
Angel Llavero estaba viendo CSI. En aquel episodio emitido una noche de 2006 apareció una mĆ”quina de impresión 3D. āSiempre veo la tele con el portĆ”til. EmpecĆ© a buscar y localicĆ© la empresa que vendĆa las impresoras, zcorp. HablĆ© con ellos y nos cedieron una licencia de distribuciónā, cuenta Llavero, CEO de Sicnova3d.
Desde entonces este abogado de formación y emprendedor de varios negocios, originario de JaĆ©n, empezó a comercializar estas mĆ”quinas en EspaƱa. La impresión 3D, cuando suena en los oĆdos por primera vez, arrastra hasta la ciencia ficción. Pero el tema es mĆ”s sencillo de lo que parece. āSe trata de trasladar lo que diseƱamos en el ordenador a tres dimensionesā, explicó Llavero en una ponencia en Campus Party.
El desconocimiento hace pensar que la impresión 3D es cosa del futuro. Sin embargo, llega hasta dĆ©cadas atrĆ”s en el pasado y es muy comĆŗn en el presente. La Sagrada Familia, por ejemplo, se estĆ” construyendo en función de las maquetas que se imprimen antes en tres dimensiones para ver quĆ© es viable y eliminar errores de construcción. āHacen maquetas a escala antes de construir algo nuevoā, especificó el CEO de esta compaƱĆa con oficinas en JaĆ©n y Barcelona.
āLos moldes para las prótesis de las dentaduras, por ejemplo, tambiĆ©n se hacen mediante impresión 3Dā, aƱade. En la hora y media que dura su explicación en Campus Party han imprimido una figura de unos 15 centĆmetros de alto y un tacto similar a la escayola en una de las impresoras 3D que comercializan.
El material se llama, realmente, composite pero, para que sea mĆ”s fĆ”cil de entender, siempre se explica diciendo que es ācomo un polvo de escayolaā. Fuera del escenario (en esta entrevista), Llavero comenta con cierto humor que ese polvo es un poco conflictivo. āCada vez que viajamos en el coche con este material y nos para la Guardia Civil, tiene que analizarlo porque piensa que es cocaĆna. En los aeropuertos pasa igualā, explica entre risas.
Aparte de despistar a la Guardia Civil y anticiparse a la nueva imagen de la Sagrada Familia, ĀæcuĆ”l es la aplicación para la que mĆ”s se usa en nuestro paĆs?
La industria lleva aƱos aƱos utilizĆ”ndola para hacer prototipos. Para lo que mĆ”s se utiliza es para el desarrollo de un nuevo producto. Imagina que Danone quiere lanzar un nuevo yogur. Antes de encargar la fabricación de los envases, prueban distintos tipos mediante impresión 3D. O Coca-Cola quiere reducir el cuello de su botella porque le hace ahorrar millones de dólares. Hace un prototipo para ver cómo tiene que ser el nuevo envase. Los muƱecos, los muebles… La industria juguetera y la de mobiliario trabajan mucho la impresión 3D.
¿En qué sectores estÔ creciendo el uso de la impresión 3D?
La industria con mƔs potencial es la de los videojuegos. Hay un mercado global dispuesto a comprar muchos personajes y mucho merchandising de juegos online.
Dicen que la generalización de las impresoras puede hacer daƱo a la producción industrial porque cada uno podrĆ” hacer sus propios objetos…
No lo creo. La producción en masa siempre es mÔs barata que producir un objeto en tu casa. ¿CuÔnto puede costarte una taza en Ikea? ¿3 euros? Producir en 3D un objeto asà te cuesta al menos 10 euros mÔs el coste de la mÔquina (estas impresoras valen hoy desde 10.000 a un millón de euros) y su mantenimiento. China, y en el futuro Africa, siempre producirÔn mÔs barato.

Angel Llavero estaba viendo CSI. En aquel episodio emitido una noche de 2006 apareció una mĆ”quina de impresión 3D. āSiempre veo la tele con el portĆ”til. EmpecĆ© a buscar y localicĆ© la empresa que vendĆa las impresoras, zcorp. HablĆ© con ellos y nos cedieron una licencia de distribuciónā, cuenta Llavero, CEO de Sicnova3d.
Desde entonces este abogado de formación y emprendedor de varios negocios, originario de JaĆ©n, empezó a comercializar estas mĆ”quinas en EspaƱa. La impresión 3D, cuando suena en los oĆdos por primera vez, arrastra hasta la ciencia ficción. Pero el tema es mĆ”s sencillo de lo que parece. āSe trata de trasladar lo que diseƱamos en el ordenador a tres dimensionesā, explicó Llavero en una ponencia en Campus Party.
El desconocimiento hace pensar que la impresión 3D es cosa del futuro. Sin embargo, llega hasta dĆ©cadas atrĆ”s en el pasado y es muy comĆŗn en el presente. La Sagrada Familia, por ejemplo, se estĆ” construyendo en función de las maquetas que se imprimen antes en tres dimensiones para ver quĆ© es viable y eliminar errores de construcción. āHacen maquetas a escala antes de construir algo nuevoā, especificó el CEO de esta compaƱĆa con oficinas en JaĆ©n y Barcelona.
āLos moldes para las prótesis de las dentaduras, por ejemplo, tambiĆ©n se hacen mediante impresión 3Dā, aƱade. En la hora y media que dura su explicación en Campus Party han imprimido una figura de unos 15 centĆmetros de alto y un tacto similar a la escayola en una de las impresoras 3D que comercializan.
El material se llama, realmente, composite pero, para que sea mĆ”s fĆ”cil de entender, siempre se explica diciendo que es ācomo un polvo de escayolaā. Fuera del escenario (en esta entrevista), Llavero comenta con cierto humor que ese polvo es un poco conflictivo. āCada vez que viajamos en el coche con este material y nos para la Guardia Civil, tiene que analizarlo porque piensa que es cocaĆna. En los aeropuertos pasa igualā, explica entre risas.
Aparte de despistar a la Guardia Civil y anticiparse a la nueva imagen de la Sagrada Familia, ĀæcuĆ”l es la aplicación para la que mĆ”s se usa en nuestro paĆs?
La industria lleva aƱos aƱos utilizĆ”ndola para hacer prototipos. Para lo que mĆ”s se utiliza es para el desarrollo de un nuevo producto. Imagina que Danone quiere lanzar un nuevo yogur. Antes de encargar la fabricación de los envases, prueban distintos tipos mediante impresión 3D. O Coca-Cola quiere reducir el cuello de su botella porque le hace ahorrar millones de dólares. Hace un prototipo para ver cómo tiene que ser el nuevo envase. Los muƱecos, los muebles… La industria juguetera y la de mobiliario trabajan mucho la impresión 3D.
¿En qué sectores estÔ creciendo el uso de la impresión 3D?
La industria con mƔs potencial es la de los videojuegos. Hay un mercado global dispuesto a comprar muchos personajes y mucho merchandising de juegos online.
Dicen que la generalización de las impresoras puede hacer daƱo a la producción industrial porque cada uno podrĆ” hacer sus propios objetos…
No lo creo. La producción en masa siempre es mÔs barata que producir un objeto en tu casa. ¿CuÔnto puede costarte una taza en Ikea? ¿3 euros? Producir en 3D un objeto asà te cuesta al menos 10 euros mÔs el coste de la mÔquina (estas impresoras valen hoy desde 10.000 a un millón de euros) y su mantenimiento. China, y en el futuro Africa, siempre producirÔn mÔs barato.