Una historia como un Macguffin. Alfred Hitchcock utilizaba este elemento de suspenso, una expresiĂłn que usaba para designar «una excusa argumental» que motiva a los personajes y al desarrollo de una historia, y que en realidad carece de relevancia por sĂ misma. ÂżQuĂ© ocurrirĂa si utilizamos este recurso cinematogrĂĄfico para la redacciĂłn de una crĂłnica periodĂstica?
En la crĂłnica En el Hotel California no hay siquiera un cuadro de los Eagles, finalista en los Premios Excelencia PeriodĂstica 2015 de la Sociedad Interamericana de Prensa, he usado como resorte narrativo la excusa del Macguffin de Hitchcock. Una crĂłnica es un debate, es un gĂ©nero hĂbrido que se expande y tuerce las estructuras piramidales y rĂgidas del periodismo. Aunque la estĂ©tica jamĂĄs vence a la Ă©tica.
El mĂłvil para narrar esta historia estĂĄ anclado en el tĂtulo mismo de la obra: la canciĂłn Hotel California del grupo Eagles (un viaje, un relato como una road movie). Pero esa excusa me permitiĂł indagar sobre un territorio olvidado: la Baja California Sur, sobre las tensiones polĂtico-econĂłmicas, sobre la cultura popular y descubrir la historia de un personaje particular: el señor Wong, un chino que se autodenominĂł Antonio Tabasco, un oriental empecinado en querer ser mĂĄs mexicano que los mexicanos.
Es una crĂłnica escrita por capas, en lo superficial el rastreo del mito, la hipĂłtesis que late en cada rincĂłn de la Baja California y la canciĂłn que fue hit en los años 80. En lo profundo, la realidad histĂłrica de los pueblerinos montañeses que se enteraban de las noticias del continente dos años despuĂ©s de cada acontecimiento, los todosanteños que estaban siempre listos para cada guerra, cada invasiĂłn a la penĂnsula. El brazo descarnado de la patria mexicana que histĂłricamente fue ajeno al macizo continental.
«La crĂłnica de Juan Mascardi sobre Todos Santos es excelsa, maravillosa y completa. No tengo otros adjetivos para describirla. Y quiero reconocer que tuvo que venir desde miles de kilĂłmetros para regalarnos una historia jamĂĄs contada. Y eso es lo mĂĄs trascendente», escribiĂł el periodista sudcaliforniano JesĂșs ChĂĄvez JimĂ©nez, quien ha sido director y miembro fundador de medios impresos de circulaciĂłn estatal y corresponsal de periĂłdicos de distribuciĂłn nacional en MĂ©xico.
El hecho que esta historia hiperlocal haya sido escrita por un periodista argentino, viajando durante mĂĄs de una semana en la Baja California Sur de MĂ©xico y que se publique en un medio español como Yorokubu ha facilitado que el relato se distribuya en distintos paĂses, haciendo de un historia local, un relato sin fronteras.
Durante toda mi carrera fui trazando un paralelo entre la producciĂłn audiovisual, la docencia y la escritura. Mientras iba buceando en algunas historias para transformarlas en crĂłnicas audiovisuales tambiĂ©n fui generando mi libreta de apuntes como antesala de mis crĂłnicas. Desde que comencĂ© a escribir, he decido hacerlo desde una perspectiva horizontal. Contarnos: nuestros entornos, nuestros contextos, nuestros dolores, nuestros afectos y nuestra esperanza mirĂĄndonos a los ojos. Utilizando y reutilizando el material que suele quedar afuera de un noticiero, alejĂĄndonos del momento cumbre que suele estar plagado de morbo e invitar a escena a los personajes que solo tienen espacio en los medios cuando son vĂctimas o victimarios, asesinos o asesinados, prisioneros o cadĂĄveres. Siempre quisimos hacer un periodismo humano, sensible y no por ello menos entretenido. El periodismo como experiencia, como servicio social. Y asĂ fue que en medio de la crisis nos lanzamos a contar historias. Sobrevivimos.
En 2014 ganĂ© dos premios: Primer Premio La Buena Prensa de España y el Primer Premio UBA (Universidad de Buenos Aires) por la crĂłnica Marcelo Bielsa: el DT que admira la capacidad de trabajar con el dolor publicado en La NaciĂłn. Este relato tambiĂ©n fue finalista en los Premios SIP en la categorĂa crĂłnica. En 2013 fui finalista en los Premios SIP con la crĂłnica: El triatleta que sobreviviĂł al atentado a la AMIA.
Cuando aĂșn no habĂa nacido YouTube ya pensĂĄbamos que podĂamos hacer periodismo afuera de los medios, recorriendo circuitos no formales, universalizando historias hiperlocales. Si Juan Pablo Meneses saliĂł al mundo con su âequipaje de manoâ (una notebook, una cĂĄmara de fotos y poca ropa) inventando asĂ el periodismo ambulante, nosotros procuramos invertir el axioma: recorrer el barrio mĂĄs prĂłximo, contar la historia mĂĄs cercana mundializando la distribuciĂłn del relato.
«Una canciĂłn, una leyenda y una historia elaborada en base a la bĂșsqueda personal posibilitan al compartirse el disfrutar interpretaciones personales de realidades alternativas a que somos tan afectos los humanos», escribiĂł el periodista y psicĂłlogo sudcaliforniano Alejandrino De La Rosa. En tanto, la escritora uruguaya Irene Vesna asegurĂł: «Una crĂłnica periodĂstica es un viaje, un tiempo entre parĂ©ntesis, el viejo y querido oficio de contar una historia cualquiera como si fuera la Ășnica. Juan lo hace».
Una historia como un Macguffin. Alfred Hitchcock utilizaba este elemento de suspenso, una expresiĂłn que usaba para designar «una excusa argumental» que motiva a los personajes y al desarrollo de una historia, y que en realidad carece de relevancia por sĂ misma. ÂżQuĂ© ocurrirĂa si utilizamos este recurso cinematogrĂĄfico para la redacciĂłn de una crĂłnica periodĂstica?
En la crĂłnica En el Hotel California no hay siquiera un cuadro de los Eagles, finalista en los Premios Excelencia PeriodĂstica 2015 de la Sociedad Interamericana de Prensa, he usado como resorte narrativo la excusa del Macguffin de Hitchcock. Una crĂłnica es un debate, es un gĂ©nero hĂbrido que se expande y tuerce las estructuras piramidales y rĂgidas del periodismo. Aunque la estĂ©tica jamĂĄs vence a la Ă©tica.
El mĂłvil para narrar esta historia estĂĄ anclado en el tĂtulo mismo de la obra: la canciĂłn Hotel California del grupo Eagles (un viaje, un relato como una road movie). Pero esa excusa me permitiĂł indagar sobre un territorio olvidado: la Baja California Sur, sobre las tensiones polĂtico-econĂłmicas, sobre la cultura popular y descubrir la historia de un personaje particular: el señor Wong, un chino que se autodenominĂł Antonio Tabasco, un oriental empecinado en querer ser mĂĄs mexicano que los mexicanos.
Es una crĂłnica escrita por capas, en lo superficial el rastreo del mito, la hipĂłtesis que late en cada rincĂłn de la Baja California y la canciĂłn que fue hit en los años 80. En lo profundo, la realidad histĂłrica de los pueblerinos montañeses que se enteraban de las noticias del continente dos años despuĂ©s de cada acontecimiento, los todosanteños que estaban siempre listos para cada guerra, cada invasiĂłn a la penĂnsula. El brazo descarnado de la patria mexicana que histĂłricamente fue ajeno al macizo continental.
«La crĂłnica de Juan Mascardi sobre Todos Santos es excelsa, maravillosa y completa. No tengo otros adjetivos para describirla. Y quiero reconocer que tuvo que venir desde miles de kilĂłmetros para regalarnos una historia jamĂĄs contada. Y eso es lo mĂĄs trascendente», escribiĂł el periodista sudcaliforniano JesĂșs ChĂĄvez JimĂ©nez, quien ha sido director y miembro fundador de medios impresos de circulaciĂłn estatal y corresponsal de periĂłdicos de distribuciĂłn nacional en MĂ©xico.
El hecho que esta historia hiperlocal haya sido escrita por un periodista argentino, viajando durante mĂĄs de una semana en la Baja California Sur de MĂ©xico y que se publique en un medio español como Yorokubu ha facilitado que el relato se distribuya en distintos paĂses, haciendo de un historia local, un relato sin fronteras.
Durante toda mi carrera fui trazando un paralelo entre la producciĂłn audiovisual, la docencia y la escritura. Mientras iba buceando en algunas historias para transformarlas en crĂłnicas audiovisuales tambiĂ©n fui generando mi libreta de apuntes como antesala de mis crĂłnicas. Desde que comencĂ© a escribir, he decido hacerlo desde una perspectiva horizontal. Contarnos: nuestros entornos, nuestros contextos, nuestros dolores, nuestros afectos y nuestra esperanza mirĂĄndonos a los ojos. Utilizando y reutilizando el material que suele quedar afuera de un noticiero, alejĂĄndonos del momento cumbre que suele estar plagado de morbo e invitar a escena a los personajes que solo tienen espacio en los medios cuando son vĂctimas o victimarios, asesinos o asesinados, prisioneros o cadĂĄveres. Siempre quisimos hacer un periodismo humano, sensible y no por ello menos entretenido. El periodismo como experiencia, como servicio social. Y asĂ fue que en medio de la crisis nos lanzamos a contar historias. Sobrevivimos.
En 2014 ganĂ© dos premios: Primer Premio La Buena Prensa de España y el Primer Premio UBA (Universidad de Buenos Aires) por la crĂłnica Marcelo Bielsa: el DT que admira la capacidad de trabajar con el dolor publicado en La NaciĂłn. Este relato tambiĂ©n fue finalista en los Premios SIP en la categorĂa crĂłnica. En 2013 fui finalista en los Premios SIP con la crĂłnica: El triatleta que sobreviviĂł al atentado a la AMIA.
Cuando aĂșn no habĂa nacido YouTube ya pensĂĄbamos que podĂamos hacer periodismo afuera de los medios, recorriendo circuitos no formales, universalizando historias hiperlocales. Si Juan Pablo Meneses saliĂł al mundo con su âequipaje de manoâ (una notebook, una cĂĄmara de fotos y poca ropa) inventando asĂ el periodismo ambulante, nosotros procuramos invertir el axioma: recorrer el barrio mĂĄs prĂłximo, contar la historia mĂĄs cercana mundializando la distribuciĂłn del relato.
«Una canciĂłn, una leyenda y una historia elaborada en base a la bĂșsqueda personal posibilitan al compartirse el disfrutar interpretaciones personales de realidades alternativas a que somos tan afectos los humanos», escribiĂł el periodista y psicĂłlogo sudcaliforniano Alejandrino De La Rosa. En tanto, la escritora uruguaya Irene Vesna asegurĂł: «Una crĂłnica periodĂstica es un viaje, un tiempo entre parĂ©ntesis, el viejo y querido oficio de contar una historia cualquiera como si fuera la Ășnica. Juan lo hace».