Unos años antes de escribir Wicked game Chris se habÃa licenciado en Lengua Inglesa y Arte de las Comunicaciones, pero una caja con las grabaciones de Elvis para Sun Records le provocaron un reajuste vital que le llevó a probar suerte en la música. Dejó su Stockton natal por San Francisco. Allà montó los Silvertones, trÃo rockabilly al que dejaban actuar de forma habitual en un garito punk.
La perseverancia llevó a un contrato discográfico y a editar su primer álbum. Pero ni este ni el siguiente disco consiguieron ventas aceptables. Las crÃticas eran buenas e incluso un gigante como John Fogerty habÃa dicho que ese tipo iba a ser una estrella. Pero el sello no estaba por darle más cuerda. Su tercer disco tenÃa que cumplir el refrán y ser el de la vencida.
Para Heart Shaped World llevó esa canción de amor obsesivo que venÃa arrastrando desde años atrás. La habÃa tocado en directo y habÃa realizado numerosos intentos de grabarla, pero nunca quedaba satisfecho, asà que la dejó en manos del productor Erik Jacobsen y el ingeniero de sonido Mark Needham, y ellos obraron la magia. Wicked game suena tan natural, desnuda y orgánica que cuesta imaginar que se trate de una creación de laboratorio.
Esos dos cientÃficos del sonido diseccionaron las grabaciones que poseÃan, samplearon las baterÃas y la sometieron a un proceso de loops para encontrar un nuevo groove. Era 1988 y la tecnologÃa de samplers estaba todavÃa en un estado primitivo. Algo parecido hicieron con el bajo, e incluso la fantasmagórica guitarra de Calvin Wilsey tomó forma con fragmentos de muchas sesiones diferentes.
Unos años antes de escribir Wicked game Chris se habÃa licenciado en Lengua Inglesa y Arte de las Comunicaciones, pero una caja con las grabaciones de Elvis para Sun Records le provocaron un reajuste vital que le llevó a probar suerte en la música. Dejó su Stockton natal por San Francisco. Allà montó los Silvertones, trÃo rockabilly al que dejaban actuar de forma habitual en un garito punk.
La perseverancia llevó a un contrato discográfico y a editar su primer álbum. Pero ni este ni el siguiente disco consiguieron ventas aceptables. Las crÃticas eran buenas e incluso un gigante como John Fogerty habÃa dicho que ese tipo iba a ser una estrella. Pero el sello no estaba por darle más cuerda. Su tercer disco tenÃa que cumplir el refrán y ser el de la vencida.
Para Heart Shaped World llevó esa canción de amor obsesivo que venÃa arrastrando desde años atrás. La habÃa tocado en directo y habÃa realizado numerosos intentos de grabarla, pero nunca quedaba satisfecho, asà que la dejó en manos del productor Erik Jacobsen y el ingeniero de sonido Mark Needham, y ellos obraron la magia. Wicked game suena tan natural, desnuda y orgánica que cuesta imaginar que se trate de una creación de laboratorio.
Esos dos cientÃficos del sonido diseccionaron las grabaciones que poseÃan, samplearon las baterÃas y la sometieron a un proceso de loops para encontrar un nuevo groove. Era 1988 y la tecnologÃa de samplers estaba todavÃa en un estado primitivo. Algo parecido hicieron con el bajo, e incluso la fantasmagórica guitarra de Calvin Wilsey tomó forma con fragmentos de muchas sesiones diferentes.
He escuchado a Chris en AZKENA Rock. ¡ES FANTASTICO!
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