Por mucho que le pese a la globalización, las particularidades entre culturas se mantienen. Por ejemplo, no todos los hechos históricos se perciben por igual en todos los paÃses. En unos lugares un acontecimiento puede ser traumático para la población y, en otros, entendido de diferente manera.
Mientras decenas de miles de japoneses morÃan por causa de la radiación, en la otra punta del mundo se hacÃan chistes sobre el poder devastador de las suegras.
Algo parecido sucedió hace unos dÃas en una escuela de Hsinchu City, localidad al norte de Taiwán. La Hsinchu Kuang-Fu High School organizó un desfile en el que los estudiantes iban ataviados con uniformes nazis. Además portaban banderas con esvásticas y paseaban dentro de un tanque de cartón. Un desfile semejante a otro celebrado en Tailandia en 2007 y que a nadie, autoridades escolares incluidas, le pareció extraño. Hasta que la noticia comenzó a circular por internet, claro.
Aunque los profesores eran conscientes de lo peliagudo del tema, prefirieron no censurar a los muchachos. La actividad siguió adelante. Sin embargo, cuando las imágenes llegaron a las delegaciones diplomáticas de Israel y Alemania, estalló el escándalo.
El director de la escuela, Cheng Hsiao-ming, presentó su renuncia y pidió disculpas. Los profesores responsables de la actividad fueron sancionados. Ninguno de los alumnos ha sido reprendido.
Una iniciativa que podrÃa ampliarse a la sociedad asiática en su conjunto, que acostumbra a sentir una extraña atracción hacia la iconografÃa nacionalsocialista. Tanto es asÃ, que se ha llegado a acuñar la expresión nazi-chic, para definir el fenómeno.
Lugares a los que posiblemente acudan aquellos novios que encuentran simpático disfrazarse de nazi y de personaje manga para contraer matrimonio.
Parejas que, tras el enlace, pueden acudir a celebrar el convite en bares como The Fifth Reich, el Hitler Bar de Corea, el Soldatenkafee de Indonesia o el Hitler de Tailandia.
Por mucho que le pese a la globalización, las particularidades entre culturas se mantienen. Por ejemplo, no todos los hechos históricos se perciben por igual en todos los paÃses. En unos lugares un acontecimiento puede ser traumático para la población y, en otros, entendido de diferente manera.
Mientras decenas de miles de japoneses morÃan por causa de la radiación, en la otra punta del mundo se hacÃan chistes sobre el poder devastador de las suegras.
Algo parecido sucedió hace unos dÃas en una escuela de Hsinchu City, localidad al norte de Taiwán. La Hsinchu Kuang-Fu High School organizó un desfile en el que los estudiantes iban ataviados con uniformes nazis. Además portaban banderas con esvásticas y paseaban dentro de un tanque de cartón. Un desfile semejante a otro celebrado en Tailandia en 2007 y que a nadie, autoridades escolares incluidas, le pareció extraño. Hasta que la noticia comenzó a circular por internet, claro.
Aunque los profesores eran conscientes de lo peliagudo del tema, prefirieron no censurar a los muchachos. La actividad siguió adelante. Sin embargo, cuando las imágenes llegaron a las delegaciones diplomáticas de Israel y Alemania, estalló el escándalo.
El director de la escuela, Cheng Hsiao-ming, presentó su renuncia y pidió disculpas. Los profesores responsables de la actividad fueron sancionados. Ninguno de los alumnos ha sido reprendido.
Una iniciativa que podrÃa ampliarse a la sociedad asiática en su conjunto, que acostumbra a sentir una extraña atracción hacia la iconografÃa nacionalsocialista. Tanto es asÃ, que se ha llegado a acuñar la expresión nazi-chic, para definir el fenómeno.
Lugares a los que posiblemente acudan aquellos novios que encuentran simpático disfrazarse de nazi y de personaje manga para contraer matrimonio.
Parejas que, tras el enlace, pueden acudir a celebrar el convite en bares como The Fifth Reich, el Hitler Bar de Corea, el Soldatenkafee de Indonesia o el Hitler de Tailandia.
me gusta esto gracias por la inf
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