14 de junio 2013    /   BUSINESS
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Ciudades ¿segundonas?

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Si te pregunta alguien cuál es la segunda ciudad más importante de la provincia de Salamanca posiblemente no sepas qué decir. A no ser, claro, que seas salmantino o cercano. Ser segundo es de perdedores: la gente solo conoce y recuerda al primero, aunque en el caso de las ciudades pueda ser injusto: muchas capitales de provincia carecen de entidad para serlo mientras que las ciudades ‘segundonas’, esas que pocos conocen, en muchos casos tendrían más méritos para ser capitales. Los mapas, a veces, son injustos.
De pequeños estudiamos el nombre y ubicación de medio centenar de núcleos urbanos, más las dos ciudades autónomas del país. Todos los que tienen un mínimo de cultura son capaces de ubicar Las Palmas, Zamora, Girona o Murcia sin mayores problemas. Son las capitales de provincia, las mayores urbes de cada una de esas divisiones que vertebran nuestro país.
Por la forma en la que se articula España esas ciudades tienen ciertas ventajas respecto a las demás. Tienen instituciones provinciales, delegaciones autonómicas, delegaciones estatales y órganos oficiales que comprenden desde la Justicia hasta Hacienda, pasando por campus universitarios en muchos casos. Y eso sin contar con las infraestructuras mejores y la red de transportes -ya sea aeropuerto, tren o carretera-.
Pero lo importante no es tanto esto último, sino lo de antes: ¿qué sucede cuando hay tantas instituciones? Que hay más habitantes, claro, pero también más funcionarios. Es decir, gente con sueldo asegurado, sin miedo -en principio- al despido y que, a pesar de congelaciones y recortes, suponen un buen incentivo como motor económico: tener la nómina asegurada hace que gastes de una forma más despreocupada.
Con todas esas pistas en la mano cabe pensar que ser capital de provincia es jauja, todo facilidades. Pero en realidad, y es algo que se nota especialmente en las capitales pequeñas, es una especie de ‘dopping’. Si tienes poca población y un buen número de funcionarios consumiendo, infraestructuras en buen estado e instituciones que atraen visitantes, tienes mucho de tu parte para prosperar.
Sin embargo la realidad no siempre es así, y se puede hacer una prueba del estilo de la del principio. ¿Cuál es la segunda ciudad más importante, en habitantes, de la provincia de Cádiz? ¿Y en Pontevedra? ¿Y en Toledo? Pues son Cádiz, Pontevedra y Toledo, porque las más importantes no son precisamente las capitales de provincia.
En la provincia de Pontevedra la capital económica es Vigo, con una industria importante que va desde la fabricación de coches hasta la explotación pesquera de la ría. Mientras la capital tiene 82.684 habitantes, la ciudad supuestamente segundona tiene 297.355, casi cuatro veces más.
En la provincia de Toledo la ciudad más importante es Talavera de la Reina, aunque en este caso las poblaciones están mucho más igualadas: la capital tiene 84.019 habitantes por los 88.755 de la que es la más poblada. ¿Qué decantó la balanza aquí? Posiblemente el patrimonio histórico, la capitalidad tradicional de Toledo y la ubicación geográfica de ambas, con una muy cerca de Madrid y la otra más próxima al extremo occidental de la provincia. Lo curioso es que, en este caso, Toledo es también la capital autonómica.
En el caso de Cádiz la distancia entre la capital, con 123.948 habitantes, y la ciudad más poblada, Jerez de la Frontera, es de casi el doble: en la supuesta ciudad ‘segundona’ viven 211.900 personas. Pese a la diferencia de tamaño, el centro político, también por tradición, se lo lleva en este caso la ciudad pequeña.
Ninguno de los tres casos anteriores, ni siquiera el gallego, tiene tanta competencia interna como el asturiano, donde Oviedo, sin costa y con 225.973 habitantes, es la capital mientras que Gijón, que tradicionalmente ha tenido una industria naval de primer orden y donde viven 277.733 personas, es la ciudad segundona.
Hay también casos de ciudades que, sin ser capitales, muchos pondrían como tales. Es el caso de Mérida y su importante potencial cultural, en la provincia de Badajoz, por ejemplo. O el de la bicefalia de A Coruña, capital administrativa y legal, y Santiago de Compostela, con el poder político, cultural y turístico de un enclave que lleva más de medio siglo siendo centro de peregrinación masivo.
De hecho muchas ciudades ‘segundonas’ tienen muchos más habitantes que otras capitales de provincia. El caso más extremo es el de Teruel, la capital de provincia menos poblada del país con 35.841 habitantes. En total hay hasta treinta ciudades de este tipo con más habitantes, como L’Hospitalet de Llobregat, Elche o Cartagena. Incluso hay ciudades que no son ni siquiera segundonas en su provincia con más habitantes, como Badalona, Tarrasa o Fuenlabrada.
Al final resulta que Teruel, capital de provincia, es solo la 206º más poblada de España a pesar de toda esa masa de funcionarios, infraestructuras, autovía y hasta instalaciones universitarias.
Por cierto, por si te quedaste con la duda, la segunda ciudad más importante de Salamanca es Santa Marta de Tormes, con 14.920 habitantes, por los 152.048 de la capital. De nada.

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Si te pregunta alguien cuál es la segunda ciudad más importante de la provincia de Salamanca posiblemente no sepas qué decir. A no ser, claro, que seas salmantino o cercano. Ser segundo es de perdedores: la gente solo conoce y recuerda al primero, aunque en el caso de las ciudades pueda ser injusto: muchas capitales de provincia carecen de entidad para serlo mientras que las ciudades ‘segundonas’, esas que pocos conocen, en muchos casos tendrían más méritos para ser capitales. Los mapas, a veces, son injustos.
De pequeños estudiamos el nombre y ubicación de medio centenar de núcleos urbanos, más las dos ciudades autónomas del país. Todos los que tienen un mínimo de cultura son capaces de ubicar Las Palmas, Zamora, Girona o Murcia sin mayores problemas. Son las capitales de provincia, las mayores urbes de cada una de esas divisiones que vertebran nuestro país.
Por la forma en la que se articula España esas ciudades tienen ciertas ventajas respecto a las demás. Tienen instituciones provinciales, delegaciones autonómicas, delegaciones estatales y órganos oficiales que comprenden desde la Justicia hasta Hacienda, pasando por campus universitarios en muchos casos. Y eso sin contar con las infraestructuras mejores y la red de transportes -ya sea aeropuerto, tren o carretera-.
Pero lo importante no es tanto esto último, sino lo de antes: ¿qué sucede cuando hay tantas instituciones? Que hay más habitantes, claro, pero también más funcionarios. Es decir, gente con sueldo asegurado, sin miedo -en principio- al despido y que, a pesar de congelaciones y recortes, suponen un buen incentivo como motor económico: tener la nómina asegurada hace que gastes de una forma más despreocupada.
Con todas esas pistas en la mano cabe pensar que ser capital de provincia es jauja, todo facilidades. Pero en realidad, y es algo que se nota especialmente en las capitales pequeñas, es una especie de ‘dopping’. Si tienes poca población y un buen número de funcionarios consumiendo, infraestructuras en buen estado e instituciones que atraen visitantes, tienes mucho de tu parte para prosperar.
Sin embargo la realidad no siempre es así, y se puede hacer una prueba del estilo de la del principio. ¿Cuál es la segunda ciudad más importante, en habitantes, de la provincia de Cádiz? ¿Y en Pontevedra? ¿Y en Toledo? Pues son Cádiz, Pontevedra y Toledo, porque las más importantes no son precisamente las capitales de provincia.
En la provincia de Pontevedra la capital económica es Vigo, con una industria importante que va desde la fabricación de coches hasta la explotación pesquera de la ría. Mientras la capital tiene 82.684 habitantes, la ciudad supuestamente segundona tiene 297.355, casi cuatro veces más.
En la provincia de Toledo la ciudad más importante es Talavera de la Reina, aunque en este caso las poblaciones están mucho más igualadas: la capital tiene 84.019 habitantes por los 88.755 de la que es la más poblada. ¿Qué decantó la balanza aquí? Posiblemente el patrimonio histórico, la capitalidad tradicional de Toledo y la ubicación geográfica de ambas, con una muy cerca de Madrid y la otra más próxima al extremo occidental de la provincia. Lo curioso es que, en este caso, Toledo es también la capital autonómica.
En el caso de Cádiz la distancia entre la capital, con 123.948 habitantes, y la ciudad más poblada, Jerez de la Frontera, es de casi el doble: en la supuesta ciudad ‘segundona’ viven 211.900 personas. Pese a la diferencia de tamaño, el centro político, también por tradición, se lo lleva en este caso la ciudad pequeña.
Ninguno de los tres casos anteriores, ni siquiera el gallego, tiene tanta competencia interna como el asturiano, donde Oviedo, sin costa y con 225.973 habitantes, es la capital mientras que Gijón, que tradicionalmente ha tenido una industria naval de primer orden y donde viven 277.733 personas, es la ciudad segundona.
Hay también casos de ciudades que, sin ser capitales, muchos pondrían como tales. Es el caso de Mérida y su importante potencial cultural, en la provincia de Badajoz, por ejemplo. O el de la bicefalia de A Coruña, capital administrativa y legal, y Santiago de Compostela, con el poder político, cultural y turístico de un enclave que lleva más de medio siglo siendo centro de peregrinación masivo.
De hecho muchas ciudades ‘segundonas’ tienen muchos más habitantes que otras capitales de provincia. El caso más extremo es el de Teruel, la capital de provincia menos poblada del país con 35.841 habitantes. En total hay hasta treinta ciudades de este tipo con más habitantes, como L’Hospitalet de Llobregat, Elche o Cartagena. Incluso hay ciudades que no son ni siquiera segundonas en su provincia con más habitantes, como Badalona, Tarrasa o Fuenlabrada.
Al final resulta que Teruel, capital de provincia, es solo la 206º más poblada de España a pesar de toda esa masa de funcionarios, infraestructuras, autovía y hasta instalaciones universitarias.
Por cierto, por si te quedaste con la duda, la segunda ciudad más importante de Salamanca es Santa Marta de Tormes, con 14.920 habitantes, por los 152.048 de la capital. De nada.

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Opiniones 21
    • Se considera ciudad a una población de minimo 20.000 habitantes por lo que Santa Marta de Tormes no es una ciudad, además ya se ha anexionado a Salamanca y es un barrio de la ciudad como puede ser Mislata en Valencia.
      En Guadalajara ni siquiera tenemos catedral (que está en Siguenza) la nuestra es CONcatedral.

      • Mislata no es un barrio de Valencia aunque esté pegada a ella, tiene su propio ayuntamiento, catastro, ordenanzas municipales, himno, bandera…
        by the way, eso de que con más de 20000 habitantes son ciudad… no hay matemática pura para eso. Por ejemplo, la ciudad de albarracín no llega a los 1200 habitantes.

    • Hola Nubian. Efectivamente, pero quisimos centrar la pieza en la parte provincial, no tanto autonómica, porque si no da como para un tratado entero (y si entramos en diputaciones, municipios y ordenación política ya llegamos a la tesis doctoral).Pero, como bien apuntas, los casos de Santiago o Mérida rizan aún más el rizo con lo del ‘dopping’ funcionarial e institucional, sumando capitales.
      Un saludo y gracias por el aporte

  • Teruel: “a pesar de toda esa masa de funcionarios, infraestructuras, autovía y hasta instalaciones universitarias”????? Ja ja ja. Por favor, date una vuelta por Teruel, hasta hace poco la única provincia española que no tenia ni un solo kilómetro de autovía, hoy por hoy la única que no tiene conexión por tren con Madrid, etc, etc… Por cierto las instalaciones universitarias permiten que la gente pueda acceder a estudios superiores sin salir de la provincia, que supongo yo que no está mal. Lo dicho: Visit Teruel, please.

    • Como bien dices, hasta hace poco. Ahora se llega desde Valencia en una hora, aunque efectivamente no tiene conexión con Madrid salvo por nacional desde Molina de Aragón. Conozco Teruel. De hecho, parte de mi familia es de allí 😉
      Y no veo nada de malo en que haya instalaciones universitarias en las ciudades que no son capitales: Gandía, por ejemplo, también tiene. No he dicho nada de eso.

  • Bueno, precisamente en funcionarios gana Mérida de largo. Una administración autonómica es más pesada que una provincial y, de hecho, no son pocos los funcionarios que viven en Cáceres o Badajoz y se desplazan a diario para trabajar en Mérida. De todos modos, para mí el motivo de que Mérida sea capital de Extremadura se debe más a sus comunicaciones (está en el centro y mejor enlazada con Madrid y Sevilla que Cáceres y Badajoz) y que entre los 60 y 80 tuvo un ligero despegue industrial.

  • Nadie en la provincia de Salamanca te dirá que la segunda ciudad es Santa Marta de Tormes: más una extremidad de la capital que una localidad con entidad propia. Sería, en todo caso, Ciudad Rodrigo o Béjar. Y no hablo sólo del número de habitantes, sino de la herencia histórica, la actividad comercial etc.

  • Muy interesante el artículo, felicidades. Quiero aportar: Terrassa, con más de 216.000 habitantes y no Tarrassa, es la segunda de la Província de Barcelona si se tiene en cuenta que está fuera del Àrea Metropolitana más directa (Hospitalet y Badalona). Así pues podria considerarse la primera ciudad intermedia con identidad propia dentro de los policentros que conforman la Gran Barcelona.

  • Muy interesante el artículo, pero la capital de la provincia de Las Palmas es Las Palmas de Gran Canaria. Parece que el “mínimo de cultura” del que habla el autor se le ha quedado así. Mínimo.

  • Pues aquí en Tenerife, la eficaz labor de las autoridades municipales en matar toda diversión han convertido su capital en un aburrimiento. La Laguna (ciudad universitaria, sede del obispado y casco hisórico Patrimonio de la Humanidad) es ahora una ciudad más agradable para pasear y sentarse en una terraza con las calle Herradores, la Carrera y San Agustín convertidas en peatonales.

  • Todo lo que has contado ya lo sabía, tu artículo no me aporta nada nuevo. Muchos españoles tienen metido en la cabeza que lo único importante en los repartos estatales es la población. Lo que no sería lógico es nombrar a Hospitalet u Alcorcón capitales de provincia tiendo a 10 minutos una capital, y dejar a municipios sin administración pública en un radio de 200km. Qué quiten los hospitales, universidades, subdelegaciones del gobierno, justicia… de Soria o Teruel, a ver dónde va toda la gente de esas ciudades y municipios “cercanos” (algunos a unos 100km de nada por carreteras lamentables). Parece que esa gente no pague impuestos! Tu artículo da a entender que las ciudades pequeñas capitales de provincia no tienen derecho a serlo y que viven a la sopa boba robándole al resto de España. Pedazo de infraestructuras, en Teruel si quieren coger un tren a Madrid tienen la parada más cercana a 140km , eso si que es despilfarro!! X ejemplo, muchos ignorantes se quejan de que ciudades con menos población tienen urgencias y ellos no, lo que no saben esos ignorantes es que si no existiera ese hospital, esa gente tendrían que recorrer más de 150 km y se morirían x el camino, cosa que su caso no pasa. Y no solo eso, si esos ignorantes tienen un accidente por carretera en esas provincias, tienen un hospital de urgencias asegurado en unos 100km como mucho (que ya es distancia, y muchas veces los tienen q mandar aún más lejos xq no tienen todos los medios necesarios, xo algo es algo). Por cierto, más de 10.000 habitantes es ciudad. Por cierto2, la gente de esas provincias despobladas que no trabajan allí, (a pesar de tener una capitales tan prósperas) tb quieren que con sus impuestos se de servicios a esas zonas.

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