9 de octubre 2015    /   BUSINESS
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Ruanda se prepara para acoger el primer aeropuerto de drones

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Un pequeño país centroafricano plagado de valles, lagos y montañas (su apodo más conocido es el de la Tierra de las mil colinas) y cuyo nombre sigue tristemente adherido a uno de los genocidios más sanguinarios de la historia podría convertirse en el primer estado con un aeropuerto de drones. Ruanda quiere estrenar su Droneport en 2016.
Según recoge Quartz, la autoridad de Aviación Civil del país (RCAA) está trabajando ya en el reglamento que regulará el tráfico de los aviones no tripulados para presentárselo al gobierno de Paul Kagame.
El estudio Foster + Partner ya ha presentado diversas propuestas para el futuro aeródromo con el que, según aseguran, se podrá sortear la accidentada orografía de la zona para proveer a la población de medicamentos y otros productos sin necesidad de infraestructura física a gran escala.
«En África no hay autopistas continentales, apenas existen túneles ni suficientes puentes por los que puedan acceder las personas que viven en las zonas más remotas del continente. Se requeriría niveles sin precedentes de inversión en carreteras y ferrocarriles para ponerse al día con el crecimiento exponencial de la población de África, que se duplicará a 2,2 millardos en 2050», explican en su nota de prensa.
aeropuerto
El propósito inicial es el de crear dos vías para el tráfico de drones: una por la que circularían aparatos más pequeños, encargados del suministro de material médico y de emergencia, y otra destinada a aparatos más grandes capaces de transportar material electrónico, piezas de repuesto y todo tipo de envíos procedentes del comercio electrónico. Los drones serían capaces de transportar hasta 10 kg de carga en rutas de unos 100 km con el mínimo coste.
El estudio liderado por Norman Foster concibe este tipo de infraestructura como una «nueva tipología de edificio que esperan pueda llegar a tener una presencia ubicua» y ponen como ejemplo lo que supone la red estaciones de servicio para el tráfico rodado. El proyecto se extendería así hasta 2020 y su propósito es de llegar a los 40 aeropuertos distribuidos por distintos puntos del continente, según recoge The New Times.
En cuanto a la construcción del aeropuerto, desde Foster + Partner se habla de «hacer más con menos» y esperan contar tanto con materias primas como mano de obra local. El propósito, según señalan, es proyectar una estructura flexible que se ajuste a las demandas y las necesidades del lugar y que pueda evolucionar conforme avance la tecnología de los aviones no pilotados, por lo que «al dar a la población local el conocimiento de la construcción, el proyecto trata de dejar un legado que iniciará un cambio más grande que el propio edificio en sí».
Pero Ruanda no ha sido elegida como sede del primer aeropuerto de drones únicamente por su escarpada topografía. Como señala Quartz, la tecnología ha jugado un importante papel en el desarrollo que el país ha experimentado desde la pasada década y, además, el uso de drones no cuenta con restricciones legislativas tan restrictivas como las existentes en países vecinos como Kenia o Sudáfrica.

aeropuerto2
carretera ruanda

 

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Un pequeño país centroafricano plagado de valles, lagos y montañas (su apodo más conocido es el de la Tierra de las mil colinas) y cuyo nombre sigue tristemente adherido a uno de los genocidios más sanguinarios de la historia podría convertirse en el primer estado con un aeropuerto de drones. Ruanda quiere estrenar su Droneport en 2016.
Según recoge Quartz, la autoridad de Aviación Civil del país (RCAA) está trabajando ya en el reglamento que regulará el tráfico de los aviones no tripulados para presentárselo al gobierno de Paul Kagame.
El estudio Foster + Partner ya ha presentado diversas propuestas para el futuro aeródromo con el que, según aseguran, se podrá sortear la accidentada orografía de la zona para proveer a la población de medicamentos y otros productos sin necesidad de infraestructura física a gran escala.
«En África no hay autopistas continentales, apenas existen túneles ni suficientes puentes por los que puedan acceder las personas que viven en las zonas más remotas del continente. Se requeriría niveles sin precedentes de inversión en carreteras y ferrocarriles para ponerse al día con el crecimiento exponencial de la población de África, que se duplicará a 2,2 millardos en 2050», explican en su nota de prensa.
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El propósito inicial es el de crear dos vías para el tráfico de drones: una por la que circularían aparatos más pequeños, encargados del suministro de material médico y de emergencia, y otra destinada a aparatos más grandes capaces de transportar material electrónico, piezas de repuesto y todo tipo de envíos procedentes del comercio electrónico. Los drones serían capaces de transportar hasta 10 kg de carga en rutas de unos 100 km con el mínimo coste.
El estudio liderado por Norman Foster concibe este tipo de infraestructura como una «nueva tipología de edificio que esperan pueda llegar a tener una presencia ubicua» y ponen como ejemplo lo que supone la red estaciones de servicio para el tráfico rodado. El proyecto se extendería así hasta 2020 y su propósito es de llegar a los 40 aeropuertos distribuidos por distintos puntos del continente, según recoge The New Times.
En cuanto a la construcción del aeropuerto, desde Foster + Partner se habla de «hacer más con menos» y esperan contar tanto con materias primas como mano de obra local. El propósito, según señalan, es proyectar una estructura flexible que se ajuste a las demandas y las necesidades del lugar y que pueda evolucionar conforme avance la tecnología de los aviones no pilotados, por lo que «al dar a la población local el conocimiento de la construcción, el proyecto trata de dejar un legado que iniciará un cambio más grande que el propio edificio en sí».
Pero Ruanda no ha sido elegida como sede del primer aeropuerto de drones únicamente por su escarpada topografía. Como señala Quartz, la tecnología ha jugado un importante papel en el desarrollo que el país ha experimentado desde la pasada década y, además, el uso de drones no cuenta con restricciones legislativas tan restrictivas como las existentes en países vecinos como Kenia o Sudáfrica.

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