Sadako SaakiĀ no llegó a cumplir del todo su objetivo. 356 grullas de papel se lo impidieron. Eran justo las que le quedaban por hacer el dĆa en que murió. Junto a las 644 que ya tenĆa confeccionadas habrĆan sumado 1.000. El millar de piezas de origami que Sadako querĆa entregar a los dioses para que le concedieran el deseo de curarla a ella y a todas las personas del mundo aquejadas de algĆŗn mal.
Lo que no sabĆa la niƱa era que la leucemia podĆa ser mucho mĆ”s rĆ”pida que sus manos. Pese a dedicar Ā los Ćŗltimos 14 meses de su vida a confeccionar grullas con papeles de botes de los botes de medicamentos que le dispensaban a ella y a otros enfermos del hospital en el que permaneció ingresada todo ese tiempo, Sadako no le dio tiempo a completar su ofrenda.
Sadako SaakiĀ no llegó a cumplir del todo su objetivo. 356 grullas de papel se lo impidieron. Eran justo las que le quedaban por hacer el dĆa en que murió. Junto a las 644 que ya tenĆa confeccionadas habrĆan sumado 1.000. El millar de piezas de origami que Sadako querĆa entregar a los dioses para que le concedieran el deseo de curarla a ella y a todas las personas del mundo aquejadas de algĆŗn mal.
Lo que no sabĆa la niƱa era que la leucemia podĆa ser mucho mĆ”s rĆ”pida que sus manos. Pese a dedicar Ā los Ćŗltimos 14 meses de su vida a confeccionar grullas con papeles de botes de los botes de medicamentos que le dispensaban a ella y a otros enfermos del hospital en el que permaneció ingresada todo ese tiempo, Sadako no le dio tiempo a completar su ofrenda.