No es raro sufrir un desengaƱo amoroso. QuizĆ”s ese amor no correspondido que supuso una obsesión en el instituto, esa cita a ciegas en la que la otra persona se echó atrĆ”s. A lo mejor ese compaƱero de trabajo que parecĆa interesado y solo quedó en un revolcón en la cena de Navidad.
Porque antes los desengaƱos ocurrĆan de tĆŗ a tĆŗ. Sin embargo, ahora las personas pueden herirse sin tan quisiera haberse visto nunca en persona.
Las redes sociales y las apps de citas han motivado un nuevo tipo de relaciones. Esas que ocurren y toman forma en el mundo digital antes de pasar al anÔlogico. Pero que, pese a ello, sà que implican sentimientos muy reales.
Las nuevas relaciones llevan tambiƩn a nuevos usos. Aunque quizƔs solo se trate de nombres nuevos para prƔcticas de toda la vida.
Primero fue el ghosting. O lo que es lo mismo, desaparecer sin dejar rastro, como un fantasma. Algo que es mucho mÔs fÔcil cuando no hay ningún entorno en común y la comunicación puede cortarse eliminando a la otra persona como amigo en Facebook o bloqueÔndola en Whatsapp.
LucĆa MartĆn, periodista y autora de un libro Hola, Āæsexo? (Almuzara) que analiza el mundo de las citas online, explica que Ā«lo de hombres que desaparecĆan (mujeres tambiĆ©n, pero lo hacen mĆ”s ellos) siempre ha existido, no es nuevoĀ». Sin embargo, desde la perspectiva del mundo online, esta prĆ”ctica se potencia ya que Ā«hay mĆ”s anonimato y sobre todo, no hay tamiz, nadie te fiscaliza tu actitud, por lo que el fenómeno ha crecidoĀ».
A esta idea añade que «si la mala educación ha existido siempre, ahora con la proliferación de estas herramientas, ha aumentado».

La idea es que realmente se toma como cierto que puedes meter a alguien en el carrito de la compra, y si no te gusta, devolverlo a la tienda. Asà se olvida que detrÔs de los perfiles y avatares hay personas que quizÔs no sientan amor, pero sà pueden sentir dañada su autoestima.
Precisamente sobre la autoestima va otra de estas modas. El llamado benching serĆa algo asĆ como dejarse querer. BĆ”sicamente consiste en alimentar las esperanzas de la otra persona, solo vĆa online, para tener a alguien detrĆ”s que alimente el ego, sin que haya ninguna intención de tener una relación real.
La clave, segĆŗn la periodista, es que aunque las apps de citas tengan muchas ventajas, tambiĆ©n hay que tener en cuenta que Ā«han mercantilizado las relacionesĀ». AsĆ, lejos de tener interĆ©s en alguien en concreto, se tiende a pensar que cuantas mĆ”s personas se tenga en la lista de espera, mĆ”s aumenta el valor de esa persona en el mercado de las citas.
Como recuerda MartĆn, estas modas Ā«han venido para quedarse, no creo que sea algo pasajero. Algunas cerrarĆ”n, pero otras seguirĆ”n creciendoĀ».
La perspectiva psicológica
Sobre esta última cuestión, el psicólogo y sexólogo Fernando Villadangos aporta que «muchas personas tratan a otras como un producto de consumo mÔs. Igual que te gusta tener en la nevera una botella de leche de repuesto, hay personas que coleccionan relaciones sin comprometerse emocionalmente. Se muestra interés y se utilizan técnicas de seducción falsas para enganchar al otro».
En este sentido resalta que lo que ocurre es que Ā«falta empatĆa, falta compromiso afectivo y se trata, por tanto, de relaciones tóxicas. Conviene identificarlas cuanto antes para alejarse de ellas y no daƱar la propia autoestimaĀ».
Todo ello tiene un consecuencia en la persona que sufre estas tendencias. «Los efectos son nefastos y los veo continuamente en mi consulta. Autoestima dañada y sufrimiento por no saber qué estÔ sucediendo. Es como vivir en la niebla donde alguien te dice que le gustas y que te quiere y después no es coherente con su comportamiento».
En los casos mÔs extremos puede ocurrir que «la persona engañada desarrolle miedo a crear nuevas relaciones emocionales por el temor a volver a sufrir». Por eso lo mejor es darse cuenta cuando antes y «hacer un aprendizaje en positivo para el futuro».

Sin embargo, no hay que pensar que solo afecta al que lo recibe. También el que da se lleva su parte. Según Villadangos, «las personas que engañan tienen un problema bastante grande que podemos definir como inmadurez emocional. No han aprendido a confiar y se plantean la vida como una jungla donde hay que aprovecharse de los demÔs».
El experto los define como personas que «tienen un código basado en la mentira, el engaño y el camuflaje. Son excelentes seductores. Y lo digo en masculino porque suelen ser mayoritariamente hombres y esto no es casual en una cultura tan sexista como la nuestra».
Pese a ello el sexólogo insiste en que la culpa es de ciertas actitudes y no solo de las herramientas, que también tiene su lado positivo. «Estamos en la era de internet y se multiplican las oportunidades de conocer personas en distintos foros y webs. Pienso que es algo fantÔstico en este sentido, porque puede ayudar a romper el aislamiento y contactar con otras personas».
Para ello su consejo es «no tomarse todo lo que te dicen como auténtico antes de contrastarlo con la experiencia real. Incluso si has conocido personalmente a alguien y te ha gustado, es recomendable darte un tiempo para conocerla mejor y comprobar si es coherente con lo que dice antes de llegar a un compromiso afectivo».
Estupendo reportaje Silvia, ponerle nombre a estas prƔcticas va a ayudar a que muchas personas sepan que existe y reducir los daƱos causados en lo emocional.
Cada vez atiendo a mƔs personas en consulta que han sufrido de ghosting y es importante advertir y protegernls de ello.
Un saludo
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