Diana abrió los ojos y vio en el techo dos lĆ”mparas colgando: la de siempre y, al lado, otra exactamente igual. Le extrañó porque sabĆa que solo habĆa una. Pero a veces los sueƱos se salen de su sitio. DebĆa estar soƱando.Ā
Y volvió a dormir.
Fue a levantarse y su cuerpo siguió tumbado en la cama. Su pierna derecha, su brazo derecho, todo su lado derecho parecĆa no estar ahĆ. No respondĆa, no sentĆa.Ā
ā””MamĆ”, ven!! āgritó, asustada, Diana de Arias. Estaba pasando las vacaciones de navidad en casa de sus padres y en pocos dĆas volverĆa a Italia, donde estudiaba DiseƱo, con una beca Erasmus.
Todo fue raro, nebuloso, desesperado, hasta que llegó la nitidez de una imagen que aún guarda hoy.
āUnos neurocirujanos entraron en la UCI y me informaron de que estaba sufriendo las secuelas del daƱo cerebral adquirido. Me dijeron que podĆa morir tanto si me operaba como si no. Y que, en cualquier caso, me quedarĆan secuelas que me impedirĆan llevar una vida normal.
Los dos meses siguientes pasaron tumbados en la cama de un hospital. Diana esperaba una operación a vida o muerte.Ā
āFue un tiempo de mucha reflexión. AprendĆ que el miedo, la ansiedad, la esperanza, solo estĆ”n a un pensamiento de distancia ācontó, en la primavera de 2019, en TEDxCiutatVellaDeValencia.
āQuerĆa devolver todo lo que habĆa aprendido en esta historia para mejorar la calidad de vida de personas que pasan por lo mismo ādice una maƱana de invierno, en su estudio, ubicado en la incubadora de proyectos Lanzadera, de Valencia.
El accidente cerebrovascular que se dejó ver en las dos lĆ”mparas del techo habĆa ocurrido en enero de 2014. En septiembre de ese aƱo estaba de nuevo en la universidad. A partir de entonces todo lo que aprendió en la carrera tuvo un propósito: mejorar la rehabilitación cognitiva.
āEn terapia me di cuenta de que no habĆa material para este tipo de rehabilitación.
Los primeros 500 Decedarios ya han volado. Ahora estĆ”n fabricando mil mĆ”s porque cada dĆa llegan nuevos pedidos al mail de Diana. Y porque se ha dado cuenta de que este material puede llevar la terapia a lugares donde jamĆ”s llegarĆa.
āEs muy Ćŗtil en paĆses donde no pueden pagar la rehabilitación. Es una forma de que este conocimiento cientĆfico para ayudar a recuperar la memoria y la atención llegue a las casas.
En la corta historia de Decedario ya ha recibido ocho premios que se quitan el sombrero ante su diseƱo y lo innovador que resulta en el tratamiento de la estimulación cognitiva. Pero⦠¿de dónde saca Diana toda esta inventiva, este conocimiento, todos sus hallazgos?Ā
Diana abrió los ojos y vio en el techo dos lĆ”mparas colgando: la de siempre y, al lado, otra exactamente igual. Le extrañó porque sabĆa que solo habĆa una. Pero a veces los sueƱos se salen de su sitio. DebĆa estar soƱando.Ā
Y volvió a dormir.
Fue a levantarse y su cuerpo siguió tumbado en la cama. Su pierna derecha, su brazo derecho, todo su lado derecho parecĆa no estar ahĆ. No respondĆa, no sentĆa.Ā
ā””MamĆ”, ven!! āgritó, asustada, Diana de Arias. Estaba pasando las vacaciones de navidad en casa de sus padres y en pocos dĆas volverĆa a Italia, donde estudiaba DiseƱo, con una beca Erasmus.
Todo fue raro, nebuloso, desesperado, hasta que llegó la nitidez de una imagen que aún guarda hoy.
āUnos neurocirujanos entraron en la UCI y me informaron de que estaba sufriendo las secuelas del daƱo cerebral adquirido. Me dijeron que podĆa morir tanto si me operaba como si no. Y que, en cualquier caso, me quedarĆan secuelas que me impedirĆan llevar una vida normal.
Los dos meses siguientes pasaron tumbados en la cama de un hospital. Diana esperaba una operación a vida o muerte.Ā
āFue un tiempo de mucha reflexión. AprendĆ que el miedo, la ansiedad, la esperanza, solo estĆ”n a un pensamiento de distancia ācontó, en la primavera de 2019, en TEDxCiutatVellaDeValencia.
āQuerĆa devolver todo lo que habĆa aprendido en esta historia para mejorar la calidad de vida de personas que pasan por lo mismo ādice una maƱana de invierno, en su estudio, ubicado en la incubadora de proyectos Lanzadera, de Valencia.
El accidente cerebrovascular que se dejó ver en las dos lĆ”mparas del techo habĆa ocurrido en enero de 2014. En septiembre de ese aƱo estaba de nuevo en la universidad. A partir de entonces todo lo que aprendió en la carrera tuvo un propósito: mejorar la rehabilitación cognitiva.
āEn terapia me di cuenta de que no habĆa material para este tipo de rehabilitación.
Los primeros 500 Decedarios ya han volado. Ahora estĆ”n fabricando mil mĆ”s porque cada dĆa llegan nuevos pedidos al mail de Diana. Y porque se ha dado cuenta de que este material puede llevar la terapia a lugares donde jamĆ”s llegarĆa.
āEs muy Ćŗtil en paĆses donde no pueden pagar la rehabilitación. Es una forma de que este conocimiento cientĆfico para ayudar a recuperar la memoria y la atención llegue a las casas.
En la corta historia de Decedario ya ha recibido ocho premios que se quitan el sombrero ante su diseƱo y lo innovador que resulta en el tratamiento de la estimulación cognitiva. Pero⦠¿de dónde saca Diana toda esta inventiva, este conocimiento, todos sus hallazgos?Ā