13 de febrero 2019    /   CINE/TV
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Carolina Jiménez: «Hay pocas jefas de efectos visuales en el cine, pero dadnos tiempo, estamos llegando»

13 de febrero 2019    /   CINE/TV     por          
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Lee gratis la revista PlacerĀ haciendo clic aquĆ­.

Solo un 1% de quienes trabajan en el sector del cine en nuestro país en departamentos tradicionalmente masculinos, como efectos visuales, son mujeres, según un informe de CIMA, la asociación de mujeres del audiovisual español. Carolina Jiménez (Madrid, 1978) conocía el percal cuando decidió meterse en la industria, pero nunca dejó que aquello la desalentase.

Ella siempre tuvo claro que quería dedicarse a algo que combinara técnica y creatividad. Se metió a estudiar arquitectura sin demasiada convicción («casi por descarte»), pero llegó un momento en que decidió abandonar los estudios y replantearse la vida.

«Siendo una enamorada del cine y la tecnología como he sido desde niña, y fuertemente inspirada por películas como Parque JurÔsico, Terminator 2, Buscando a Nemo, o El señor de los anillos, decidí en ese momento que me quería dedicar al cine detrÔs de un ordenador», cuenta.

Se matriculó en CICE, una escuela madrileña donde estudió un mÔster de 3D y animación, y de la que salió con ganas de comerse el mundo. Hoy triunfa en Hollywood y lleva varios años trabajando como artista digital de efectos visuales en blockbusters como la reciente Aquaman (2018).

Jiménez comenta que encontró su primera oportunidad laboral en ese mundillo en la serie Águila Roja. «Gracias a mi formación en arquitectura, mis primeras experiencias laborales estuvieron muy relacionadas con la infoarquitectura», explica la artista.

«Trabajé en diferentes estudios de interiorismo, diseño y marketing mientras no dejaba de hacer trabajos freelance en casa, tan enfocados al cine como me era posible. Entre muchos trabajillos menores y colaboraciones que surgieron, me escribió este pequeño estudio al que le habían encargado la creación de los entornos virtuales de las escenas sobre los tejados para la serie de TVE».

«Esto suponía diseñar, modelar y texturizar edificios de época para rellenar los fondos de estas secuencias rodadas en set. Este estudio se vio un poco desbordado por el volumen de trabajo que tenían y me propusieron encargarme de esa tarea».

Aquello brindó a Jiménez un aprendizaje prÔctico y le dio un empujón a su carrera profesional, pues hizo que Ilion Animation Studios se fijase en ella durante el final de la producción de la película animada Planet 51, permitiéndole al fin meter la cabeza en el mundo del cine que tanto admiraba.

Poco despuĆ©s, la contrataron en Australia para trabajar en la pelĆ­cula Happy Feet 2, donde le tocó generar todas las huellas que los pingüinos iban dejando en la nieve. Del director de ese filme –George Miller– cuenta que es Ā«un gran cineasta y un tipo genialĀ» y recuerda especialmente, a modo de anĆ©cdota, el dĆ­a en que le conoció, cuando ambos salĆ­an del cuarto de baƱo.

«Lo hicimos al mismo tiempo, apresurados y chocando en el medio aparatosamente. Fue embarazoso y muy gracioso. Ambos reímos nerviosos, sobre todo yo, cuando me di cuenta de quién era. Nos disculpamos y nos saludamos amablemente».

-HabrĆ” mucha gente que no tenga ni idea de cómo funciona la producción de VFX (los efectos visuales)…

«En producción de VFX, técnicamente la posproducción de una película, muchos planos consisten en imagen real, rodada en set o en localización con escenarios y personajes al menos parcialmente reales, combinadas posteriormente con recreaciones digitales de todo lo que falta. Pueden ser fondos, escenarios, elementos concretos y personajes enteros. Todo lo que vemos en los making-of que va en croma verde es después sustituido por algo».

Foto: Kerp Photography

Ella forma parte del departamento de Layout, un paso intermedio en el proceso de producción en un estudio de VFX. La parte mÔs cinematogrÔfica de ese proceso:

Ā«A grandes rasgos, consiste en componer la escena tomando todos los elementos necesarios, proporcionados por los departamentos que van antes, colocarlos en su lugar y posicionar y mover la cĆ”mara cuando es necesario, cuadrando el aspecto final de la toma […] DespuĆ©s de nosotros vienen los departamentos de animación, que refinan y detallan el movimiento de las partes móviles, iluminado, texturizado, efectos, composición, etcĆ©teraĀ».

Currar en la trilogĆ­a de El Hobbit

DespuĆ©s de hacer sus pinitos como artista de efectos visuales, Weta Digital –la empresa de efectos visuales de Peter Jackson– decidió ficharla. Algo casi profĆ©tico, teniendo en cuenta que la espaƱola optó por dedicarse a su profesión despuĆ©s de comprarse el DVD de la versión extendida de El seƱor de los anillos: La comunidad del anillo (2001) y ver el documental con el making of de la pelĆ­cula que contenĆ­a el pack.

Por eso, Jiménez alucinó cuando le tocó viajar hasta Oceanía, donde el cineasta rodaba El Hobbit: Un viaje inesperado (2012). «Vivir en Nueva Zelanda tres años y trabajar en la trilogía completa de El Hobbit fue cerrar un círculo con un broche inimaginable», recuerda. «Fue arduo e intenso, pero mereció muchísimo la pena, de esas experiencias que te cambian para siempre. Nueva Zelanda es un país increíble, y los kiwis son gente muy especial».

-¿Por qué dice que su secuencia favorita (y la mÔs complicada a la que se ha enfrentado hasta ahora) es la del bosque de Mirkwood?

Ā«La secuencia de las telaraƱas del bosque de Mirkwood [que aparece en tres minutos de la pelĆ­cula] fue especialmente dura y significativa porque nos tocó a otros dos compaƱeros y a mĆ­ generar todas las telaraƱas que veis en la pantalla una a una, usando un simulador que desarrollamos de cero junto con el departamento de programación. Creedme que hay cientos de telaraƱas, y nos llevó mucho tiempo de trabajo lograr que la herramienta funcionara adecuadamente. Tardamos casi tres meses en completar la tarea. Ɖramos autĆ©nticas araƱas digitales tejiendo sin pararĀ».

Jiménez no tiene reparos en admitir que disfruta mÔs cuando trabaja en películas menos taquilleras, ya que «los proyectos de gran calado y presupuesto cuentan con mucho mÔs control creativo por parte de la productora, lo que nos deja menos libertad artística». Lo tiene claro: «Los grandes blockbusters (taquillazos) son retos geniales, pero donde mejor lo pasamos es en los proyectos menores, en los que tenemos mÔs ocasión de improvisar, aportar y proponer nuestras ideas. Es mucho mÔs divertido».

La evolución de un sector vedado para las mujeres

Pero no todo el monte (ni el universo digital) es orƩgano. Hasta hace unos aƱos, el trabajo en efectos visuales y la precariedad iban (con demasiada frecuencia) de la mano.

Antes era habitual que se contratase a este tipo de artistas por proyecto, es decir, por película («lo que significaba que al acabar la película se acababa nuestro contrato y tocaba volver a buscar nuevas oportunidades laborales»), pero (afortunadamente) parece que «muchos estudios se han ido dando cuenta de que renovar plantilla con cada nuevo proyecto no es del todo rentable, ya que toda nueva incorporación al equipo requiere un periodo de adaptación, y los artistas con quienes trabajaste una vez pueden no estar ya disponibles cuando quieras volver a contar con ellos».

Ahora, la mayoría de estudios grandes llevan mÔs de una película a la vez, «cada una en un estadio diferente de producción. En ocasiones, hasta cuatro y cinco, por lo que a nosotros se nos acaban solapando».

No es raro, según explica Jiménez, estar trabajando en mÔs de una a la vez, cuando el volumen de trabajo lo requiere.

«Yo he llegado a trabajar para Marvel por la mañana y para DC por la tarde. Cuando toca apretar, se dan rarezas frikis maravillosas como esa. Y esto nos permite también tener mÔs seguridad laboral, consiguiendo contratos mÔs largos, y con suerte y tesón, incluso un contrato fijo. Sigue sin ser fÔcil, pero no es imposible», dice.

En su caso, ¿qué dirías que ha sido lo mÔs difícil de todos estos años de aventura profesional?

Ā«Sin duda, salir de tu entorno y zona de confortĀ paraĀ lanzarte a perseguirlo conlleva muchos buenos y malos ratos. Hacer las maletasĀ paraĀ cambiar de trabajo, de paĆ­s, de idioma y de hemisferio,Ā todoĀ a la vez, varias veces seguidas, puede dar mucho miedo y te obliga a enfrentarte a situaciones complicadas y a ponerte a prueba a ti misma. Una vez superados esos retos, te enfrentas a laĀ inestabilidadĀ laboral y geogrĆ”fica, a los inconvenientes burocrĆ”ticos y limitaciones legales de ser inmigrante allĆ” donde estĆ©s, a tener a laĀ familiaĀ y los amigos lejos…Ā TodoĀ eso mientras debes dar la tallaĀ paraĀ seguir mejorando y avanzando en tu profesiónĀ».

Pero, a pesar de ciertas renuncias, tiene claro que ha valido la pena…

Ā«Sencillo no es, pero sin duda merece la pena por las muchas cosas buenas que recibes a cambio: verĀ mundo, conocer gentes maravillosas de diferentes culturas, trabajar con los mejores, la satisfacción del reto superado… Y yo tengo la suerte de tener el apoyo de miĀ familiaĀ y de que mi chico, queĀ esĀ fotógrafo, no ha dudado nunca un minuto en lanzarse a la aventura conmigo y disfrutarla al mĆ”ximo. ĀæA quĆ© fotógrafo no le gusta verĀ mundo? Haberlo vividoĀ todoĀ con Ć©l ha ayudado tambiĆ©n mucho. Reconozco que esta vida quizĆ” no sea para todo el mundo, pero yo no lo cambiarĆ­a por nadaĀ», admite sin titubeos.

A pesar del panorama tan poco halagüeño de un sector dominado aún por los hombres, Jiménez se muestra optimista: «Cuando entré en la escuela de 3D, éramos solo dos chicas en mi clase. La descompensación era evidente. Diez años después de acabar mis estudios, volví a mi escuela a impartir una masterclass y el cambio era palpable: había muchas mujeres de todas las edades. Las cosas han cambiado poco a poco desde entonces y, aunque aún no hay paridad, sí que somos muchas mÔs».

Desde hace dos aƱos, JimƩnez trabaja en Scanline, una empresa de efectos visuales con sede en Vancouver (CanadƔ).

«Ahora mismo, en mi departamento (el de Layout) somos diez artistas, de los cuales cinco somos mujeres. Si contamos a nuestras dos coordinadoras de producción, mujeres ambas, somos un departamento de doce personas, de ellas seis mujeres».

«Cierto es que esto es algo excepcional aún. No todos los departamentos son así todavía, ni mucho menos, pero el cambio se estÔ produciendo claramente. Hay pocas supervisoras o jefas de departamento aún, pero dadnos tiempo, que estamos llegando. No tengÔis duda», apostilla orgullosa.

Mujer de retos, comenta que aspira a terminar algún día alguno de los guiones de cortometrajes que empezó a escribir «y hacerlos realidad como directora».

Como amante de la docencia, la madrileƱa se ha convertido tambiĆ©n en una divulgadora sobre el arte de los efectos visuales –tiene su propio canal de Youtube y cuenta con una legión de fans en todo el mundo–.

«Siempre digo que el principal objetivo de los cineastas en general, y de los artistas de efectos especiales y visuales en concreto, es engañar al espectador», cuenta. «Pero os engañamos con vuestro permiso y porque os queremos. Porque, engañÔndoos, os contamos historias fascinantes y os trasladamos a mundos increíbles».

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Solo un 1% de quienes trabajan en el sector del cine en nuestro país en departamentos tradicionalmente masculinos, como efectos visuales, son mujeres, según un informe de CIMA, la asociación de mujeres del audiovisual español. Carolina Jiménez (Madrid, 1978) conocía el percal cuando decidió meterse en la industria, pero nunca dejó que aquello la desalentase.

Ella siempre tuvo claro que quería dedicarse a algo que combinara técnica y creatividad. Se metió a estudiar arquitectura sin demasiada convicción («casi por descarte»), pero llegó un momento en que decidió abandonar los estudios y replantearse la vida.

«Siendo una enamorada del cine y la tecnología como he sido desde niña, y fuertemente inspirada por películas como Parque JurÔsico, Terminator 2, Buscando a Nemo, o El señor de los anillos, decidí en ese momento que me quería dedicar al cine detrÔs de un ordenador», cuenta.

Se matriculó en CICE, una escuela madrileña donde estudió un mÔster de 3D y animación, y de la que salió con ganas de comerse el mundo. Hoy triunfa en Hollywood y lleva varios años trabajando como artista digital de efectos visuales en blockbusters como la reciente Aquaman (2018).

Jiménez comenta que encontró su primera oportunidad laboral en ese mundillo en la serie Águila Roja. «Gracias a mi formación en arquitectura, mis primeras experiencias laborales estuvieron muy relacionadas con la infoarquitectura», explica la artista.

«Trabajé en diferentes estudios de interiorismo, diseño y marketing mientras no dejaba de hacer trabajos freelance en casa, tan enfocados al cine como me era posible. Entre muchos trabajillos menores y colaboraciones que surgieron, me escribió este pequeño estudio al que le habían encargado la creación de los entornos virtuales de las escenas sobre los tejados para la serie de TVE».

«Esto suponía diseñar, modelar y texturizar edificios de época para rellenar los fondos de estas secuencias rodadas en set. Este estudio se vio un poco desbordado por el volumen de trabajo que tenían y me propusieron encargarme de esa tarea».

Aquello brindó a Jiménez un aprendizaje prÔctico y le dio un empujón a su carrera profesional, pues hizo que Ilion Animation Studios se fijase en ella durante el final de la producción de la película animada Planet 51, permitiéndole al fin meter la cabeza en el mundo del cine que tanto admiraba.

Poco despuĆ©s, la contrataron en Australia para trabajar en la pelĆ­cula Happy Feet 2, donde le tocó generar todas las huellas que los pingüinos iban dejando en la nieve. Del director de ese filme –George Miller– cuenta que es Ā«un gran cineasta y un tipo genialĀ» y recuerda especialmente, a modo de anĆ©cdota, el dĆ­a en que le conoció, cuando ambos salĆ­an del cuarto de baƱo.

«Lo hicimos al mismo tiempo, apresurados y chocando en el medio aparatosamente. Fue embarazoso y muy gracioso. Ambos reímos nerviosos, sobre todo yo, cuando me di cuenta de quién era. Nos disculpamos y nos saludamos amablemente».

-HabrĆ” mucha gente que no tenga ni idea de cómo funciona la producción de VFX (los efectos visuales)…

«En producción de VFX, técnicamente la posproducción de una película, muchos planos consisten en imagen real, rodada en set o en localización con escenarios y personajes al menos parcialmente reales, combinadas posteriormente con recreaciones digitales de todo lo que falta. Pueden ser fondos, escenarios, elementos concretos y personajes enteros. Todo lo que vemos en los making-of que va en croma verde es después sustituido por algo».

Foto: Kerp Photography

Ella forma parte del departamento de Layout, un paso intermedio en el proceso de producción en un estudio de VFX. La parte mÔs cinematogrÔfica de ese proceso:

Ā«A grandes rasgos, consiste en componer la escena tomando todos los elementos necesarios, proporcionados por los departamentos que van antes, colocarlos en su lugar y posicionar y mover la cĆ”mara cuando es necesario, cuadrando el aspecto final de la toma […] DespuĆ©s de nosotros vienen los departamentos de animación, que refinan y detallan el movimiento de las partes móviles, iluminado, texturizado, efectos, composición, etcĆ©teraĀ».

Currar en la trilogĆ­a de El Hobbit

DespuĆ©s de hacer sus pinitos como artista de efectos visuales, Weta Digital –la empresa de efectos visuales de Peter Jackson– decidió ficharla. Algo casi profĆ©tico, teniendo en cuenta que la espaƱola optó por dedicarse a su profesión despuĆ©s de comprarse el DVD de la versión extendida de El seƱor de los anillos: La comunidad del anillo (2001) y ver el documental con el making of de la pelĆ­cula que contenĆ­a el pack.

Por eso, Jiménez alucinó cuando le tocó viajar hasta Oceanía, donde el cineasta rodaba El Hobbit: Un viaje inesperado (2012). «Vivir en Nueva Zelanda tres años y trabajar en la trilogía completa de El Hobbit fue cerrar un círculo con un broche inimaginable», recuerda. «Fue arduo e intenso, pero mereció muchísimo la pena, de esas experiencias que te cambian para siempre. Nueva Zelanda es un país increíble, y los kiwis son gente muy especial».

-¿Por qué dice que su secuencia favorita (y la mÔs complicada a la que se ha enfrentado hasta ahora) es la del bosque de Mirkwood?

Ā«La secuencia de las telaraƱas del bosque de Mirkwood [que aparece en tres minutos de la pelĆ­cula] fue especialmente dura y significativa porque nos tocó a otros dos compaƱeros y a mĆ­ generar todas las telaraƱas que veis en la pantalla una a una, usando un simulador que desarrollamos de cero junto con el departamento de programación. Creedme que hay cientos de telaraƱas, y nos llevó mucho tiempo de trabajo lograr que la herramienta funcionara adecuadamente. Tardamos casi tres meses en completar la tarea. Ɖramos autĆ©nticas araƱas digitales tejiendo sin pararĀ».

Jiménez no tiene reparos en admitir que disfruta mÔs cuando trabaja en películas menos taquilleras, ya que «los proyectos de gran calado y presupuesto cuentan con mucho mÔs control creativo por parte de la productora, lo que nos deja menos libertad artística». Lo tiene claro: «Los grandes blockbusters (taquillazos) son retos geniales, pero donde mejor lo pasamos es en los proyectos menores, en los que tenemos mÔs ocasión de improvisar, aportar y proponer nuestras ideas. Es mucho mÔs divertido».

La evolución de un sector vedado para las mujeres

Pero no todo el monte (ni el universo digital) es orƩgano. Hasta hace unos aƱos, el trabajo en efectos visuales y la precariedad iban (con demasiada frecuencia) de la mano.

Antes era habitual que se contratase a este tipo de artistas por proyecto, es decir, por película («lo que significaba que al acabar la película se acababa nuestro contrato y tocaba volver a buscar nuevas oportunidades laborales»), pero (afortunadamente) parece que «muchos estudios se han ido dando cuenta de que renovar plantilla con cada nuevo proyecto no es del todo rentable, ya que toda nueva incorporación al equipo requiere un periodo de adaptación, y los artistas con quienes trabajaste una vez pueden no estar ya disponibles cuando quieras volver a contar con ellos».

Ahora, la mayoría de estudios grandes llevan mÔs de una película a la vez, «cada una en un estadio diferente de producción. En ocasiones, hasta cuatro y cinco, por lo que a nosotros se nos acaban solapando».

No es raro, según explica Jiménez, estar trabajando en mÔs de una a la vez, cuando el volumen de trabajo lo requiere.

«Yo he llegado a trabajar para Marvel por la mañana y para DC por la tarde. Cuando toca apretar, se dan rarezas frikis maravillosas como esa. Y esto nos permite también tener mÔs seguridad laboral, consiguiendo contratos mÔs largos, y con suerte y tesón, incluso un contrato fijo. Sigue sin ser fÔcil, pero no es imposible», dice.

En su caso, ¿qué dirías que ha sido lo mÔs difícil de todos estos años de aventura profesional?

Ā«Sin duda, salir de tu entorno y zona de confortĀ paraĀ lanzarte a perseguirlo conlleva muchos buenos y malos ratos. Hacer las maletasĀ paraĀ cambiar de trabajo, de paĆ­s, de idioma y de hemisferio,Ā todoĀ a la vez, varias veces seguidas, puede dar mucho miedo y te obliga a enfrentarte a situaciones complicadas y a ponerte a prueba a ti misma. Una vez superados esos retos, te enfrentas a laĀ inestabilidadĀ laboral y geogrĆ”fica, a los inconvenientes burocrĆ”ticos y limitaciones legales de ser inmigrante allĆ” donde estĆ©s, a tener a laĀ familiaĀ y los amigos lejos…Ā TodoĀ eso mientras debes dar la tallaĀ paraĀ seguir mejorando y avanzando en tu profesiónĀ».

Pero, a pesar de ciertas renuncias, tiene claro que ha valido la pena…

Ā«Sencillo no es, pero sin duda merece la pena por las muchas cosas buenas que recibes a cambio: verĀ mundo, conocer gentes maravillosas de diferentes culturas, trabajar con los mejores, la satisfacción del reto superado… Y yo tengo la suerte de tener el apoyo de miĀ familiaĀ y de que mi chico, queĀ esĀ fotógrafo, no ha dudado nunca un minuto en lanzarse a la aventura conmigo y disfrutarla al mĆ”ximo. ĀæA quĆ© fotógrafo no le gusta verĀ mundo? Haberlo vividoĀ todoĀ con Ć©l ha ayudado tambiĆ©n mucho. Reconozco que esta vida quizĆ” no sea para todo el mundo, pero yo no lo cambiarĆ­a por nadaĀ», admite sin titubeos.

A pesar del panorama tan poco halagüeño de un sector dominado aún por los hombres, Jiménez se muestra optimista: «Cuando entré en la escuela de 3D, éramos solo dos chicas en mi clase. La descompensación era evidente. Diez años después de acabar mis estudios, volví a mi escuela a impartir una masterclass y el cambio era palpable: había muchas mujeres de todas las edades. Las cosas han cambiado poco a poco desde entonces y, aunque aún no hay paridad, sí que somos muchas mÔs».

Desde hace dos aƱos, JimƩnez trabaja en Scanline, una empresa de efectos visuales con sede en Vancouver (CanadƔ).

«Ahora mismo, en mi departamento (el de Layout) somos diez artistas, de los cuales cinco somos mujeres. Si contamos a nuestras dos coordinadoras de producción, mujeres ambas, somos un departamento de doce personas, de ellas seis mujeres».

«Cierto es que esto es algo excepcional aún. No todos los departamentos son así todavía, ni mucho menos, pero el cambio se estÔ produciendo claramente. Hay pocas supervisoras o jefas de departamento aún, pero dadnos tiempo, que estamos llegando. No tengÔis duda», apostilla orgullosa.

Mujer de retos, comenta que aspira a terminar algún día alguno de los guiones de cortometrajes que empezó a escribir «y hacerlos realidad como directora».

Como amante de la docencia, la madrileƱa se ha convertido tambiĆ©n en una divulgadora sobre el arte de los efectos visuales –tiene su propio canal de Youtube y cuenta con una legión de fans en todo el mundo–.

«Siempre digo que el principal objetivo de los cineastas en general, y de los artistas de efectos especiales y visuales en concreto, es engañar al espectador», cuenta. «Pero os engañamos con vuestro permiso y porque os queremos. Porque, engañÔndoos, os contamos historias fascinantes y os trasladamos a mundos increíbles».

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Opiniones 2
  • Que hay pocas mujeres en los vfx??? So mentirosa!!??????. Yo llevo doce aƱos 12 en la industria y he trabajado en quince pelĆ­culas de HOLLYWOOD. Primero, de todo, podrĆ­a nombrar decenas de mujeres que han sido jefas, leads y supervisoras, desde las mujeres de Ilm a MPC a Dneg y decenas de sitios. Si no me creen mĆ©tanse en las pĆ”ginas de los principales estudios y denle al botón staff o quiĆ©nes somos…. Desde Trixter a Pixomomdo
    a MPC…. Segundo… Yo he sido triste testigo de cómo las mujeres en estas empresas, sĆ­ sĆ­, las mujeres… Y si no me creen que les den porque es verdad… Son las que han intentado tirarse a algunos jefes para conseguir puestos altos…. Con un descaro y poca vergüenza que no daba crĆ©dito. Dejen ya de meter mierda mentirosa de verdad que es que es indignant…. Segundo, si buscas a esta mujer en Internet lo primero que sale no es su portfolio, y eso a los que hemos tenido que dormir en el suelo y sudar sangre, casi quedarnos ciegos por conseguirlo y nos han tratado racista mente en las fronteras y hemos aguantado mierda hasta reventar nos jode… Y Vemos que lo primero que sale de ella son fotos de ella En BRAGAS. Tercero… La relación entre un layout artist y el runner que trae los cafĆ©s suele ser bastante directa en cuanto a conocimiento. Esta es una persona, con su valor, pero ha tirado de imĆ”gen Que Da Gusto… Y hay cientos de espaƱoles que valen un huevo y a los que por ser hombres no les han dado un puesto comodĆ­simo por llenar cupos de gĆ©nero de mierda para que entre foto en bragas y foto en bragas nos trate con esa chulerĆ­a y engreimiento, mirando como la Reina de los Mares…. De verdad que sociedad de borregos manipulables y sin personalidad basados en mentiras horribles estĆ”n ustedes intentando crear. Ni puta idea de lo que estĆ”n hablando

  • Hasta las pelotas de esta tĆ­a. EstĆ” hasta en la sopa todo el dĆ­a poniendo posturas moƱas y morritos. Labia desde luego tiene que tener un huevo.

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