El hombre es un animal de costumbres, y tiende a rechazar los cambios . Sucede con las tapas, con el sofĆ” del salón y con los programas que echan por la tele. Si algo funciona, no lo toques. Sobre todo si ese algo ha establecido un vĆnculo emocional con decenas, cientos, miles o millones de personas. Sucede tambiĆ©n con el diseƱo.
Las redes sociales han dado a este fenómeno una nueva y temible dimensión . Unos señores con muy buen gusto, que cobran una pasta, se reúnen en una sala con el consejero delegado de una empresa para venderle un rediseño de su marca. Es moderno, fresco y mantiene la esencia del mensaje que quieren transmitir. «Es perfecto», afirma el CEO. «Adelante con ese nuevo logo».
Todos satisfechos, contentos, incluso emocionados, hasta que la noticia llega a Twitter y a Facebook. Entonces pasa esto:
Ā«El nuevo logo de Airbnb es una vaginaĀ» , sentencia un parroquiano. Y ojalĆ” fuera solo eso… Tras conocer el nuevo look de la web de alojamiento entre particulares, los fans ā y no tan fans – se echan las manos a la cabeza, despuĆ©s las llevan al teclado, abren su editor de imĆ”genes y comienzan a sacar parecidos:
Circula por ahĆ un Tumblr que recopila todas las reinterpretaciones jocosas, una lista de BuzzFeed con 18 objetos que se parecen al logo de Airbnb – porque a su vez se parecen a una vagina – y hasta una canción (que estĆ” en inglĆ©s, por cierto):
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Todo sea por sacarle punta al nuevo look de Airbnb que, por supuesto, no pretendĆa evocar el acto sexual. De hecho, es un rediseƱo que probablementeĀ ya tocaba… El anterior logo es el que pergeƱaron los fundadores en 2007, cuando ni siquiera estaban empezando. De hecho, todo en los inicios de esta startup salió un poco de casualidad.
Brian Chesky y Joe Gebbia debĆan pagar al casero y no tenĆan un duro, asĆ que decidieron alquilar un colchón hinchable en el salón para sacarse unas perras. En busca de inquilinos, montaron una web deprisa y corriendo, con un logo flojo . Lo demĆ”s ya es historia. Llegaron el Ć©xito, las rondas de inversión, los hitos de usuarios y descargas, la expansión internacional, las valoraciones astronómicas… Y ahĆ seguĆa, perenne, el logo flojo.
Ya ni siquiera convencĆa a sus creadores, porque gritaba a los cuatro vientos Ā«startup tecnológicaĀ» y ellos ya no son (solo) eso.
El aƱo pasado, despuĆ©s de varios parches y de posponer el rediseƱo muchas veces, se pusieron manos a la obra, partiendo de referentes tan dispares como Ā«la Cruz Roja, los anillos olĆmpicos, y probablemente el sĆmbolo mĆ”s importante de todos, el de Batman Ā». Ninguno se parece a una vagina, unos testĆculos o un ano. Se suponĆa que el suyo tampoco. En realidad, segĆŗn han confesado a Fast Company , representa un clip doblado con la forma de la A de Airbnb . Manda huevos…
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En parte, y a pesar del componente escatológico, la jugada les ha salido bien . Su intención era que cada usuario reinterpretase el logo a su manera, ”y vaya si lo han hecho! La sorpresa (¿desagradable? )es que han utilizado Photoshop y no la herramienta publicada a tal efecto, Create Airbnb , que da la opción de cambiar colores y texturas pero no permite añadir pelos.
El cachondeo se acabarĆ” en un par de dĆas, cuando los parroquianos se hagan a la idea de que ahora hay taburetes de diseƱo donde antes estaban las banquetas de madera. Por eso no parece que los dueƱos de Airbnb estĆ©n muy preocupados. Las redes sociales son asĆ…
Lo que no les ha hecho tanta gracia es que un diseƱador alemƔn les acusara de robar el logo .
Nada mÔs descubrirlo, los responsables de la web de alquiler entre particulares se pusieron en contacto con los de Automation Anywhere y elaboraron un comunicado conjunto que ha publicado en exclusiva VentureBeat . En resumen: «Automation Anywhere estÔ en proceso de transición a un nuevo diseño de logo que no es similar al logo de Airbnb». Vamos, que se lo han mangado .
DecĆa Pablo Picasso que Ā«los buenos artistas copian y los grandes artistas robanĀ», asĆ que tampoco pasa nada. TambiĆ©n decĆa el malagueƱo, que de esto sabĆa un rato, que Ā«el principal enemigo de la creatividad es el buen gustoĀ». En esto coincidĆa con DalĆ, que dijo que “el mal gusto es creativo”. SegĆŗn el catalĆ”n, Ā«es el dominio de la biologĆa sobre la inteligenciaĀ».
Tomando ambas ideas, el logo de Airbnb es puro arte picassiano , porque se lo han robado a otra startup y porque a muchos les parece de mal gusto. Pero eso no tiene por quĆ© ser un consuelo. Al fin y al cabo, Ā«solo hay dos cosas malas que pueden pasarte en la vida: ser Pablo Picasso o no ser Salvador DalĆĀ». Y ya os podĆ©is imaginar quiĆ©n dijo esto…
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