Aquella capa gris habĂa regresado. Era un invierno cualquiera, siempre largo, cuando el artista Nikita Golubev decidiĂ³ convertir en arte el manto grisĂ¡ceo que cada año cubrĂa MoscĂºÂ desde febrero hasta marzo. «AsĂ que pensĂ© que serĂa una superficie perfecta para dibujar. Era una textura irregular e imaginĂ© que no serĂa difĂcil crear dibujos sobre ella», explica el artista ruso a Yorokobu.
En sus viajes por Europa, Golubev nunca vio algo semejante: en general, los coches solo estaban sucios a causa del descuido de sus propietarios. ComenzĂ³ a sospechar que aquella capa gris que cubrĂa todos los coches de su ciudad era producto de los reactivos con los que se derrite la nieve en Rusia.

Hace dos inviernos empezĂ³ a utilizar los coches de MoscĂº como lienzos, y no lo hizo precisamente para escribir mensajes como «guarro» o «lĂ¡valo», ni para dibujar formas fĂ¡licas, como suele ocurrir. Lo que hace Golubev es embellecer los coches, asĂ como ayudar a los propietarios a ahorrar en lavados. Él lo llama dirtypainting y es lo que ya hacĂa Scott Wade, a quien se conoce como ‘el Da Vinci del polvo’.
El Ăºltimo invierno lo pasĂ³Â en India, lejos de la capa gris, pero a su regreso no pudo reprimir las ganas de volver a decorar las calles. «Estaba todo tan lleno de colores que pensĂ© en el contraste de lo que solĂa ver en MoscĂº, y eso me empujĂ³ a salir y empezar a hacer estos dibujos sucios», recueda.
Primero, dice, se lo tomĂ³ como una especie de ejercicio matutino. Durante un tiempo se levantaba a diario a las 5:30 y salĂa a la calle para dar forma a la suciedad mientras todos dormĂan.

«Dibujaba como ‘alla prima’, por un tiempo, sin corregir. Es tambiĂ©n una buena prĂ¡ctica para no pensar demasiado en el resultado. Si es bueno, es bueno, y si no lo es, bueno, pues es una experiencia», dice Golubev.
Aunque el artista ruso ha alcanzado fama mundial a través de las redes sociales, gracias a los coches sucios que embellece con rostros y animales, su trabajo principal es el de ilustrador. También decora paredes con dibujos para niños y diseña tatuajes.
Habitualmente el artista ruso se coloca unos guantes y dibuja con sus manos, aunque otras veces utiliza enormes brochas de pintura. Tarda entre 30 y 45 minutos en realizar cada una de sus obras callejeras y, a veces, hace incluso bocetos antes de llegar al coche.

Gracias a que trabaja muy temprano, lo habitual es que los propietarios de los vehĂculos descubran la obra de arte cuando ya estĂ¡ terminada y cuando el artista ya estĂ¡ en casa. Recuerda una vez en la que alguien le descubriĂ³. La reacciĂ³n fue una sorpresa: «Normalmente los conductores de camiones estĂ¡n lejos, pero una vez, uno de ellos me pillĂ³ y me pidiĂ³ que volviera a dibujar la imagen con pintura real».
Golubev sabe que su trabajo gusta, y no sĂ³lo porque cada imagen que comparte en Instagram reciba miles de corazones: «Puedo verlo, porque los propietarios no lavan sus camiones durante semanas, mantienen mis dibujos».



