Son las 7 de la tarde. Entras en casa, saludas a tu marido y a tus hijos, preguntas qué tal ha ido el dÃa y cambias la ropa de trabajo por un cómodo chándal y las pantuflas de dragón que te regalaron los niños por el dÃa de la madre. Te sientas dispuesta a seguir con la lectura de ese libro tan interesante que te regalaron por Navidad antes de preparar la cena. Y justo en ese momento tu móvil te avisa de que tienes un correo electrónico nuevo. Es del trabajo. Y te sientes en la obligación de contestar.
La escena te suena, ¿verdad? Todos hemos recibido llamadas de trabajo o emails profesionales fuera de nuestro horario laboral y, unas veces por temor a perder el empleo, otras por responsabilidad mal entendida, hemos contestado. La jornada de trabajo se alarga asà más horas de las que establece el convenio, horas que no están pagadas y que, a la larga, acaban costándonos la salud.
En Francia acaba de entrar en vigor una ley que regula el derecho a la desconexión de los trabajadores fuera del horario laboral a partir del 1 de enero de este recién estrenado 2017.
Se trata de la controvertida Ley El Khomri, nombre que recibe por el apellido de la ministra de Trabajo francesa que la ha promovido, Myriam El Khomri, y que establece que en aquellas empresas de más de 50 empleados, la dirección y los representantes de los trabajadores deberán llegar a acuerdos para establecer «las modalidades del pleno ejercicio por el trabajador de su derecho a la desconexión y la puesta en marcha por la empresa de dispositivos de regulación de la utilización de los dispositivos digitales, a fin de asegurar el respeto del tiempo de descanso y de vacaciones, asà como de su vida personal y familiar».
O lo que es lo mismo, deberán entre todos establecer mecanismos que regulen el tiempo en el que el empleado no tendrá obligación de responder emails ni llamadas de trabajo. En caso de no llegarse a ningún acuerdo, será la propia empresa la que escriba una carta con esas normas de desconexión, previa consulta a los representantes de los trabajadores.
La ley, tan controvertida en otros aspectos hasta el punto de haber provocado importantes movilizaciones sociales en su contra en el paÃs vecino, no obliga, sin embargo, a apagar el móvil de empresa o desconectar los sistemas de envÃo y recepción de correos electrónicos de las compañÃas. Pero parece claro que quiere dar un paso más hacia la anhelada conciliación laboral y familiar.
No todos los profesionales se ven afectados por este problema. Son los ejecutivos y los jóvenes quienes más demandan este tipo de normas. Y según el estudio Éleas Pratiques numériques publicado en octubre en Francia, un 37% de los activos usan sus herramientas digitales profesionales fuera de los horarios de trabajo, y un 62% estaba a favor de su regulación.
Empresas como Orange o Michelin se adelantaron a esta nueva ley de desconexión estableciendo entre sus empleados tiempos de no utilización de su mensajerÃa electrónica, en el caso de la primera, y un control de las comunicaciones a distancia, en el caso de la segunda. No son las únicas. Mercedes Benz ofrece a sus trabajadores la posibilidad de acogerse al sistema ‘Mail on holiday’, un programa que redirige automáticamente los mensajes enviados a trabajadores que están de vacaciones a otros compañeros en activo. Volkswagen, por su parte, desconecta sus servidores entre las 18:15 h. y las 7:00 de la mañana desde 2011, como una medida para fomentar el descanso de sus empleados. Como dice el refrán, muerto el perro se acabó la rabia.
De momento, el único paÃs que ha implantado por ley el derecho a la desconexión digital laboral ha sido la vecina Francia, pero es de suponer que pueda servir de referente para otros paÃses europeos. Si las empresas no quieren verlo como un derecho de sus trabajadores, sà deberÃan tener en cuenta al menos los problemas que el exceso de trabajo genera en sus plantillas: estrés y sÃndrome del burnout provocan gran parte de las bajas laborales. Garantizar el descanso de su plantilla fuera del horario de trabajo, visto de manera egoÃsta, hará aumentar probablemente la productividad de su empresa.
¿Triunfará en España? Tal y como están las cosas en el mercado laboral patrio, es poco probable. Con empleos precarios y un alto Ãndice de desempleo, son muchos los trabajadores dispuestos a hacer lo que sea —incluida la renuncia a la conciliación— por conservar su puesto de trabajo.
La reflexión final, no obstante, serÃa la siguiente: ¿en qué tipo de mundo vivimos que debe regularse por ley nuestro derecho al descanso?
Me encanta el asunto que planteas. Es muy interesante. El derecho a la desconexión digital laboral es el primer paso. Después hay que conseguir el derecho a la desconexión digital administrativa, porque parece que por obligación hay que tener movil y cuenta bancaria.
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