A la vez, en el Congreso de los Diputados, un bolso se acomodaba en el escaƱo vacĆo del presidente censurado. OtroĀ gesto. Otra foto para la historia.
What you see is NOT what you get
Aunque el seƱor Rajoy saliese ayer sonriendo del restaurante en el que se atrincheró, es bastante probable que los sentimientos que fluĆan por el interior de su psique fueran mucho mĆ”s turbios. No todos los dĆas te dejan sin ver los partidos de EspaƱa en el Mundial de fĆŗtbol. Y menos cuando ya lo tenĆas al alcance de la mano. Ni todo el dinero del mundo puede librarte de eso.
Y de eso va el Piensódromo de hoy (mientras Bob Dylan pide cita a su psicólogo):Ā del sufrimiento que no se ve, de ‘la procesión que va por dentro’ y de que ni todo el dinero del mundo puede librarte de eso cuando te golpea.
La exigencia de tener que dar siempre la mejor cara, de mantener un ritmo de producción infernal y de no resetear el cerebro en años acaba con (casi) cualquiera y ese no es un asunto que dependa de la renta.
Si te dedicas al humor, el contraste es aĆŗn mĆ”s chocante. Es posible que, cierto, Eugenio no hubiera sonreĆdo en su vida, pero sĆ la dedicó a hacer reĆr a los demĆ”s y a cobrar por ello. Mucho. Y merecido.
Pero mientras la profesión de Eugenio se desarrollaba entre chistes, whisky con naranja y cigarritos, su vida personal se disolvĆa entre problemas familiares, drogas y despilfarro.
De todos estos casos, el mÔs dramÔtico sin duda alguna es el del dueño del segundo Taburete mÔs famoso de España tras el de Eugenio.
Todos sienten la tentación de hacer chistes acerca de Willy BĆ”rcenas solo porque es el hijo de Luis BĆ”rcenas (extesorero del Partido Popular) y su esposa, RosalĆa Iglesias.
A la vez, en el Congreso de los Diputados, un bolso se acomodaba en el escaƱo vacĆo del presidente censurado. OtroĀ gesto. Otra foto para la historia.
What you see is NOT what you get
Aunque el seƱor Rajoy saliese ayer sonriendo del restaurante en el que se atrincheró, es bastante probable que los sentimientos que fluĆan por el interior de su psique fueran mucho mĆ”s turbios. No todos los dĆas te dejan sin ver los partidos de EspaƱa en el Mundial de fĆŗtbol. Y menos cuando ya lo tenĆas al alcance de la mano. Ni todo el dinero del mundo puede librarte de eso.
Y de eso va el Piensódromo de hoy (mientras Bob Dylan pide cita a su psicólogo):Ā del sufrimiento que no se ve, de ‘la procesión que va por dentro’ y de que ni todo el dinero del mundo puede librarte de eso cuando te golpea.
La exigencia de tener que dar siempre la mejor cara, de mantener un ritmo de producción infernal y de no resetear el cerebro en años acaba con (casi) cualquiera y ese no es un asunto que dependa de la renta.
Si te dedicas al humor, el contraste es aĆŗn mĆ”s chocante. Es posible que, cierto, Eugenio no hubiera sonreĆdo en su vida, pero sĆ la dedicó a hacer reĆr a los demĆ”s y a cobrar por ello. Mucho. Y merecido.
Pero mientras la profesión de Eugenio se desarrollaba entre chistes, whisky con naranja y cigarritos, su vida personal se disolvĆa entre problemas familiares, drogas y despilfarro.
De todos estos casos, el mÔs dramÔtico sin duda alguna es el del dueño del segundo Taburete mÔs famoso de España tras el de Eugenio.
Todos sienten la tentación de hacer chistes acerca de Willy BĆ”rcenas solo porque es el hijo de Luis BĆ”rcenas (extesorero del Partido Popular) y su esposa, RosalĆa Iglesias.