Lo que el libro digital debería ser y todavía no es
¡Yorokobu gratis en formato digital!
Sencillo y funcional pero carente de cualquier atisbo de belleza. La experiencia de lectura del Kindle tiene el atractivo sexual de Benny Hill justo antes de entrar en la ducha. En el caso de las tabletas, la experiencia mejora ligeramente, pero sigue sin emocionar. Un grupo de diseñadores y creativos digitales españoles se han propuesto mejorar este proceso con The Digital Book Prototype, una idea que surge de la inquietud de Ana Martín, Darío Busto y Miguel González para diseñar una experiencia de usuario para lectores empedernidos que alimente y ayude a profundizar en este noble pasatiempo.
En lugar de esperar a que el proyecto estuviera listo del todo, este pequeño equipo ha preferido saltar al vacío con una propuesta concreta dirigida a la editorial Penguin. Los lectores desprovistos de tiempo pueden verla resumida en este vídeo:
Para los interesados en profundizar en el funcionamiento del prototipo, sigan leyendo estas líneas después de ver el vídeo.
El primer punto de partida es una home que se despliega tras abrir la aplicación que centraliza toda la experiencia y «alimenta tu hambre por los libros», según Martín. La disposición de la página se asemeja más a un portal de contenidos que a un espacio reservado simplemente para almacenar libros. «Nos gusta comprar, leer y hablar de libros. ¿Por qué no juntarlo todo», añaden los responsables del proyecto.
Y eso es, en efecto, lo que hacen. En la parte superior aparece el libro que estás leyendo actualmente. Debajo aparecen notificaciones de amigos. Un poco más abajo, una franja de portadas de libros se refresca cada cierto tiempo para recomendarte obras que estén relacionadas con tus gustos, como ya ha hecho de forma exitosa Amazon.
Haciendo un poco más de scroll, el usuario encuentra entrevistas, novedades, acceso directo a la biblioteca de Penguin, iniciativas como Twitter Tales y finalmente un espacio reservado a las ofertas especiales de clásicos del catálogo de la editorial británica.
Quizá el elemento más potente de la propuesta es la capacidad de poder buscar entre la colección completa de Penguin. No hablamos tan solo de títulos, sino de personajes, extractos y temáticas específicas. Posiblemente requeriría el trabajo más intensivo de back end, pero también puede llegar a ser el elemento más útil de todo el proyecto.
¿Y qué hay de las portadas de libros? «Nadie duda de que sean una de las facetas más placenteras de leer», dice González. «Pero actualmente no son más que una traslación del formato físico. Muchas veces ni siquiera se lee el título en pantalla», añade Martín. Una experiencia que tampoco es del todo satisfactoria en iTunes con las carátulas de discos.
Para remediarlo, el primer punto de partida ha sido crear una paleta de colores que se emplea según la temática del libro.
«Intentamos mantener un diseño sencillo manteniendo solo los elementos imprescindibles», comenta el equipo.
El tamaño del marco está relacionado con el número de páginas del libro, una forma visual y rápida para guiar al lector.
Para las ediciones especiales, plantean un diseño diferenciado:
Y que lógicamente, tratándose de tabletas, sea responsive:
La portada está pensada para ser fácilmente adaptable a una miniatura en un menú:
En cuanto a la experiencia del lector, en lugar de tener que desplegar un menú de funcionalidades como en la actual interfaz de Kindle en el iPad, esta nueva interfaz propone poder agrandar la letra con los dedos y que se reajuste en el momento.
Los impulsores de la app tampoco están satisfechos con la estandarización tipográfica que se impone en las ediciones masificadas de las editoriales. Por eso abogan por relacionar la elección de cuerpo de texto con el libro que tienes entre manos. En el caso de Drácula, por ejemplo, se puede usar una Esmeralda Pro para transmitir un aire gótico. Para una novela algo más contemporánea como City of Glass se podría apostar por la Archer. En resumen, más versatilidad y capacidad de personalización en algo tan importante como la tipografía.
Hay muchas personas que hablan varios idiomas. Otras posiblemente tengan curiosidad en comparar el texto original con la traducción. ¿Por qué no ofrecer la posibilidad de cambiar de un idioma a otro con simplemente pulsar un botón con el dedo?
Incluyen, además, un diccionario inteligente como ya vemos en algunos medios de comunicación y otros servicios de eBook.
La música también puede tener un papel importante en esta experiencia. ¿Por qué no posibilitar la escucha de una canción de Louis Armstrong justo en esa parte de Rayuela donde Cortazar cita el tema de jazz?
Los DVD’s de películas introdujeron la posibilidad de ver filmes con los comentarios de los directores y actores acompañando las secuencias. Con el formato que proponen, se podrían añadir pequeñas notas del autor en el que aporta una visión personal sobre lo que acaba de acontecer en el libro. En el ejemplo presentado aquí debajo, Cormac McCarthy añade una nota sobre cómo la parte subrayada del texto está inspirada en una conversación que el escritor mantuvo con su hijo.
El catálogo de Penguin es gigantesco. Su valor no solo está en la cantidad de libros a disposición del lector, también tiene un inmenso valor conectar y unirlas para crear obras nuevas. En este caso, Martín, González y Busto se imaginan una guía de la Gran Manzana que ofrece rutas por la ciudad inspiradas en la trilogía de Paul Auster.
En cuanto al proceso de compra, se busca un formato sencillo y elegante integrado con el estilo de portada.
Con funcionalidades extra para las ediciones especiales:
Prestar un libro es una parte importante de la experiencia de lectura (aunque algunos no se recuperan nunca). ¿Por qué no habilitar un formato para prestar tu libro en formato digital a un amigo? «Sería por un tiempo limitado y la idea es que si le gusta pero no le ha dado tiempo a leerlo puede acabar comprándolo», explica Busto.
Cada usuario de la app tendría su propio perfil como en cualquier otra red social con la diferencia de que la información más relevante se presenta en un formato infográfico:
Tras la finalización de la primera fase del proyecto, «el primer correo que mandamos fue a Penguin y esperamos que muestren interés en seguir», explica González. «En caso de que no estén interesados, seguiremos adelante buscando socios».
«No es más que buscar una forma de centralizar lo que ya ocurre en la vida real. Al final nos apetece saber qué nos recomiendan personas cercanas a nosotros. Compartir experiencias», añade Martín.
Siempre hay un temor al conectar demasiado la experiencia que podría acabar llenándose de notificaciones que entorpecen concentrarse en el libro, algo que aseguran que no pasará. «Nunca incluiríamos notificaciones en el momento de la lectura», según Busto.
El camino de The Digital Book Prototype apenas ha empezado. Sacar adelante el proyecto tras presentar el prototipo será un proceso largo y arduo. Pero en lugar de guardárselo en un cajón hasta que esté perfecto, sus creadores han preferido lanzarlo al escrutinio de internet y, con suerte, atraer la atención de Penguin.
Con la mitad de la industria editorial paralizada, la otra abogando por leyes restrictivas absurdas que ponen en riesgo el derecho a la cita, y algunos actores dispuestos a acometer cambios, hay gente que está dispuesta aportar nuevas ideas.
En este caso surge de un grupo de diseñadores y creativos que no tienen mucho que ver con la industria, que al ser lectores son los más interesados en hacer evolucionar la experiencia de leer. Si los poderes fácticos no quieren cambiar, siempre habrá gente dispuesta a hacerlo sin contar con ellos y esto es una muestra más de ello.
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El lector que necesite aún más detalle puede consultar el proyecto explicado en la web de Ana Martín.
¡Yorokobu gratis en formato digital!
Sencillo y funcional pero carente de cualquier atisbo de belleza. La experiencia de lectura del Kindle tiene el atractivo sexual de Benny Hill justo antes de entrar en la ducha. En el caso de las tabletas, la experiencia mejora ligeramente, pero sigue sin emocionar. Un grupo de diseñadores y creativos digitales españoles se han propuesto mejorar este proceso con The Digital Book Prototype, una idea que surge de la inquietud de Ana Martín, Darío Busto y Miguel González para diseñar una experiencia de usuario para lectores empedernidos que alimente y ayude a profundizar en este noble pasatiempo.
En lugar de esperar a que el proyecto estuviera listo del todo, este pequeño equipo ha preferido saltar al vacío con una propuesta concreta dirigida a la editorial Penguin. Los lectores desprovistos de tiempo pueden verla resumida en este vídeo:
Para los interesados en profundizar en el funcionamiento del prototipo, sigan leyendo estas líneas después de ver el vídeo.
El primer punto de partida es una home que se despliega tras abrir la aplicación que centraliza toda la experiencia y «alimenta tu hambre por los libros», según Martín. La disposición de la página se asemeja más a un portal de contenidos que a un espacio reservado simplemente para almacenar libros. «Nos gusta comprar, leer y hablar de libros. ¿Por qué no juntarlo todo», añaden los responsables del proyecto.
Y eso es, en efecto, lo que hacen. En la parte superior aparece el libro que estás leyendo actualmente. Debajo aparecen notificaciones de amigos. Un poco más abajo, una franja de portadas de libros se refresca cada cierto tiempo para recomendarte obras que estén relacionadas con tus gustos, como ya ha hecho de forma exitosa Amazon.
Haciendo un poco más de scroll, el usuario encuentra entrevistas, novedades, acceso directo a la biblioteca de Penguin, iniciativas como Twitter Tales y finalmente un espacio reservado a las ofertas especiales de clásicos del catálogo de la editorial británica.
Quizá el elemento más potente de la propuesta es la capacidad de poder buscar entre la colección completa de Penguin. No hablamos tan solo de títulos, sino de personajes, extractos y temáticas específicas. Posiblemente requeriría el trabajo más intensivo de back end, pero también puede llegar a ser el elemento más útil de todo el proyecto.
¿Y qué hay de las portadas de libros? «Nadie duda de que sean una de las facetas más placenteras de leer», dice González. «Pero actualmente no son más que una traslación del formato físico. Muchas veces ni siquiera se lee el título en pantalla», añade Martín. Una experiencia que tampoco es del todo satisfactoria en iTunes con las carátulas de discos.
Para remediarlo, el primer punto de partida ha sido crear una paleta de colores que se emplea según la temática del libro.
«Intentamos mantener un diseño sencillo manteniendo solo los elementos imprescindibles», comenta el equipo.
El tamaño del marco está relacionado con el número de páginas del libro, una forma visual y rápida para guiar al lector.
Para las ediciones especiales, plantean un diseño diferenciado:
Y que lógicamente, tratándose de tabletas, sea responsive:
La portada está pensada para ser fácilmente adaptable a una miniatura en un menú:
En cuanto a la experiencia del lector, en lugar de tener que desplegar un menú de funcionalidades como en la actual interfaz de Kindle en el iPad, esta nueva interfaz propone poder agrandar la letra con los dedos y que se reajuste en el momento.
Los impulsores de la app tampoco están satisfechos con la estandarización tipográfica que se impone en las ediciones masificadas de las editoriales. Por eso abogan por relacionar la elección de cuerpo de texto con el libro que tienes entre manos. En el caso de Drácula, por ejemplo, se puede usar una Esmeralda Pro para transmitir un aire gótico. Para una novela algo más contemporánea como City of Glass se podría apostar por la Archer. En resumen, más versatilidad y capacidad de personalización en algo tan importante como la tipografía.
Hay muchas personas que hablan varios idiomas. Otras posiblemente tengan curiosidad en comparar el texto original con la traducción. ¿Por qué no ofrecer la posibilidad de cambiar de un idioma a otro con simplemente pulsar un botón con el dedo?
Incluyen, además, un diccionario inteligente como ya vemos en algunos medios de comunicación y otros servicios de eBook.
La música también puede tener un papel importante en esta experiencia. ¿Por qué no posibilitar la escucha de una canción de Louis Armstrong justo en esa parte de Rayuela donde Cortazar cita el tema de jazz?
Los DVD’s de películas introdujeron la posibilidad de ver filmes con los comentarios de los directores y actores acompañando las secuencias. Con el formato que proponen, se podrían añadir pequeñas notas del autor en el que aporta una visión personal sobre lo que acaba de acontecer en el libro. En el ejemplo presentado aquí debajo, Cormac McCarthy añade una nota sobre cómo la parte subrayada del texto está inspirada en una conversación que el escritor mantuvo con su hijo.
El catálogo de Penguin es gigantesco. Su valor no solo está en la cantidad de libros a disposición del lector, también tiene un inmenso valor conectar y unirlas para crear obras nuevas. En este caso, Martín, González y Busto se imaginan una guía de la Gran Manzana que ofrece rutas por la ciudad inspiradas en la trilogía de Paul Auster.
En cuanto al proceso de compra, se busca un formato sencillo y elegante integrado con el estilo de portada.
Con funcionalidades extra para las ediciones especiales:
Prestar un libro es una parte importante de la experiencia de lectura (aunque algunos no se recuperan nunca). ¿Por qué no habilitar un formato para prestar tu libro en formato digital a un amigo? «Sería por un tiempo limitado y la idea es que si le gusta pero no le ha dado tiempo a leerlo puede acabar comprándolo», explica Busto.
Cada usuario de la app tendría su propio perfil como en cualquier otra red social con la diferencia de que la información más relevante se presenta en un formato infográfico:
Tras la finalización de la primera fase del proyecto, «el primer correo que mandamos fue a Penguin y esperamos que muestren interés en seguir», explica González. «En caso de que no estén interesados, seguiremos adelante buscando socios».
«No es más que buscar una forma de centralizar lo que ya ocurre en la vida real. Al final nos apetece saber qué nos recomiendan personas cercanas a nosotros. Compartir experiencias», añade Martín.
Siempre hay un temor al conectar demasiado la experiencia que podría acabar llenándose de notificaciones que entorpecen concentrarse en el libro, algo que aseguran que no pasará. «Nunca incluiríamos notificaciones en el momento de la lectura», según Busto.
El camino de The Digital Book Prototype apenas ha empezado. Sacar adelante el proyecto tras presentar el prototipo será un proceso largo y arduo. Pero en lugar de guardárselo en un cajón hasta que esté perfecto, sus creadores han preferido lanzarlo al escrutinio de internet y, con suerte, atraer la atención de Penguin.
Con la mitad de la industria editorial paralizada, la otra abogando por leyes restrictivas absurdas que ponen en riesgo el derecho a la cita, y algunos actores dispuestos a acometer cambios, hay gente que está dispuesta aportar nuevas ideas.
En este caso surge de un grupo de diseñadores y creativos que no tienen mucho que ver con la industria, que al ser lectores son los más interesados en hacer evolucionar la experiencia de leer. Si los poderes fácticos no quieren cambiar, siempre habrá gente dispuesta a hacerlo sin contar con ellos y esto es una muestra más de ello.
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El lector que necesite aún más detalle puede consultar el proyecto explicado en la web de Ana Martín.
El unico detalle que no veo de la propuesta para Penguin Books es el de la tinta electrónica. En realidad, leer en un iPad un libro es super dificil y pesado para la vista… Es solo una de las ventajas del Kindle, otras: la larguisima duración de la bateria, su mínimo peso… Si bien no es para nada sexy y estandariza a todos los libros (removiendo la portada, parte crucial del mismo), sigue siendo una razón de peso para preferirlo.
Sin embargo, como red social, plataforma de compra, sugerencias y material adicional, es simplemente genial.
Interesante perspectiva Felix. Yo leo ebooks a veces en el iPad y encuentro que la mejor manera de hacer más fácil la lectura es bajando la intensidad notablemente del brillo de la pantalla. Con el Kindle simplemente no he podido engancharme. Me parece muy poco usable por eso sigo prefiriendo leer casi todo en papel. Saludos.
Yo esto no lo veo. Quizá para generaciones totalmente digitales será la caña, pero para muchos de nosotros…
Yo lo que le pido a un ereader es que me permita leer un texto: novela, ensayo, o lo que sea, pero leer. Para notificaciones, mensajes, escuchar música o ver qué hacen mis colegas tengo otras cosas. Para mí la lectura es sumergirme en un libro y meterme por completo en ese universo, no que me saquen de él llenándomelo de distracciones y contándome si a mi amigo fulano le ha gustado el libro mengano o que me ofrezcan escuchar no sé qué canción, cosa que desde luego que Cortázar (por decir un nombre) no incluyó en el texto de su obra.
Es decir, sé que los libros están dejando de ser libros y se están convirtiendo en algo así como videojuegos llenos de chuminadas y fuegos artificiales, la evolución es así y lo tengo que aceptar, sólo espero que dejen aunque sea un pequeño rinconcito para que los lectores pre-internet podamos seguir leyndo a nuestra manera, es decir, juntando una letra detrás de la otra y nada más. Aunque no tengo mucha fe, creo que a los cuatro bichos raros que quedemos nos echarán a patadas.
Ese ataque a los videojuegos ha sido muy gratuito y denota ignorancia. Los videojuegos no son necesariamente “chuminadas y fuegos artificiales” igual que el cine no es sólo “persecuciones y explosiones”, no critiques lo que desconoces.
Como usuario de Kindle tengo que decir que en el tiempo que llevo desde que me lo compré hace medio año habré leído un total de 3 mitades de libros (eso sí, me he bajado cientos). La oferta y facilidad de descarga de Amazon son inigualables, el tema de la iluminación, batería y peso guay también. La experiencia de lectura es insoportable. La pantalla táctil responde con retraso, todavía no he comprendido como funciona el sistema de paginación (menos la indicación del porcentaje leído, poco útil cuando estás habituado a contar páginas) lo cual hace que me sienta enormemente perdido en el proceso de lectura. Saltar de la página 41 a la 237 me resulta un proceso tremendamente engorroso (con lo fácil que es sortear páginas en papel) y luego está el tema de los subrayados. Soy incapaz de leer un libro sin subrayarlo, para mi es algo imprescindible, y en el kindle se puede subrayar con un manejo relativo sobre las frases, pero luego no tengo ni la más mínima idea de dónde se almacenan esos subrayados. Cuando intento volver a encontrar la página en la que subrayé algo, se me plantea una odisea de navegación imprecisa que me deja harto de manejar el cachibache. No soy un romántico del papel con ideologías reaccionarias sobre la tecnología, me encanta el progreso de lo digital y aprecio los grandes beneficios que aporta. Pero, señores diseñadores de Amazon, por favor haced algo al respecto. Si léeis esto y estáis dudando sobre si comprároslo o no, yo en vuestro lugar me esperaría a que actualicen un poco el producto.
Hola Pablo! los fragmentos que subrayas se guardan en una carpeta que se llaman TUS RECORTES, que aparece en el mismo menú donde aparecen los libros. Puedes acceder a ellos aunque hayas borrado el libro en cuestión. Por otro lado, también puedes acceder a los fragmentos desde el propio libro, en un apartado que se llama NOTAS Y MARCADORES.
Estoy de acuerdo contigo en la paginación en porcentajes y en la dificultad de moverte por el libro en el caso de querer releer alguna cosa.
Me parece una idea brutal, algo que el mercado lleva pidiendo a gritos desde hace años. Me alegro muchísimo que los propulsores sean españoles.
En palabras de Seth Godin (en 2009): “Qué pena que Kindle no está organizado para ayudar a los autores a crear movimiento. ¿Qué pasaría si mientras usas tu Kindle pudieras ver comentarios, citas y notas del resto de personas que están leyendo el mismo libro que tú en ese momento? ¿O de un grupo sobre libro, o de tus amigos, o del círculo que tu quieras? ¿Qué pasaría si autores o gente con ideas usara Kindle para organizar personas que quieren hablar sobre algo en concreto?”
Les deseo toda la suerte del mundo con el proyecto. Aquí tendrían un comprador.
Eso es muy adecuado para el tipo de literatura que Godin hace, ya que él es un tecnoentusiasta. Pero para los que opinan que la lectura es un placer solitario que se desarrolla sólo entre el lector y el libro, convertir el texto en un mercadillo lleno de gente no parece muy interesante. Para mí, ver el libro lleno de comentarios y anotaciones de un montón de gente sería como si me gritaran al oído mientras leo.
¡Me gustaría que dejaran mercado para los dos tipos de lectores! Aunque lo dudo.
Te idolatro por esta frase:
“La experiencia de lectura del Kindle tiene el atractivo sexual de Benny Hill justo antes de entrar en la ducha. ”
aunque a mi me pasa lo mismo con las tablets.
Leo en papel, acarreo mis libros de un lado a otro y me encanta hacerlo. No me acostumbro ni me gusta leer un libro en pantalla, me gusta que sean distintos, que pesen, que huelan… eso forma parte de la experiencia de la lectura tanto como el texto.
pero la aplicación me parece chulísima….chulisima.
Esto ya existe en el mercado.
Fascinada estoy.
También soy de la que encuentro placer en la lectura entre el libro y yo, sin pirotecnica ni efectos especiales. Pero cómo me gustaría releer con música, releer con los comentarios del autor, buscar los lugares reales donde transcurre una novela, buscar un libro con criterios variopintos… y que las fuentes cambien según el libro! Aunque no sé si lo que hace falta es una app o si simplemente las editoriales tendrían que cuidar las ediciones digitales.
80 años atrás existía sin duda una comparación similar entre los pasajeros de barco y quienes se atrevían a abordar un avión. Saludos, desde Guatemala.
Creo que definitivamente hay que poner solución al paro juvenil. Leyendo tanto el artículo como la mayoría de los comentarios veo el daño que hace un exceso de tiempo libre.
Evidentemente si alguien tiene problemas para pasar páginas en el kindle, es mejor que siga leyendo en papel.
También puede ocurrir que haya gente a la que le guste fardar en el metro de tocho de lectura, y por eso prefieran el papel, y también puede ser que te guste el libro objeto, porque decora muy bien las estanterías.
Leer un libro en un iPad o cualquier tablet es una tortura, sobre todo en exteriores. Leo 50 libros al año. La mayoría en reader, y me parece fantástico. Qué el paso de página es lento, mide con un cronómetro lo que tardas en pasar con el dedo la hoja de papel y te sorprenderás.
Que no sabes como ir a una página en la que hay un contenido concreto. Pues en el reader tienes un buscador, me quieres decir cómo buscas una palabra en el de papel.
No me extraña que luego salga gente queriendo hacer un Spotify para libros y se estrellen estrepitosamente. Los libros son para leerlos en soledad y tranquilidad, sin depender de conexiones.
A ver chicos, en el mundo de la realidad existe una cosa llamada amortización. No puedes gastarte en un libro veinte mil euros, porque la gente no quiere pagar más de cinco, así que solo para cubrir gastos tienes que vender un mínimo de veinte mil ejemplares.
Luego están las cosas que simplemente son tonterías. Cuando cambias el tamaño de letra, el texto de todo el libro refluye para adaptarse al nuevo tamaño, y por tanto, no puede ser inmediato, por más que os parezca cool.
Además, la mayoría de los que están por aquí diciendo que sería guay, estan pensando que será gratis, porque en Internet todo tiene que ser gratis.
Seguid mandándolo a editoriales que también tienen derecho a reír un rato.
Creo que subestimas la capacidad de una tablet para redimensionar texto…
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