Con el pie izquierdo hacia atrás, lleva el peso de tu cuerpo al derecho. Adelanta el pie izquierdo a la altura del derecho y mueve ambos hacia la izquierda y luego la derecha. Si tienes alguien enfrente que hace lo contrario es que estás bailando Lindy Hop, el divertimento que hizo olvidar a los estadounidenses el crack del 29 y que derribó fronteras raciales. Ahora resucita en las pistas de medio planeta para sobrellevar un atroz inicio del siglo XXI. A diario sufrimos las consecuencias de la caÃda de las Torres Gemelas y de las bolsas internacionales. Asà que, si el mundo se desmorona bajo nuestros pies, que sea al menos porque bailamos demasiado.
La fiebre que entonces era neoyorquina es ahora universal. Cualquiera puede encontrar a la vuelta de la esquina un lugar donde empezar a aprender esta disciplina, que aporta algo de absurdo y acrobacia a los bailes de salón con pasos que van mucho más allá de la ligera aproximación inicial con la que empieza este artÃculo.
Aunque en sus orÃgenes causaba furor entre adolescentes y veinteañeros, el alumno actual de este derivado del swing tiene un perfil social completamente variado, tanto como el rango de edad. Por ejemplo, Simon enseña ahora mismo a personas entre los 16 y los 80 años.
Con el pie izquierdo hacia atrás, lleva el peso de tu cuerpo al derecho. Adelanta el pie izquierdo a la altura del derecho y mueve ambos hacia la izquierda y luego la derecha. Si tienes alguien enfrente que hace lo contrario es que estás bailando Lindy Hop, el divertimento que hizo olvidar a los estadounidenses el crack del 29 y que derribó fronteras raciales. Ahora resucita en las pistas de medio planeta para sobrellevar un atroz inicio del siglo XXI. A diario sufrimos las consecuencias de la caÃda de las Torres Gemelas y de las bolsas internacionales. Asà que, si el mundo se desmorona bajo nuestros pies, que sea al menos porque bailamos demasiado.
La fiebre que entonces era neoyorquina es ahora universal. Cualquiera puede encontrar a la vuelta de la esquina un lugar donde empezar a aprender esta disciplina, que aporta algo de absurdo y acrobacia a los bailes de salón con pasos que van mucho más allá de la ligera aproximación inicial con la que empieza este artÃculo.
Aunque en sus orÃgenes causaba furor entre adolescentes y veinteañeros, el alumno actual de este derivado del swing tiene un perfil social completamente variado, tanto como el rango de edad. Por ejemplo, Simon enseña ahora mismo a personas entre los 16 y los 80 años.
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