Que la sociedad de hoy tiene cada vez mayor conciencia ecológica es innegable. Pero también es cierto que para cuidar el planeta y reducir los residuos no basta solo el reciclaje, también hay que tener en cuenta (y conocer) cuánta energÃa consumimos en nuestra vida. Y eso nos lleva a hablar de arquitectura. ¿Somos conscientes de cuánta energÃa consumen los edificios en los que vivimos y la huella de CO2 que emiten?
La filosofÃa ecoahorrativa ya se daba en los principios de la arquitectura bioclimática (la que se adapta a las condiciones climáticas de cada lugar) que ya se practicaba en el siglo XX en construcciones como la Ciudad Blanca de Tel Aviv.
Pero «esa practicidad a la hora de construir se ha ido perdiendo en el momento que tuvimos acceso a la energÃa barata, el carbón, el petróleo y el gas, y nos basta con enchufar una máquina y consumir vatios. Hemos desligado la arquitectura del lugar», dice Iñaki Alonso, CEO de sAtt, estudio pionero en arquitectura sostenible, el primero en ser reconocido con el sello B Corp en España.
Lo cierto es que los datos nos apremian a reconsiderar la manera en la que construimos nuestras casas. El sector de la construcción es responsable del 36% de las emisiones de CO2 y urge reducirlas. ¿Cómo? Con edificios que sean eficientes energéticamente y que incluso la produzcan. Pero tiene que ser una arquitectura que mantenga un equilibrio entre medioambiente, economÃa y lo social. Esa es la base de proyectos de cohousing como Entrepatios.
De todo ello nos habla Galo MartÃn en este artÃculo para Igluu.
Que la sociedad de hoy tiene cada vez mayor conciencia ecológica es innegable. Pero también es cierto que para cuidar el planeta y reducir los residuos no basta solo el reciclaje, también hay que tener en cuenta (y conocer) cuánta energÃa consumimos en nuestra vida. Y eso nos lleva a hablar de arquitectura. ¿Somos conscientes de cuánta energÃa consumen los edificios en los que vivimos y la huella de CO2 que emiten?
La filosofÃa ecoahorrativa ya se daba en los principios de la arquitectura bioclimática (la que se adapta a las condiciones climáticas de cada lugar) que ya se practicaba en el siglo XX en construcciones como la Ciudad Blanca de Tel Aviv.
Pero «esa practicidad a la hora de construir se ha ido perdiendo en el momento que tuvimos acceso a la energÃa barata, el carbón, el petróleo y el gas, y nos basta con enchufar una máquina y consumir vatios. Hemos desligado la arquitectura del lugar», dice Iñaki Alonso, CEO de sAtt, estudio pionero en arquitectura sostenible, el primero en ser reconocido con el sello B Corp en España.
Lo cierto es que los datos nos apremian a reconsiderar la manera en la que construimos nuestras casas. El sector de la construcción es responsable del 36% de las emisiones de CO2 y urge reducirlas. ¿Cómo? Con edificios que sean eficientes energéticamente y que incluso la produzcan. Pero tiene que ser una arquitectura que mantenga un equilibrio entre medioambiente, economÃa y lo social. Esa es la base de proyectos de cohousing como Entrepatios.
De todo ello nos habla Galo MartÃn en este artÃculo para Igluu.