
Llegó un dĆa en que el surcoreano Kim Ki-duk dejó de hacer cine. Algunas de sus cintas, como “El Arcoā o “Hierro 3ā, son relatos hechos de pasión silenciosa, que conmueven al espectadorĀ sin apenas diĆ”logos. Sus protagonistas se comunican con miradas. Para lograr contar historias tan memorables se convirtió en un hombre de exigencia extrema. Hasta que una de sus actrices a punto estuvo de morir en pleno rodaje.
Durante tres aƱos el director vivió recluido por el impacto vivido. Reflexionaba, sufrĆa en soledad y se sentĆa incapaz de volver a hacer aquello que le habĆa encumbrado. El Ćŗnico modo de salir de ese bucle de dolor lo encontró en su cĆ”mara, con la que grabó, irónicamente, un diĆ”logo consigo mismo. En “Arirangā emplea muchas mĆ”s palabras que las que sus personajes jamĆ”s han pronunciado. Muestra con crudeza un bloqueo personal y creativo del que ha resurgido. “Ahora solo quiero ser libre de las presiones y del dinero de los productores, que han empaƱado mi modo de hacer cineā, explica a Yorokobu.

Lo cuenta ante una taza de café turco, tras presentar su documental autobiogrÔfico en el Festival de Cine de Kustendorf. Por una vez él no compite en el certamen. Lo hacen los jóvenes cortometrajistas que, como él, han sido llamados por Emir Kusturica para celebrar en su casa la mera existencia del cine.
Mira por la ventana y admite que el blanco y montaƱoso paisaje que rodea a Drvengrad (Serbia) en estos dĆas de eneroĀ se parece mucho al paraje rural, a 200 kilómetros de SeĆŗl, donde se recluyó tras rodar “Dream” en 2008. Nuestro anterior encuentro tuvo que ser por videoconferencia, en el Festival de Cine de San SebastiĆ”n de aquel mismo aƱo. Ahora admite que la culpa de que el contacto fuera solo virtual la tuvo esa crisis personal que ya por entonces tenĆa secuestrada su voluntad.
La actriz principal de “Dream” casi murió ahorcada cuando intentaba satisfacer las ansias creativas del director, intentando una nueva pirueta visual que aƱadir a la pelĆcula. Fue el propio Kim Ki-duk quien salvó su vida. “DespuĆ©s de aquello me culpaba de lo sucedido, no era capaz de perdonarme. Mi error fue siempre querer contentar a los productores y tras lo que pasó me neguĆ© a seguir haciĆ©ndolo”, cuenta. Es entonces cuando llegó tambiĆ©n la traición, siempre inoportuna. Sus hasta entonces fieles ayudantes de rodaje comenzaron a aceptar las ofertas que Ć©l rechazaba.

“Arirangā hace referencia a una canción popular de su paĆs que representa una profunda melancolĆa. En esta cinta interpreta una y otra vez esa canción, se autoentrevista, se abronca a sĆ mismo e incluso habla con su propia sombra.
“Esta pelĆcula me ha salvado. Me ha ayudado a mejorar muchas cosas que hasta ahora no funcionaban. TambiĆ©n ha sido un ejercicio de honestidad. A medida que iba probando ideas nuevas con la cĆ”mara iba liberando cosas de mi interior que estaban encerradasā.
AdemĆ”s del poder curativo de este juego cinematogrĆ”fico, la experiencia le sirvió para darse cuenta de cómo volver a hacer cine sin cometer los mismos errores. Y de esa tĆ©cnica casi amateur que se ve en este documental nació su siguiente historia de ficción, “Amenā.

“Ahora mismo quiero hacer un cine tan sencillo como el de “Amen”, prescindir de todos los adornos que me veĆa obligado a incluir por la presión de los productores. Quiero ser libre de su dinero”.
Explica que en Corea del Sur la libertad que conceden las grandes compaƱĆas cinematogrĆ”ficas a sus artistas es casi nula, y que de ese modo se estĆ” perdiendo mucho talento. “A mĆ me salvó en parte el apoyo de los festivales internacionalesā, confiesa.
Por eso, su consejo a los estudiantes que se le acercan durante su estancia en Kustendorf es sencillo: “Lo mĆ”s importante para ser cineasta es vivir la vida intensamente para despuĆ©s contarlo, pero debe hacerse de un modo honesto, sin interferencias porque, aunque tengas Ć©xito al principio, luego se volverĆ” en tu contraā. Palabra de genio.
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Retratos Kim Ki-Duk: Zoran KovaÄeviÄ
Pues yo estuve en el estreno “AmĆ©n” en el Festival de cine de San SebastiĆ”n, y tengo que reconocer que no me gustó nada… de hecho fuĆ© una de las peores valoradas en todo el festi
hierro 3 es infumable, en mi opinión, y me quitó las gans de ver mas pelis de este tipo..
Que prolongue su reclusión, sus sufridos espectadores se lo agradecerĆ”n š
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