
La noche del 30 de mayo de 1832, Evariste Galois tenĆa 20 aƱos y sabĆa que al dĆa siguiente iba a morir. Se iba a batir en duelo por una razón que no se conoce muy bien, probablemente āun lĆo de faldasā. Acababa de salir de la cĆ”rcel por sedición al apoyar a Carlos X, al que Luis Felipe de Orleans habĆa obligado a exiliarse.
Desde pequeƱo habĆa sido rebelde, anticlerical y antimonĆ”rquico. MatemĆ”tico brillante tuvo que luchar para ser admitido en escuelas de prestigio y debió defender sus descubrimientos con ahĆnco; el sistema no creĆa en Ć©l, salvo algĆŗn profesor que entendió que tenĆa madera de genio.
La Ćŗltima noche de su vida, se la pasó escribiendo frenĆ©ticamente a sus amigos republicanos su testamento matemĆ”tico, luchando contra el reloj para dejar su legado a un mundo que en su corta vida no le habĆa tenido mucho en cuenta.
Su trabajo dio fruto a la teorĆa que lleva su nombre y que constituye, entre otras, una de las bases de los sistemas de navegación por satĆ©lite. Fue el primero en utilizar la palabra āgrupoā en un contexto matemĆ”tico.
El 31 de mayo Evariste se batió en un duelo que acabó con su vida. Su āteorĆa de gruposā no solo ha servido para el avance de la matemĆ”tica y ha tenido aplicaciones prĆ”cticas sino que tambiĆ©n ha ayudado a dar respuestas a asuntos de la psique humana.
Paul Watzlavick ha sido profesor de PsiquiatrĆa en la Universidad de Standford y ha tomado como modelo la āteorĆa de gruposā de Galois para llevarla al terreno del comportamiento humano. Agrupar, cosas o personas, es una tarea bĆ”sica para comprender la realidad. Un grupo estĆ” compuesto de miembros con una o mĆ”s caracterĆstica en comĆŗn. Contiene una identidad y tambiĆ©n su recĆproco y su opuesto.
Cambio, cambiar es algo que estÔ presente en el desarrollo del ser humano desde que el hombre se ha dedicado a reflexionar sobre sus acciones. ¿Quién no tiene alguna faceta en su vida que necesita cambiar?
Sin embargo, hasta la aplicación del sentido común falla y nos topamos con grandes dificultades a la hora de efectuar cambios en nuestras vidas. ¿Se puede promover el cambio o este se produce de forma espontÔnea? Ambas opciones son posibles, pero para ello necesitamos ampliar nuestra visión. ¿Van a ser capaces de implementar cambios los miles de jóvenes de la Puerta del Sol y de otras plazas españolas?
Los cambios tienen que llegar a partir de metas concretas, paso a paso, tanto en el nivel individual como en el colectivo. Aunque siempre hay que dejar espacio al mundo de los sueños para efectuarlos. A veces las transformaciones se hacen rÔpidamente cuando el nivel de conciencia se eleva, otras se producen como consecuencia de un goteo que llena nuestra capacidad de comprensión.
Como decĆa Saigyo, un poeta japonĆ©s, en 1118: “Ya que el mundo real parece ser menos que real, para quĆ© necesito suponer que el mundo de los sueƱos no sea nada mĆ”s que un mundo de sueƱos”.
(Este artĆculo fue publicado en el nĆŗmero de julio y agosto de la revista Yorokobu).

La noche del 30 de mayo de 1832, Evariste Galois tenĆa 20 aƱos y sabĆa que al dĆa siguiente iba a morir. Se iba a batir en duelo por una razón que no se conoce muy bien, probablemente āun lĆo de faldasā. Acababa de salir de la cĆ”rcel por sedición al apoyar a Carlos X, al que Luis Felipe de Orleans habĆa obligado a exiliarse.
Desde pequeƱo habĆa sido rebelde, anticlerical y antimonĆ”rquico. MatemĆ”tico brillante tuvo que luchar para ser admitido en escuelas de prestigio y debió defender sus descubrimientos con ahĆnco; el sistema no creĆa en Ć©l, salvo algĆŗn profesor que entendió que tenĆa madera de genio.
La Ćŗltima noche de su vida, se la pasó escribiendo frenĆ©ticamente a sus amigos republicanos su testamento matemĆ”tico, luchando contra el reloj para dejar su legado a un mundo que en su corta vida no le habĆa tenido mucho en cuenta.
Su trabajo dio fruto a la teorĆa que lleva su nombre y que constituye, entre otras, una de las bases de los sistemas de navegación por satĆ©lite. Fue el primero en utilizar la palabra āgrupoā en un contexto matemĆ”tico.
El 31 de mayo Evariste se batió en un duelo que acabó con su vida. Su āteorĆa de gruposā no solo ha servido para el avance de la matemĆ”tica y ha tenido aplicaciones prĆ”cticas sino que tambiĆ©n ha ayudado a dar respuestas a asuntos de la psique humana.
Paul Watzlavick ha sido profesor de PsiquiatrĆa en la Universidad de Standford y ha tomado como modelo la āteorĆa de gruposā de Galois para llevarla al terreno del comportamiento humano. Agrupar, cosas o personas, es una tarea bĆ”sica para comprender la realidad. Un grupo estĆ” compuesto de miembros con una o mĆ”s caracterĆstica en comĆŗn. Contiene una identidad y tambiĆ©n su recĆproco y su opuesto.
Cambio, cambiar es algo que estÔ presente en el desarrollo del ser humano desde que el hombre se ha dedicado a reflexionar sobre sus acciones. ¿Quién no tiene alguna faceta en su vida que necesita cambiar?
Sin embargo, hasta la aplicación del sentido común falla y nos topamos con grandes dificultades a la hora de efectuar cambios en nuestras vidas. ¿Se puede promover el cambio o este se produce de forma espontÔnea? Ambas opciones son posibles, pero para ello necesitamos ampliar nuestra visión. ¿Van a ser capaces de implementar cambios los miles de jóvenes de la Puerta del Sol y de otras plazas españolas?
Los cambios tienen que llegar a partir de metas concretas, paso a paso, tanto en el nivel individual como en el colectivo. Aunque siempre hay que dejar espacio al mundo de los sueños para efectuarlos. A veces las transformaciones se hacen rÔpidamente cuando el nivel de conciencia se eleva, otras se producen como consecuencia de un goteo que llena nuestra capacidad de comprensión.
Como decĆa Saigyo, un poeta japonĆ©s, en 1118: “Ya que el mundo real parece ser menos que real, para quĆ© necesito suponer que el mundo de los sueƱos no sea nada mĆ”s que un mundo de sueƱos”.
(Este artĆculo fue publicado en el nĆŗmero de julio y agosto de la revista Yorokobu).