En 1974 William S. Burroughs impartió un curso de escritura creativa en el City College de Nueva York durante seis meses.
La experiencia fue catalogada por el escritor como una de las peores de su vida. Teniendo en cuenta que en 1951 habÃa matado a su esposa Joan Vollmer mientras jugaban a Guillermo Tell con un revólver, la cosa tuvo que ser realmente dura.
Sea como fuere, esas charlas son un magnÃfico material para conocer mejor la obra y el pensamiento de Burroughs. En ellas, el autor de Yonqui despliega un vasto conocimiento sobre magia, drogas, violencia, extraterrestres, cienciologÃa, holocaustos nucleares y, por supuesto, literatura.
Para escribir hay que leer.
No solo leer, sino hacerlo en grupo. Para Burroughs son más útiles los talleres de lectura que los de escritura porque lo importante es compartir diferentes visiones de un mismo texto. Incluso releer un mismo libro en diferentes momentos de la vida arroja saldos diferentes para el lector.
Escribir es crear imágenes.
La escritura, en opinión de Burroughs, es un proceso muy similar al del cine, que consiste en crear una sucesión de imágenes utilizando las palabras. Aunque pueda resultar chocante, en el fondo es como imitar los jeroglÃficos egipcios, pero con palabras.
Ten paciencia ante la incomprensión.
Cuando un artista o un escritor desarrolla una nueva forma de arte, sea en un lienzo, en una pelÃcula o en un libro, la mayor parte de la gente no será capaz de percibirla. De hecho, lo normal es que se enfade, se sienta estafada e incluso que reacciones violentamente. Solo con el paso del tiempo serán capaces de apreciarlo.
Sin problemas, no hay historia.
Tan sencillo como eso. Para ilustrar su afirmación, Burroughs recurre al personaje de Razunov, el protagonista de Bajo la mirada de occidente, de Conrad. Un estudiante que hubiera podido tener una brillante carrera de no haberse metido en lÃos aunque, si no se hubiera metido en problemas, lo que no habrÃa habido serÃa novela.
Los best sellers no son necesariamente malos.
El autor de Nova express tiene palabras muy halagadoras para, por ejemplo, Stephen King y su libro El resplandor. En otras palabras, cuando leas, deja a un lado tus prejuicios.
En 1974 William S. Burroughs impartió un curso de escritura creativa en el City College de Nueva York durante seis meses.
La experiencia fue catalogada por el escritor como una de las peores de su vida. Teniendo en cuenta que en 1951 habÃa matado a su esposa Joan Vollmer mientras jugaban a Guillermo Tell con un revólver, la cosa tuvo que ser realmente dura.
Sea como fuere, esas charlas son un magnÃfico material para conocer mejor la obra y el pensamiento de Burroughs. En ellas, el autor de Yonqui despliega un vasto conocimiento sobre magia, drogas, violencia, extraterrestres, cienciologÃa, holocaustos nucleares y, por supuesto, literatura.
Para escribir hay que leer.
No solo leer, sino hacerlo en grupo. Para Burroughs son más útiles los talleres de lectura que los de escritura porque lo importante es compartir diferentes visiones de un mismo texto. Incluso releer un mismo libro en diferentes momentos de la vida arroja saldos diferentes para el lector.
Escribir es crear imágenes.
La escritura, en opinión de Burroughs, es un proceso muy similar al del cine, que consiste en crear una sucesión de imágenes utilizando las palabras. Aunque pueda resultar chocante, en el fondo es como imitar los jeroglÃficos egipcios, pero con palabras.
Ten paciencia ante la incomprensión.
Cuando un artista o un escritor desarrolla una nueva forma de arte, sea en un lienzo, en una pelÃcula o en un libro, la mayor parte de la gente no será capaz de percibirla. De hecho, lo normal es que se enfade, se sienta estafada e incluso que reacciones violentamente. Solo con el paso del tiempo serán capaces de apreciarlo.
Sin problemas, no hay historia.
Tan sencillo como eso. Para ilustrar su afirmación, Burroughs recurre al personaje de Razunov, el protagonista de Bajo la mirada de occidente, de Conrad. Un estudiante que hubiera podido tener una brillante carrera de no haberse metido en lÃos aunque, si no se hubiera metido en problemas, lo que no habrÃa habido serÃa novela.
Los best sellers no son necesariamente malos.
El autor de Nova express tiene palabras muy halagadoras para, por ejemplo, Stephen King y su libro El resplandor. En otras palabras, cuando leas, deja a un lado tus prejuicios.
Realmente útil.
Gracias.
Es una delicia leerte, Eduardo y, para colmo, útil. Gracias.
Siguiendo su consejo, no le haré caso.
Gracias por compartir.
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