SHARES/LIKES 3.916.555
tienda
Yorokobu Yorokobu Yorokobu Yorokobu
  • Vídeos
  • Newsletter
  • Suscríbete
  • Quiénes Somos
    • Qué es Yorokobu
    • Alineación
    • Contacto
    • Brands and Roses
  • La Revista
    • Suscríbete
    • Anúnciate
  • La Web
    • Newsletter
  • ESPECIALES
    • Series TV y cine
    • Folletines ilustrados
    • Hazlo Tú
    • Creatividad
    • Innovación
Más Yorokobu
Yorokobu 2018 CREATIVE COMMONS RECONOCIMIENTO
        -NO COMERCIAL- COMPARTIRIGUAL 4.0 INTERNACIONAL LICENSE Made by WECOLAB.com wecolab_logo
  • CATEGORÍAS
    • Negocios (449)
    • Ciencia (497)
    • Cine, TV y Animación (1319)
    • Conocimiento y educación (974)
    • Creatividad (2232)
    • Cultura Digital y Tecnología (1096)
    • Economía (339)
    • Innovación (731)
    • Social (600)
    • Tecnología (693)
    • Ver más
  • AUTORES
    • Mar Abad (1680)
    • David Garcia (1612)
    • M. Ángeles García (540)
    • Isabel Garzo (238)
    • Marcus Hurst (1280)
    • Gema Lozano (562)
    • Juanjo Moreno (270)
    • Ver más
  • ESPECIALES
    • Impacto Positivo, por Ron Ritual
      (54)
    • Creatividad
      (2232)
    • Innovación
      (731)
Más Yorokobu
Yorokobu 2018 CREATIVE COMMONS RECONOCIMIENTO
          -NO COMERCIAL- COMPARTIRIGUAL 4.0 INTERNACIONAL LICENSE Made by WECOLAB.com wecolab_logo

Apuntes de guion: Bastón de duque y bastón de sirviente

SHARES/LIKES
17
Compartir
Por
Javier Melendez Martin
31 mayo 2012
  • Cine, TV y Animación
  • apuntes de guión
  • Downton Abbey
  • notas sobre el guión
  • rituales
  • series de televisión

“El ritual constituye un pequeño cosmos ordenado”(Hans-Georg Soeffner)

John Bates es el ayudante de cámara de Robert Crawley, Conde de Grantham, y señor de Downton Abbey. Bates usa bastón porque tiene  una cojera. Bates no entorpece las tareas domésticas ajenas, pero parte del servicio lo desprecia como si fuera una mancha que afeara un mantel. La escena en la que un duque visita Downton Abbey y Bates es tirado al suelo por una sirvienta encierra la esencia de la serie de la ITV: muestra el microcosmos de un tiempo y una sociedad lejana, cuyo eco pervive.

¿CONOCES A JOHN BATES?

Bates fue compañero de armas de Crawley, el conde de Grantham, en la Guerra de los Boers. De aquella contienda Bates sacó una acusada cojera, por lo que se vale de un bastón. ¿La guerra desdibuja las clases sociales y convierte a todos los soldados tan sólo en soldados? ¿Es Bates la obra social de Crawley? En cualquier caso, Robert Crawley sigue apegado a los rituales de la clase nobiliaria inglesa, como demuestra con la llegada del duque de Crowborough a Downton Abbey.

LA IMPORTANCIA DE LOS RITUALES

El psicólogo Eric Berne escribió que los rituales tienen una ventaja: los participantes saben qué deben hacer en cada momento. La ventaja se convierte en inconveniente cuando aparece un elemento extraño porque los participantes no saben qué hacer, están obligados a seguir el guión o consideran inapropiado comportarse con naturalidad. La caída de Bates es un ejemplo.

El duque señala con su bastón al criado que quiere como ayuda de cámara. El bastón del duque es el cetro o el báculo de la autoridad que nadie cuestiona; una vara que da y quita servidumbres.

TODOS LOS BASTONES SON IGUALES, PERO ALGUNOS MÁS QUE OTROS

Es curioso que la Sra. O’Brien, ayuda de cámara de Downton Abbey, tira a Bates después de que el duque haya esgrimido su bastón. Por un lado pensamos que O’Brien ha establecido una sencilla asociación de ideas y ve la oportunidad para ridiculizar a Bates. Por otro lado pensamos que O’Brien no puede arremeter contra la prepotencia del duque, pero sí contra Bates. Quizá la segunda teoría no se ajusta a la personalidad y los intereses políticos de O’Brien. En cualquier caso, la deslealtad de O’Brien nos recuerda el comentario de un personaje de Lloviendo piedras (Ken Loach) cuando ve a dos desempleados peleando en la calle:

“Somos como luchadores borrachos, dándonos guantazos en vez de unirnos y compartir el poder de realizar cambios”.

Crowley, el señor de la casa, pregunta a Bates si está bien. Crowley es la única persona que muestra cierto interés por el bienestar de Bates. El Sr. Carson, el mayordomo, se muestra indignado porque el desfile ha quedado deslucido; las sirvientas tratan de contener su sorpresa y confusión: no habían sido preparadas para la caída de un sirviente cojo. La espontaneidad de los criados y los señores ha quedado atrapada en el ritual del recibimiento del duque. 

Bates permanece en el suelo hasta que los señores de Downton Abbey y el duque han entrado en la casa. La teoría del caos no funciona en Downton Abbey, un cosmos inalterable.

SHARES/LIKES
17
Compartir
Por Javier Melendez Martin
614 ARTÍCULOS

Guionista. Puedes leer su blog sobre guion y guionistas La solución elegante. Su blog de desvaríos personales en Medium y seguirlo en Twitter

Dicen por ahí

Ver los comentarios anteriores
  1. Pingback: Objetos: bastón de duque y bastón de sirviente en Downton Abbey | LA SOLUCIÓN ELEGANTE

Cuéntanos algo bonito Cancelar respuesta

* Los campos marcados con asterisco son obligatorios.

¿Qué pasa cuando un país entero se queda sin internet?

Carlos Carabaña
19 abril 2018
  • Economía
  • Tecnología
  • 13

‘Wild Wild Country’: no hay guion que supere un documental así

Jorge Decarlini
19 abril 2018
  • Cine, TV y Animación
  • 5

Verborreicos: contra la gente que nunca se calla

Esteban Ordóñez Chillarón
19 abril 2018
  • Slow
  • 4
  • 12

Un fanzine sobre consentimiento sexual que quiere acabar con la cultura de la violación

Gema Lozano
19 abril 2018
  • Ilustración
  • Sexo
  • 21

¿Necesitamos clases de futuro?

Virginia Mendoza
19 abril 2018
  • Conocimiento y educación
  • 8

Enclave RAE, el nuevo consultorio de los frikis de la lengua

Mariángeles García
18 abril 2018
  • Lenguaje
  • Web
  • 144
Patrocinador

Isla de Perros: el poema visual japonés de Wes Anderson

Javier Melendez Martin
18 abril 2018
  • Advertorial
  • Cine, TV y Animación
  • 44

‘Aging gracefully’: Cómo ser feliz después de los 100 años

Valeria Saccone
18 abril 2018
  • Fotografía
  • 1
  • 121

Deja el curro y vete a Pueblo Pelícano

Víctor Navarro
18 abril 2018
  • Videojuegos
  • 1

El Prado triunfa en Instagram explicando cada día un cuadro en directo

Isabel Garzo
18 abril 2018
  • Arte
  • 4689

El lado oscuro (e hipnótico) de la ilustradora infantil Maite Mutuberria

Enrique Alpañés
18 abril 2018
  • Ilustración
  • 174

El hippy gallego que revolucionó el diseño en San Francisco

David Garcia
18 abril 2018
  • Creatividad
  • Slow
  • 539

Curso exprés para ser un ‘librepensador’ de andar por casa

Claudio Molinari
18 abril 2018
  • Opinión
  • 196

‘Todo es una mierda’: el arte de la vida cotidiana

Javier Melendez Martin
17 abril 2018
  • Cine, TV y Animación
  • 71

Sepe: la estética ochentera que enamora a los milenials

Enrique Alpañés
17 abril 2018
  • Ilustración
  • 69

Un libro recoge la edad de oro de las motos portuguesas

Eduardo Bravo
17 abril 2018
  • Diseño
  • 1
  • 40
Patrocinador

Postwall: una agenda cultural hecha de pósters

Branded Content
17 abril 2018
  • Apps
  • 715

Una guía para madres rebeldes hartas de consejos y supersticiones sin pies ni cabeza

Álex Ander
17 abril 2018
  • Libros
  • 1
  • 155

‘Mucha jefa suelta para tan poca directora puesta’: trap contra el campo de nabos en la publicidad

Mariángeles García
17 abril 2018
  • Publicidad y Marketing
  • 110

¿Te estás olvidando de ejercitar la memoria?

Miguel Ángel Furones
17 abril 2018
  • Opinión
  • 98

De cuqui a punki: la evolución sideral de Cristina Daura

Enrique Alpañés
16 abril 2018
  • Ilustración
  • 53

‘That will be the day’, de Buddy Holly: la canción que inspiró John Wayne

Diego R. J.
16 abril 2018
  • Música
  • 2
  • 43

Por fin: la ciencia se toma en serio la inspiración

Gonzalo Toca
16 abril 2018
  • No sabemos dónde archivar esto
  • 2
  • 143

Para único, tu culo

Alberto G. Palomo
16 abril 2018
  • Fotografía
  • 2
  • 54

Margaret Boden: «El mayor obstáculo para el desarrollo de la IA es que no sabemos qué hace un cerebro humano»

Álvaro Corazón Rural
16 abril 2018
  • Tecnología
  • 267
Suscríbete a la newsletter
Suscribirme

¡Estás usando un bloqueador de publicidad!

No te culpamos, nosotros somos lectores además de periodistas y, qué diablos, a veces es insufrible.

Sin embargo, una buena parte de nuestros ingresos dependen de la publicidad. Por eso hemos optado por formatos no invasivos y por la señalización del contenido de marca.
Lo único que te pedimos es que consideres la opción de desactivarlo en yorokobu.es.

Aquí te explicamos nuestros motivos.
El rollo legal de las cookies

La Ley 34/2002 nos obliga a avisarte de que usamos cookies propias y de terceros (ni de cuartos ni de quintos) con objetivos estadísticos y de sesión y para mostrarte la 'publi' que nos da de comer. Tenemos una política de cookies majísima y bla bla bla. Si continúas navegando, asumimos que aceptas y que todo guay. Si no te parece bien, huye y vuelve por donde has venido, que nadie te obliga a entrar aquí. Pincha este enlace para conocer los detalles. Tranquilo, este mensaje solo sale una vez. Esperamos.

CERRAR