No para quieto. Se levanta, se vuelve a sentar. Se mueve con la rapidez de un colibrĆ. Muestra las cĆ”maras que usa, habla de su Ćŗltimo trabajo en RĆo de Janeiro, una de sus ciudades preferidas en el mundo. Apunta la mirada hacia la decena de fotos que ha colgado en la pared del salón de su casa en la Avenida AtlĆ”ntica, en el centro de Copacabana, frente al ocĆ©ano que ama retratar. A sus 70 aƱos, David Alan Harvey es un chavalote que conecta mĆ”s con los veinteaƱeros que con la gente de su generación. Ā«Mis seguidores tienen entre 18 y 40 aƱos. Casi nadie tiene mi edad. ĀæTe lo puedes creer?Ā», asegura sonriendo.
En su cuenta de Instagram hay mĆ”s de 143.000 subscriptores. Ā«15.000 han aparecido en las Ćŗltimas dos semanas, desde que estoy en RĆo de JaneiroĀ», revela. El fotógrafo de la agencia Magnum ama pasar largas temporadas en la Cidade Maravilhosa . Ā«De hecho, es la Ćŗnica ciudad en la que he hecho dos libros. Es una excepción para mĆĀ», asegura.
En esta ciudad hizo su conocido Based on a true story , una tirada de lujo para coleccionistas, impresa en Italia. «Me gusta hacer ediciones de gran calidad con el mejor papel y el mejor acabado, sin mirar los costes. Las personas que tienen dinero no se fijan en el precio. Y para los que no tienen dinero, hago una edición mÔs barata y la distribuyo gratis», aclara.
Es lo que hizo en RĆo de Janeiro: una edición tipo revista de Based on a true story , que fueĀ regalada en favelas, universidades y centros de fotografĆa.
Para su nuevo libro, Beach Games , ha preferido usar el blanco y negro. Ā«Siempre me he visto a mĆ mismo como un fotógrafo en blanco y negro. AsĆ es como comencĆ© y como trabajĆ© durante 15 aƱosĀ», cuenta David. ĀæDónde se han quedado los colores vibrantes de Based on a true story ? Ā«La fotografĆa en color es muy dura. El blanco y negro es mĆ”s fĆ”cil y es muy potente. El color es un hijo de puta. A lo mejor es que soy vagoĀ», bromea el fotógrafo estadounidense, mientras muestra un pequeƱo libro con varias de sus fotos. Ā«Si te fijas en mis imĆ”genes, se nota que soy un fotógrafo en blanco y negro. ĀæLo ves? Siempre uso solo uno o dos coloresĀ», aƱade.
Inspirado en la relación de los cariocas con la playa, David Alan Harvey se ha valido de sus jóvenes musas, como en su anterior trabajo. «Si a ellas no les gustan las fotos, no se publican. Es asà como funciona», asegura. Adora trabajar con personas jóvenes tanto en fase de la toma, como en la edición y la impresión. «En Italia, donde hago mis libros, pasa lo mismo», añade.
Para Beach Games , ha usado su Leica de siempre, una Fuji, una cĆ”mara subacuĆ”tica automĆ”tica y hasta el iPhone, cuando hace falta. Ā«Me encanta pasar desapercibido entre la gente, que me vean como un turista mĆ”s haciendo fotosĀ», reconoce. Su talentoĀ no depende del soporte que usa. Ā«Yo siempre trabajo con el mismo objetivo, un 35 mm o al mĆ”ximo un 50 mm. OjalĆ” pudiese trabajar siempre con la misma cĆ”mara, casarme con ella y quedarnos juntos durante muchos aƱos, pero todavĆa no la he encontrado. El mundo digital cambia cada 10 minutosĀ», cuenta.
ĀæPor quĆ© un fotógrafo como David Alan Harvey, una vaca sagrada de la agencia Magnum, que ha publicado toda su vida en el National Geographic , necesita hacer libros? Ā«Yo necesito un libro mĆ”s que nadie. El Ćŗnico valor que tiene un fotógrafo estĆ” en un libro. CrecĆ entre libros. Siempre he leĆdo mucho, desde Julio Verne hasta Mark Twain o Ernest Hemingway. El libro es lo que mĆ”s importa. En realidad, si no tienes un libro, no eres un fotógrafo. ĀæDónde muestras tus fotos? ĀæEn una pĆ”gina web o en una revista? ĀæEstĆ”s de broma?Ā», afirma. Admite que usa Internet e Instagram solo para crear audiencia. Ā«Es como un diario de viaje. AsĆ puedo hacer un libro y la gente que estĆ” en mi Instagram acabarĆ” comprĆ”ndolo. De eso se trataĀ», seƱala.
Su amor hacia los libros es tan grande, que en la actualidad estĆ” sumergido en la publicación de tres obras al mismo tiempo. AdemĆ”s de Beach Games , va a reeditar Tell it like it is , un fotolibro que autopublicó en 1967, cuando tenĆa 22 aƱos y se fue a vivir con una familia negra en Virginia, en los Estados Unidos. Ā«Es como si fuese un libro nuevo, con fotos nuevas que casi nadie ha visto, porque fueron hechas hace mucho tiempo. Yo mismo me sorprendo de lo que fui capaz de hacer siendo tan jovenĀ», relata David. AdemĆ”s, estĆ” produciendo el libro de otro fotógrafo, Panos Skoulidas, Death in Venice . Ā«Publico muchos libros de otras personas y solo alguna vez hago los mĆos. En realidad, tengo pocos libros publicados. Que sean buenos, dirĆa que solo son cuatro: Tell it like it is , Cuba , Divided Souls y Based on a true storyĀ» , afirma David.
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Harvey estĆ” convencido de que la fotografĆa vive el mejor momento de su historia. Ā«Se supone que yo he vivido la Ć©poca dorada del fotoperiodismo, cuando National Geographic y otras publicaciones tenĆan un montón de dinero. Pero te digo una cosa: es mucho mejor ahora. La gente tiene mĆ”s libertad, cualquiera tiene su oportunidad de mostrar lo que hace. Esto es mucho mĆ”s democrĆ”tico. Y las cosas buenas se terminan viendo; en ArlĆ©s o en PerpiƱƔn, en FranciaĀ», asegura.
PeseĀ su devoción al papel y a los libros, David usa la web todos los dĆas, ya sea para postear una foto o para mostrar su sentido del humor. Prueba de ello es este vĆdeo, en el que explica cómo evitar el robo de la cĆ”mara en las playas de RĆo de Janeiro:
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Fotos: David Alan Harvey
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IncreĆbles fotografĆas al nivel de los fotógrafos de la Agencia Magnum. Me encanta su forma de mirar a travĆ©s de la cĆ”mara.
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