A DavidĀ DespauĀ le gustan retratar gente. Solo hay que ver su portfolio para darse cuenta de ello (buena parte de sus proyectos, por cierto, se podrĆ” ver en las pantallas de Callao City Lights durante el mes de octubre).
Aunque algunos le resultan mĆ”s expresivos que otros,Ā DespauĀ asegura que nunca ha renunciado a dibujar a alguien porque su cara no le dijera nada: Ā«Todas son diferentes y de todas se aprende. Es cierto que resultaĀ mĆ”s interesanteĀ dibujar o retratar a gente expresiva. Aunque esto no significa que tengan que tener una expresión histriónica o forzada; depende mucho de la pose, lo que transmite, el gesto, o la fuerza de alguno de sus rasgos (ojos, boca, el movimiento y forma del pelo, complementos como gafas, o la ropa que les dibujesā¦)Ā».
Cuando dibuja a alguien conocido dice que parte con ventaja: Ā«Es ya de por sĆ un reclamo. A todos nos fascinan las estrellas. Nos sentimos atraĆdos por ellas, por eso son estrellas. A mĆ me pasa lo mismo, me atraen y necesito dibujarlos, siempre aportando mi visión personal, lo que yo veo. Ellos ya traenĀ su “materia prima” de serie pero siempre intento aportar algo que enganche a quien mire mis ilustracionesĀ».
Cuenta que, en ocasiones, esa necesidad de retratar a un actor, cantante o deportista surge en plan arrebato: Ā«Veo una peli y Ā”flechazo!; veo una fotoĀ y Ā”flechazo!; veo un cuadroĀ y Ā”flechazo!…Ā».
No cree tener ninguna manĆa ni Ā«TOCsĀ» a la hora de trabajar (Ā«aunque lo mismo tengo alguna pero no soy conscienteĀ»). Lo que sĆ se reconoce es la capacidad para trabajar en condiciones Ā«extremasĀ», como cuando sus hijos (Bruno y Max, de 6 y 3 aƱos, respectivamente) estĆ”n a su lado Ā«gritando, peleando, jugando e incluso dibujando a mi ladoĀ».
Lo sabe porqueĀ DespauĀ dedica mucho tiempo a esta tarea: Ā«Paso temporadas en las que veo mucho de lo que hacen otros/as (ilustradores, diseƱadores, artistas…), me empapo bien, siento envidia sana de su talentazo, me deprimo, me motivo… En definitiva, absorboĀ y aprendoĀ».
Aunque cuando trabaja en un proyecto y empieza a dibujar, «no miro nada, estoy yo solo con la hoja en blanco y lo que sale imagino que es una mezcla de lo que he visto y asimilado con todo lo que llevo yo ya de serie». Es la clave, dice, para no perder la esencia.
A DavidĀ DespauĀ le gustan retratar gente. Solo hay que ver su portfolio para darse cuenta de ello (buena parte de sus proyectos, por cierto, se podrĆ” ver en las pantallas de Callao City Lights durante el mes de octubre).
Aunque algunos le resultan mĆ”s expresivos que otros,Ā DespauĀ asegura que nunca ha renunciado a dibujar a alguien porque su cara no le dijera nada: Ā«Todas son diferentes y de todas se aprende. Es cierto que resultaĀ mĆ”s interesanteĀ dibujar o retratar a gente expresiva. Aunque esto no significa que tengan que tener una expresión histriónica o forzada; depende mucho de la pose, lo que transmite, el gesto, o la fuerza de alguno de sus rasgos (ojos, boca, el movimiento y forma del pelo, complementos como gafas, o la ropa que les dibujesā¦)Ā».
Cuando dibuja a alguien conocido dice que parte con ventaja: Ā«Es ya de por sĆ un reclamo. A todos nos fascinan las estrellas. Nos sentimos atraĆdos por ellas, por eso son estrellas. A mĆ me pasa lo mismo, me atraen y necesito dibujarlos, siempre aportando mi visión personal, lo que yo veo. Ellos ya traenĀ su “materia prima” de serie pero siempre intento aportar algo que enganche a quien mire mis ilustracionesĀ».
Cuenta que, en ocasiones, esa necesidad de retratar a un actor, cantante o deportista surge en plan arrebato: Ā«Veo una peli y Ā”flechazo!; veo una fotoĀ y Ā”flechazo!; veo un cuadroĀ y Ā”flechazo!…Ā».
No cree tener ninguna manĆa ni Ā«TOCsĀ» a la hora de trabajar (Ā«aunque lo mismo tengo alguna pero no soy conscienteĀ»). Lo que sĆ se reconoce es la capacidad para trabajar en condiciones Ā«extremasĀ», como cuando sus hijos (Bruno y Max, de 6 y 3 aƱos, respectivamente) estĆ”n a su lado Ā«gritando, peleando, jugando e incluso dibujando a mi ladoĀ».
Lo sabe porqueĀ DespauĀ dedica mucho tiempo a esta tarea: Ā«Paso temporadas en las que veo mucho de lo que hacen otros/as (ilustradores, diseƱadores, artistas…), me empapo bien, siento envidia sana de su talentazo, me deprimo, me motivo… En definitiva, absorboĀ y aprendoĀ».
Aunque cuando trabaja en un proyecto y empieza a dibujar, «no miro nada, estoy yo solo con la hoja en blanco y lo que sale imagino que es una mezcla de lo que he visto y asimilado con todo lo que llevo yo ya de serie». Es la clave, dice, para no perder la esencia.