Puede que no exista profesión menos reconocida que la de churrero. Da igual lo rico que puedan salirles los churros que cualquiera pensará que lo suyo no tiene mérito: basta con apretar la churrera y, ¡ale!, los churros salen como su propio nombre indica… Pero ¿qué hay de la masa? ¿De la calidad, cantidad y temperatura del aceite? ¿Del momento exacto en el que hay que sacarlos para que queden crujientes?…
Todo lo contrario ocurre con otras disciplinas. La literatura, por ejemplo, se encuentra, según Kike Cherta y VÃctor GarcÃa Antón, en un pedestal del que ellos pretenden bajar: «Basta ya de llamarla de usted, queremos tratarla de tú». Por eso se han convertido en churreros de cuentos.
En Cuentoscomochurros.com la cocina está abierta todos los dÃas. Los dos escritores se propusieron escribir un cuento al dÃa a partir de los ingredientes sugeridos por los propios lectores: una imagen, una canción, un vÃdeo… «Pensamos que serÃa bonito involucrar a los lectores, que el cuento naciera de ellos, de sus ingredientes». A partir de estos, Cherta y GarcÃa Antón amasan el churro-cuento y lo meten en la freidora.


En los algo más de 100 dÃas que lleva abierta, la churrerÃa ha conseguido más de 10.000 clientes de cerca de 80 paÃses. «Entre los que nos leen hay gente de todas las edades. Eso sÃ, las mujeres son mayorÃa. Tenemos también un alto seguimiento entre amantes de la fotografÃa, que saben apreciar la calidad de los ingredientes que nos mandan».
Se lo toman sobre todo como un proceso de aprendizaje, una aventura que surge por amor al cuento. «Mucha gente nos pregunta por nuestro modelo de negocio. Al final vamos a pensar que somos tontos del bote. Pero lo cierto es que en ningún momento nos planteamos ganar dinero con Cuentos como Churros. Evidentemente, la web nos sirve de escaparate, nos da un nombre y nos sitúa. Y, al terminar, serÃa bonito tener un libro impreso, aunque fuera mediante crowdfunding. ¿Pero ganar dinero? Lo vemos complicado».
Ambos coinciden en que, durante el proceso de creación, el apoyo del compañero churrero es esencial («nos ayudamos continuamente, por eso no firmamos los cuentos»), asà como todas las historias que han leÃdo, visto y devorado a lo largo de su vida ( «¡Ñam!!»).
En cuanto al tiempo que necesitan para cocinar un churro, depende. «Es difÃcil de decir. Hay churros largos y cortos. Depende del dÃa y depende del churrero. Además, hay cuentos que comenzamos y dejamos en barbecho, para retomarlos dÃas después. Otros salen del tirón, bien endulzados. Digamos que, cuando estamos muy inspirados, unas tres horas; y cuando no, unos tres dÃas».
Puede que no exista profesión menos reconocida que la de churrero. Da igual lo rico que puedan salirles los churros que cualquiera pensará que lo suyo no tiene mérito: basta con apretar la churrera y, ¡ale!, los churros salen como su propio nombre indica… Pero ¿qué hay de la masa? ¿De la calidad, cantidad y temperatura del aceite? ¿Del momento exacto en el que hay que sacarlos para que queden crujientes?…
Todo lo contrario ocurre con otras disciplinas. La literatura, por ejemplo, se encuentra, según Kike Cherta y VÃctor GarcÃa Antón, en un pedestal del que ellos pretenden bajar: «Basta ya de llamarla de usted, queremos tratarla de tú». Por eso se han convertido en churreros de cuentos.
En Cuentoscomochurros.com la cocina está abierta todos los dÃas. Los dos escritores se propusieron escribir un cuento al dÃa a partir de los ingredientes sugeridos por los propios lectores: una imagen, una canción, un vÃdeo… «Pensamos que serÃa bonito involucrar a los lectores, que el cuento naciera de ellos, de sus ingredientes». A partir de estos, Cherta y GarcÃa Antón amasan el churro-cuento y lo meten en la freidora.


En los algo más de 100 dÃas que lleva abierta, la churrerÃa ha conseguido más de 10.000 clientes de cerca de 80 paÃses. «Entre los que nos leen hay gente de todas las edades. Eso sÃ, las mujeres son mayorÃa. Tenemos también un alto seguimiento entre amantes de la fotografÃa, que saben apreciar la calidad de los ingredientes que nos mandan».
Se lo toman sobre todo como un proceso de aprendizaje, una aventura que surge por amor al cuento. «Mucha gente nos pregunta por nuestro modelo de negocio. Al final vamos a pensar que somos tontos del bote. Pero lo cierto es que en ningún momento nos planteamos ganar dinero con Cuentos como Churros. Evidentemente, la web nos sirve de escaparate, nos da un nombre y nos sitúa. Y, al terminar, serÃa bonito tener un libro impreso, aunque fuera mediante crowdfunding. ¿Pero ganar dinero? Lo vemos complicado».
Ambos coinciden en que, durante el proceso de creación, el apoyo del compañero churrero es esencial («nos ayudamos continuamente, por eso no firmamos los cuentos»), asà como todas las historias que han leÃdo, visto y devorado a lo largo de su vida ( «¡Ñam!!»).
En cuanto al tiempo que necesitan para cocinar un churro, depende. «Es difÃcil de decir. Hay churros largos y cortos. Depende del dÃa y depende del churrero. Además, hay cuentos que comenzamos y dejamos en barbecho, para retomarlos dÃas después. Otros salen del tirón, bien endulzados. Digamos que, cuando estamos muy inspirados, unas tres horas; y cuando no, unos tres dÃas».
¡Me encanta! Yo también escribo cuentos y estoy en la búsqueda de mi propio espacio, ¡éxitos churreros!
Llama la atención este tÃtulo. Coordino, con dos compañeras voluntarias, un pequeño proyecto en un centro de Tenerife, que acoge personas mayores en situación desfavorecida. En la tertulia semanal leemos cuentos cortos, y nos gustarÃa conocer alguno de los “churros” para saber si se adapta el libro a nuestros objetivos. Gracias y mucha suerte con esta bonita iniciativa.
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