Nada hacÃa presagiar aquel Crack del 29 que explotarÃa la burbuja especulativa que se habÃa ido hinchando durante el decenio que ya acababa. Los estadounidenses disfrutaban al máximo de aquella supuesta prosperidad. El consumo se disparó y los automóviles se convirtieron en uno de los artÃculos más demandados, sobre todo por quienes habÃan descubierto la posibilidad de pagarlos a plazos.
A medida que los viajes por carretera se popularizaban, el paisaje alrededor de estas se transformaba. Los bares, restaurantes y tiendas de souvenirs comenzaron a proliferar en estas rutas, y los empresarios pronto cayeron en la cuenta de la necesidad de que sus negocios destacaran por encima de los de la competencia. Los propios establecimientos tenÃan que convertirse en el principal reclamo para los conductores.
Nada hacÃa presagiar aquel Crack del 29 que explotarÃa la burbuja especulativa que se habÃa ido hinchando durante el decenio que ya acababa. Los estadounidenses disfrutaban al máximo de aquella supuesta prosperidad. El consumo se disparó y los automóviles se convirtieron en uno de los artÃculos más demandados, sobre todo por quienes habÃan descubierto la posibilidad de pagarlos a plazos.
A medida que los viajes por carretera se popularizaban, el paisaje alrededor de estas se transformaba. Los bares, restaurantes y tiendas de souvenirs comenzaron a proliferar en estas rutas, y los empresarios pronto cayeron en la cuenta de la necesidad de que sus negocios destacaran por encima de los de la competencia. Los propios establecimientos tenÃan que convertirse en el principal reclamo para los conductores.