Dice la canción que cuando llega el calor los chicos se enamoran, pero ninguna estrofa menciona la desazón veraniega que otra gente arrastra hasta bien entrado el otoƱo. En ciertos casos no se trata de una aƱoranza romĆ”ntica del frĆo y de la lluvia, sino de un verdadero trastorno del Ć”nimo que algunas personas sufren al inicio de la estación mĆ”s cĆ”lida.
El Trastorno Afectivo Estacional (TAE) es poco comĆŗn. Se calcula que entre el 1% y el 10% de la población se sume en una depresión temporal con el cambio de estación, aunque suele pasar en la mĆ”s frĆa del aƱo. Entre los afectados, que ya son pocos, los que lo pasan mal en verano son todavĆa menos: tan solo el 10% de ellos se deprime durante los dĆas de sol y calor.
UN TRASTORNO QUE DURA LO QUE DURA EL VERANO
Es fĆ”cil entender por quĆ© el invierno nos empuja a hibernar en el sofĆ”: a media tarde ya es de noche y fuera de casa se nos hielan hasta las pestaƱas. Aunque no se sabe a ciencia cierta de dónde viene la depresión estival, las hipótesis apuntan a que aflora con las altas temperaturas y el aumento de las horas de luz diurna, justo en el momento en que los haters del frĆo recuperan las ganas de vivir.
Quienes experimentan el trastorno en verano notan cómo el calor, la humedad y las largas horas de sol trastocan sus ritmos circadianos (el reloj biológico que marca los tiempos de actividad y de sueño) de forma que su Ônimo decae hasta que los termómetros se templan y anochece mÔs temprano.
[pullquote]Ā«El Trastorno Afectivo Estacional (TAE) es un cuadro diagnóstico que no debe compararse con un pequeƱo bajón anĆmico o energĆ©tico por el cambio de estación. Tiene sĆntomas parecidos a una depresión mayor, con la particularidad de que siempre aparecen en una Ć©poca concreta del aƱoĀ»[/pullquote]
Ā«El TAE es un cuadro diagnóstico que no debe compararse con un pequeƱo bajón anĆmico o energĆ©tico por el cambio de estaciónĀ», dice Jordi Isidro Molina, psicólogo de Cedipte-PsicologĆa y experto en Trastornos de Ansiedad y del Estado de Ćnimo. Ā«El TAE tiene sĆntomas parecidos a una depresión mayor, con la particularidad de que siempre aparecen en una Ć©poca concreta del aƱoĀ». En los casos mĆ”s graves aparecen conductas violentas e ideaciones suicidas.
La depresión veraniega tiene que aparecer durante, al menos, dos aƱos seguidos para dictaminar que se sufre el TAE, y el patrón estacional de los sĆntomas es la clave del diagnóstico. La irritabilidad, el nerviosismo, la ansiedad, el desĆ”nimo, la falta de apetito y el insomnio de los meses calurosos remiten por completo con la vuelta de hoja del calendario.
EL PEOR MOMENTO PARA DEPRIMIRSE
La empatĆa con los pacientes del TAE es distinta segĆŗn la temporada en la que padezcan su depresión estacional. Quienes lo sufren en invierno suelen contar con la comprensión del resto, mientras que los del trastorno veraniego se quedan al margen de la alegrĆa compartida por todo el mundo cuando el cielo se despeja y el ambiente se calienta. Casi nadie entiende que se depriman en un momento asĆ.
Ā«Socialmente, en televisión, en internet, con amigos⦠En todas partes, supuestamente, es la Ć©poca mĆ”s feliz del aƱo, la estación de enamorarse, de tener mĆ”s sexo. Pero para ellos es la peorĀ», explica Isidro. El psicólogo recalca que, ademĆ”s, todas estas presuposiciones no son mĆ”s que falsos mitos asociados al estĆo.
TERAPIAS REFRESCANTES
En cuestión de tratamientos, los afectados estivales tambiĆ©n salen perdiendo. Para ahuyentar la apatĆa y la tristeza invernales, existe la fototerapia paliativa, que consiste en exponerse a una lĆ”mpara que simula luz natural durante media hora diaria. En la ciudad sueca de UmeĆ„, donde el sol se esconde a las dos de la tarde en los dĆas mĆ”s frĆos, llegaron a instalar pantallas fototerapĆ©uticas en las paradas de autobĆŗs hace unos aƱos.
El TAE de verano no tiene tan fĆ”cil solución, pero los trucos de toda la vida para escapar del calor no vienen mal: aire acondicionado, duchas frĆas, escapar del sol durante las horas centrales del dĆa, bolsas de hielo⦠El doctor Norman Rosenthal, el psiquiatra sudafricano que identificó por primera vez el TAE, descubrió que las mantas de refrigeración alivian los sĆntomas por lo menos durante un rato.
Como en todo trastorno, es recomendable pedir ayuda especializada cuando se necesita. Un diagnóstico correcto, la medicación psicofarmacéutica recetada por un psiquiatra y la terapia psicológica son de gran ayuda para vadear las inclemencias