión a la hora de retratar saqueos y batallas multitudinarias, siendo a veces difÃcil localizar al personaje que estamos manejando. Este hecho, unido a ciertos bugs y errores (la salida de la Playstation 5 quizá haya hecho que se apresure el lanzamiento del juego) lastran la experiencia y pueden llegar a frustrar al más paciente. Lo bueno es que son errores subsanables que, esperemos, se irán corrigiendo con la llegada de parches descargables.