El mundo aguarda impaciente la llegada del hombre a Marte. Para amenizar la espera, ya hay quienes se atreven a cocinar como si estuvieran en el planeta rojo. Cocineros y botánicos de la ciudad de Wageningen, en los PaÃses Bajos, han preparado una de las primeras comidas de alimentos cultivados en una tierra que imita con detalle a la marciana y la lunar.
Ya lo hizo Matt Damon en Marte, pelÃcula en la que el actor encarna a un astronauta que debe sobrevivir en las durÃsimas condiciones extraterrestres. Entre muchas de sus increÃbles proezas, logra sembrar patatas. Para que los futuros colonizadores del espacio no tengan que improvisar tanto como el protagonista del film, los investigadores y estudiantes de la Universidad de Wageningen llevan meses cultivando toda clase de verduras y hortalizas en unas macetas que contienen tierra comprada directamente a la NASA.
«Me gustó mucho, sobre todo la sopa de patatas y el postre sabÃan muy bien», opina sobre la cena Wieger Wamelink, investigador principal y botánico que, junto a su equipo, ha cultivado los alimentos.
Aunque el buen sabor de las verduras y hortalizas es un punto a favor del proyecto, no era el reto principal a batir. Mucho antes de que se encendieran los fogones, los investigadores tuvieron que cerciorarse del buen estado de los alimentos. Al igual que los de Marte y la Luna, el terreno simulado por los investigadores contiene gran cantidad de metales pesados como el plomo o el mercurio. Los botánicos comprobaron que el nivel era muy bajo y no alcanzaba la dosis máxima permitida.
«Creo que ir a Marte será la mayor aventura de este siglo, y poder contribuir con esta pequeñÃsima parte es sencillamente genial», afirma Wamelink, gran apasionado de la horticultura. En su casa, cuenta con su propio propio jardÃn ecológico con verduras y árboles frutales.
Su doctorado sobre el vÃnculo entre la aparición de especies de plantas y las caracterÃsticas del suelo le ha servido como base del proyecto. Antes de preparar la cena, han sido necesarios 3 años de experimentos y trabajo. Durante este tiempo, el invernadero de la universidad ha sido la casa de las verduras y hortalizas extraterrestres, como tomates, patatas, rábano, rúcula o zanahoria.
El mundo aguarda impaciente la llegada del hombre a Marte. Para amenizar la espera, ya hay quienes se atreven a cocinar como si estuvieran en el planeta rojo. Cocineros y botánicos de la ciudad de Wageningen, en los PaÃses Bajos, han preparado una de las primeras comidas de alimentos cultivados en una tierra que imita con detalle a la marciana y la lunar.
Ya lo hizo Matt Damon en Marte, pelÃcula en la que el actor encarna a un astronauta que debe sobrevivir en las durÃsimas condiciones extraterrestres. Entre muchas de sus increÃbles proezas, logra sembrar patatas. Para que los futuros colonizadores del espacio no tengan que improvisar tanto como el protagonista del film, los investigadores y estudiantes de la Universidad de Wageningen llevan meses cultivando toda clase de verduras y hortalizas en unas macetas que contienen tierra comprada directamente a la NASA.
«Me gustó mucho, sobre todo la sopa de patatas y el postre sabÃan muy bien», opina sobre la cena Wieger Wamelink, investigador principal y botánico que, junto a su equipo, ha cultivado los alimentos.
Aunque el buen sabor de las verduras y hortalizas es un punto a favor del proyecto, no era el reto principal a batir. Mucho antes de que se encendieran los fogones, los investigadores tuvieron que cerciorarse del buen estado de los alimentos. Al igual que los de Marte y la Luna, el terreno simulado por los investigadores contiene gran cantidad de metales pesados como el plomo o el mercurio. Los botánicos comprobaron que el nivel era muy bajo y no alcanzaba la dosis máxima permitida.
«Creo que ir a Marte será la mayor aventura de este siglo, y poder contribuir con esta pequeñÃsima parte es sencillamente genial», afirma Wamelink, gran apasionado de la horticultura. En su casa, cuenta con su propio propio jardÃn ecológico con verduras y árboles frutales.
Su doctorado sobre el vÃnculo entre la aparición de especies de plantas y las caracterÃsticas del suelo le ha servido como base del proyecto. Antes de preparar la cena, han sido necesarios 3 años de experimentos y trabajo. Durante este tiempo, el invernadero de la universidad ha sido la casa de las verduras y hortalizas extraterrestres, como tomates, patatas, rábano, rúcula o zanahoria.
Que cosa más interesante!
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