John Lundberg tiene una aficiĂłn extraña. Este diseñador gráfico británico de voz grave gusta de salir en las noches de primavera y verano con un pequeño equipo de personas y herramientas para jugar a ser extraterrestre por unas horas. Lundberg es un creador de cĂrculos, un artista anĂłnimo que se cuela en los campos de cereal y realiza complicados dibujos geomĂ©tricos que luego los ‘cereálogos’ estudian y consideran obra de inteligencias superiores y extraplanetarias.
“No sĂ© cuantos cĂrculos puedo haber hecho ya, que llevo desde los 20 años. Cientos, quizá lleguĂ© a los mil, no lo sé”, confiesa al telĂ©fono Lundberg, “pero sĂ recuerdo el primero”. Como si describiera la pĂ©rdida de la virginidad, Lundberg rememora un campo de cereal con flores amarillas, un “lugar precioso y tranquilo” donde hizo, como en todos los estrenos, algo “muy simple” durante “un par de horas”. El resultado, sin embargo, fue encontrado por los “investigadores del cereal”, que lo consideraron “genuino”. “Fue esa sensaciĂłn de que mi trabajo habĂa encontrado su pĂşblico la que me llevĂł a hacer cĂrculos cada vez más grandes y complejos”.
Junto con su colectivo, los CircleMakers, Lundberg recoge el testigo de dos bromistas británicos llamados Doug Bower y Dave Chorley. Estos amigos, durante una noche de verano de 1975 y tras unas pintas en un pub local, decidieron gastar una broma a sus vecinos e hicieron un primer cĂrculo en la zona. El lugar escogido ayudaba bastante, ya que el condado de Wiltshire es el hogar de los complejos megalĂticos de Stonehenge y Avebury, donde “mucha gente va persiguiendo el misterio y si pones un cĂrculo ya tienes una audiencia que busca ese tipo de experiencia”, conjugándose para crear un paraje perfecto para lo que podrĂamos llamar el turismo paranormal.

Cuando diferentes expertos aseguraron que estos dibujos no podĂan ser obra de humanos, Bower y Chorley se envalentonaron y fueron creando figuras cada vez más complejas, escuchando incluso lo que decĂan los ‘cereĂłlogos’ en los pubs y concediĂ©ndoles sus deseos. Si alguien atribuĂa las figuras a tornados ya que las plantas siempre aparecĂan tumbadas hacĂa el mismo lado, Bower y Chorley cambiaron de sentido sus herramientas para desconcertarle con su siguiente obra. Al opinar otro que era sospechoso que siempre fueran cĂrculos, añadieron lĂneas rectas y rectángulos. Incluso la suerte se puso de su lado cuando para su propia sorpresa empezaron a detectarse restos de radiaciĂłn en algunos pictogramas.
Cuando en 1991 estos dos amigos, ya un poco mayores, decidieron jubilarse de los cĂrculos y confesar que llevaban unos cuantos años vacilando al personal, una nueva generaciĂłn de creadores llevaba un tiempo ‘trabajando’. Y aunque el tema de los diseños pueda cambiar con el uso de los ordenadores, la forma de crear estas estructuras sigue siendo la misma: tablones, cintas mĂ©tricas, pesos, cuerdas, pĂ©ndulos… y un “diagrama con las instrucciones exactas”.
“Creo que la gente necesita creer en cosas extrañas, como las religiones”, reflexiona, “no veo mucha diferencia en creer que estos cĂrculos los hacen los ‘aliens’ con pensar que Jesucristo muriĂł en la cruz para salvarnos”.
“Pero para que esto ocurra nadie tiene que saber quiĂ©n los ha hecho, que aparezcan de la nada, y nunca debes clamar la autorĂa, ya que aunque podemos decir que hacemos cĂrculos no podemos decir cuáles hacemos”.
–Un autĂ©ntico creador de cĂrculos lo hace de manera ilegal, por la noche, sin permiso.
–ÂżCĂłmo el grafiti?
-En un modo superficial sĂ, pero creo que nuestro trabajo es más fuerte y poderosos que el grafiti.
–ÂżPor quĂ©?
-Bueno, la gente no se cree que los grafittis los hayan hecho los aliens.
Y rompe a reĂr.





John Lundberg tiene una aficiĂłn extraña. Este diseñador gráfico británico de voz grave gusta de salir en las noches de primavera y verano con un pequeño equipo de personas y herramientas para jugar a ser extraterrestre por unas horas. Lundberg es un creador de cĂrculos, un artista anĂłnimo que se cuela en los campos de cereal y realiza complicados dibujos geomĂ©tricos que luego los ‘cereálogos’ estudian y consideran obra de inteligencias superiores y extraplanetarias.
“No sĂ© cuantos cĂrculos puedo haber hecho ya, que llevo desde los 20 años. Cientos, quizá lleguĂ© a los mil, no lo sé”, confiesa al telĂ©fono Lundberg, “pero sĂ recuerdo el primero”. Como si describiera la pĂ©rdida de la virginidad, Lundberg rememora un campo de cereal con flores amarillas, un “lugar precioso y tranquilo” donde hizo, como en todos los estrenos, algo “muy simple” durante “un par de horas”. El resultado, sin embargo, fue encontrado por los “investigadores del cereal”, que lo consideraron “genuino”. “Fue esa sensaciĂłn de que mi trabajo habĂa encontrado su pĂşblico la que me llevĂł a hacer cĂrculos cada vez más grandes y complejos”.
Junto con su colectivo, los CircleMakers, Lundberg recoge el testigo de dos bromistas británicos llamados Doug Bower y Dave Chorley. Estos amigos, durante una noche de verano de 1975 y tras unas pintas en un pub local, decidieron gastar una broma a sus vecinos e hicieron un primer cĂrculo en la zona. El lugar escogido ayudaba bastante, ya que el condado de Wiltshire es el hogar de los complejos megalĂticos de Stonehenge y Avebury, donde “mucha gente va persiguiendo el misterio y si pones un cĂrculo ya tienes una audiencia que busca ese tipo de experiencia”, conjugándose para crear un paraje perfecto para lo que podrĂamos llamar el turismo paranormal.

Cuando diferentes expertos aseguraron que estos dibujos no podĂan ser obra de humanos, Bower y Chorley se envalentonaron y fueron creando figuras cada vez más complejas, escuchando incluso lo que decĂan los ‘cereĂłlogos’ en los pubs y concediĂ©ndoles sus deseos. Si alguien atribuĂa las figuras a tornados ya que las plantas siempre aparecĂan tumbadas hacĂa el mismo lado, Bower y Chorley cambiaron de sentido sus herramientas para desconcertarle con su siguiente obra. Al opinar otro que era sospechoso que siempre fueran cĂrculos, añadieron lĂneas rectas y rectángulos. Incluso la suerte se puso de su lado cuando para su propia sorpresa empezaron a detectarse restos de radiaciĂłn en algunos pictogramas.
Cuando en 1991 estos dos amigos, ya un poco mayores, decidieron jubilarse de los cĂrculos y confesar que llevaban unos cuantos años vacilando al personal, una nueva generaciĂłn de creadores llevaba un tiempo ‘trabajando’. Y aunque el tema de los diseños pueda cambiar con el uso de los ordenadores, la forma de crear estas estructuras sigue siendo la misma: tablones, cintas mĂ©tricas, pesos, cuerdas, pĂ©ndulos… y un “diagrama con las instrucciones exactas”.
“Creo que la gente necesita creer en cosas extrañas, como las religiones”, reflexiona, “no veo mucha diferencia en creer que estos cĂrculos los hacen los ‘aliens’ con pensar que Jesucristo muriĂł en la cruz para salvarnos”.
“Pero para que esto ocurra nadie tiene que saber quiĂ©n los ha hecho, que aparezcan de la nada, y nunca debes clamar la autorĂa, ya que aunque podemos decir que hacemos cĂrculos no podemos decir cuáles hacemos”.
–Un autĂ©ntico creador de cĂrculos lo hace de manera ilegal, por la noche, sin permiso.
–ÂżCĂłmo el grafiti?
-En un modo superficial sĂ, pero creo que nuestro trabajo es más fuerte y poderosos que el grafiti.
–ÂżPor quĂ©?
-Bueno, la gente no se cree que los grafittis los hayan hecho los aliens.
Y rompe a reĂr.





Más extraño es creer en el dinero, la publicidad o en la monarquĂa. AmĂ©n
xDDD descobrir que has dedicat la teva vida a estudiar algo aixĂ i al final Ă©s un fake, Ă©s que se’t cau la cara de vergonya xD
QuĂ© preciosidad! CreaciĂłn del espacio por terrĂcolas. De todas maneras no hace falta elevar plegarias al cielo en busca de extraterrestres. Me cruzo con unos cuantos cada dĂa. No suelen dar ni las gracias ni los buenos dĂas. De otra galaxia, seguro.
que poca rigurosidad cientĂfica… Y que hipĂłcrita quien se autodenomina creador… que lo demuestre haciendo uno donde todos puedan verlo…
Pues como lo hayas pedido permiso al dueño de la tierra menuda gracia has hecho guapo. no muestras respeto por su trabajo y le has hecho perder mucho dinero
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