Se estrella un avión alemĆ”n en Los Alpes y mueren 150 personas. 51 vĆctimas eran espaƱolas. Telecinco cubre la noticia y retrasa la emisión de Mujeres, Hombres y viceversa (MHYV). Los seguidores del programa se quejan por el retraso en las redes con desconsideración hacia las vĆctimas. Hay mensajes con distinto tono; desde un frĆo Ā«no me importa el accidente, quiero MYHYV ya!Ā», a violentos como Ā«ojalĆ” se caiga un avión en quiĆ©n ha quitado MYHYVĀ».
Los seguidores de MYHYV reciben rĆ©plicas que incluyen asombro, amonestaciones y tambiĆ©n violencia. Los crĆticos desean enfermedades terminales a los espectadores de MYHYV o que sufran accidentes de avión. (El ojo por ojo tan bĆblico, tan patrio).
Los comentarios de los espectadores de MYHYV son el fruto de dƩcadas de desatender la enseƱanza de los buenos modales en la familia. Modales que incluyen guardar silencio ante el luto ajeno.
Lo que no puede Ā«controlarĀ» la educación son los afectos. Ā«QuĆ© falta de empatĆaĀ», dicen los crĆticos contra los seguidores de MYHYV. Esto, que ha sido dicho como insulto, realmente es una conclusión sobre cómo los seguidores sienten la información sobre el avión.
Muchas personas desayunan, comen y cenan con noticias de muertos por atentados, por guerras y catĆ”strofes naturales, y no muestran afecto por las vĆctimas. QuizĆ” alguien suelta un Ā«quĆ© penaĀ» y sigue mordisqueando el pan. ĀæAcaso tienen estos espectadores una piedra en el corazón? No, no es eso.
Para que una noticia o una ficción saque las emociones del público es necesario que ese público haya estado predispuesto durante un tiempo.
Los espectadores de MYHYV reciben de lunes a viernes duranteĀ dos horas porciones de las vidas de los participantes. Que estas vidas sean inventadas o no, importa poco; los espectadores aceptan estas informaciones y acaban identificĆ”ndose con los participantes. Por esto, a una seguidora adolescente de MYHYV le importa la vida de la participante X mĆ”s que la muerte de 150 personas en un accidente aĆ©reo. Estas vĆctimas son anónimas para la espectadora de MYHYV.
Esto no es nuevo. Hay adultos que lloran la muerte de un personaje de ficción y muestra indiferencia por la muerte del vecino. No es raro. El espectador sabe quĆ© piensa el personaje, cuĆ”les son sueƱos y quĆ© hizo para alcanzar sus objetivos. Sin embargo, poco se sabe del vecino, con el que la comunicación es escueta. (Comentarios breves sobre el tiempo o del tipo Ā«ya en casitaĀ» o Ā«quĆ© largo se ha hecho el dĆaĀ»). Reducida al mĆnimo por la telefonĆa móvil. (ĀæQuiĆ©n no ha entrado en el ascensor fingiendo atender el Whatsapp para eludir conversaciones).
Por esto, el pecado de los espectadores de MYHYVĀ no es la falta de empatĆa: la empatĆa estĆ” dirigida hacia otras personas que creen conocer (reales o irreales). El pecadoĀ y el errorĀ es la falta de tacto. Y el error de los crĆticos en responder con violencia. Que desaparezca MYHYV no es Ā«una soluciónĀ» para educar a los espectadores en valores cĆvicos, como proponen algunas voces. Si esto ocurriera, los jóvenes no tardarĆan en encontrar otros referentes que se ajustaran a sus intereses.
Se estrella un avión alemĆ”n en Los Alpes y mueren 150 personas. 51 vĆctimas eran espaƱolas. Telecinco cubre la noticia y retrasa la emisión de Mujeres, Hombres y viceversa (MHYV). Los seguidores del programa se quejan por el retraso en las redes con desconsideración hacia las vĆctimas. Hay mensajes con distinto tono; desde un frĆo Ā«no me importa el accidente, quiero MYHYV ya!Ā», a violentos como Ā«ojalĆ” se caiga un avión en quiĆ©n ha quitado MYHYVĀ».
Los seguidores de MYHYV reciben rĆ©plicas que incluyen asombro, amonestaciones y tambiĆ©n violencia. Los crĆticos desean enfermedades terminales a los espectadores de MYHYV o que sufran accidentes de avión. (El ojo por ojo tan bĆblico, tan patrio).
Los comentarios de los espectadores de MYHYV son el fruto de dƩcadas de desatender la enseƱanza de los buenos modales en la familia. Modales que incluyen guardar silencio ante el luto ajeno.
Lo que no puede Ā«controlarĀ» la educación son los afectos. Ā«QuĆ© falta de empatĆaĀ», dicen los crĆticos contra los seguidores de MYHYV. Esto, que ha sido dicho como insulto, realmente es una conclusión sobre cómo los seguidores sienten la información sobre el avión.
Muchas personas desayunan, comen y cenan con noticias de muertos por atentados, por guerras y catĆ”strofes naturales, y no muestran afecto por las vĆctimas. QuizĆ” alguien suelta un Ā«quĆ© penaĀ» y sigue mordisqueando el pan. ĀæAcaso tienen estos espectadores una piedra en el corazón? No, no es eso.
Para que una noticia o una ficción saque las emociones del público es necesario que ese público haya estado predispuesto durante un tiempo.
Los espectadores de MYHYV reciben de lunes a viernes duranteĀ dos horas porciones de las vidas de los participantes. Que estas vidas sean inventadas o no, importa poco; los espectadores aceptan estas informaciones y acaban identificĆ”ndose con los participantes. Por esto, a una seguidora adolescente de MYHYV le importa la vida de la participante X mĆ”s que la muerte de 150 personas en un accidente aĆ©reo. Estas vĆctimas son anónimas para la espectadora de MYHYV.
Esto no es nuevo. Hay adultos que lloran la muerte de un personaje de ficción y muestra indiferencia por la muerte del vecino. No es raro. El espectador sabe quĆ© piensa el personaje, cuĆ”les son sueƱos y quĆ© hizo para alcanzar sus objetivos. Sin embargo, poco se sabe del vecino, con el que la comunicación es escueta. (Comentarios breves sobre el tiempo o del tipo Ā«ya en casitaĀ» o Ā«quĆ© largo se ha hecho el dĆaĀ»). Reducida al mĆnimo por la telefonĆa móvil. (ĀæQuiĆ©n no ha entrado en el ascensor fingiendo atender el Whatsapp para eludir conversaciones).
Por esto, el pecado de los espectadores de MYHYVĀ no es la falta de empatĆa: la empatĆa estĆ” dirigida hacia otras personas que creen conocer (reales o irreales). El pecadoĀ y el errorĀ es la falta de tacto. Y el error de los crĆticos en responder con violencia. Que desaparezca MYHYV no es Ā«una soluciónĀ» para educar a los espectadores en valores cĆvicos, como proponen algunas voces. Si esto ocurriera, los jóvenes no tardarĆan en encontrar otros referentes que se ajustaran a sus intereses.
¿Qué se puede esperar de la audiencia de ese programa?
Es cierto que el problema de la empatĆa no se solucionarĆa quitando MYHYV. Pero si en vez de reaccionar asĆ, en favor de ver MYHYV, lo hiciesen, por ejemplo, con Redes, ĀæquĆ© pasarĆa? En mi opinión, seguirĆamos igual en cuanto a lo de la empatĆa, pero darĆamos un gran paso en la lucha contra la ignorancia.
Venga ya, yo no conocĆa de nada a esas personas (las del avión) y siento empatĆa, Āæes que nos hemos vuelto locos o quĆ©? Dejad de defender lo indefendible.
EmpatĆa no significa que tengas que conocer a las vĆctimas. Eso podrĆa haberle pasado a un familiar, a un amigo tuyo o incluso a ti, a sĆ que su eres un ser humano lo mĆnimo es tener empatĆa.
La cabra tira al monte.
Quien haya escrito esto dice mucho de la persona. No se puede defender a esta gente, no se le puede excusar. Es una falta de empatĆa, respeto, Ć©tica, moral, falta de humanidad y sensibilidad. Es una barbaridad este artĆculo.
Andrea, Āæha leĆdo el mismo artĆculo que yo? El artĆculo no excusa nada. Sencillamente explica el porquĆ© de las reacciones de estos muchachos. Es mĆ”s, sobre el respeto y la Ć©tica, el artĆculo puntualiza en su 3Āŗ pĆ”rrafo: “Los comentarios de los espectadores de MYHYV son el fruto de dĆ©cadas de desatender la enseƱanza de los buenos modales en la familia. Modales que incluyen guardar silencio ante el luto ajeno.” Y en cuanto a la empatĆa, el cerebro tiene la capacidad de discernir de esta manera, es por ello que un adolescente llega a mostrar mĆ”s cariƱo a un Ćdolo que una madre, por ejemplo. Le recomiendo volver a leer de nuevo el artĆculo; apostarĆa a que lo ha leĆdo “por encima”.
Javier, tu artĆculo es una autĆ©ntica basura. Reduces todo a una simple cuestión de empatĆa. Lamentable por tu parte. ĀæEstabas perezoso? ĀæTe faltaba empatĆa a la hora de escribir el post?
Si en el avión no hubiesen muerto 50 espaƱoles sino, por ejemplo, 50 portugueses de un pueblo pegado a la frontera espaƱola -y que por lo tanto no son espaƱoles- otro gallo cantarĆa. Hasta nuestros afectos estĆ”n dirigidos.
Excelente artĆculo y muy valiente al publicarlo, sabiendo los palos que te van a caer. No se puede obligar a nadie a sentir, pensar, querer, amar, … Hay que respetar la libertad de las personas.
Esa gente quiere ver MHYV y punto, y esa es su hora y hay que respetarla. Telecinco tiene otros canales en los que podĆa dar cobertura a la noticia para los interesados.
tu estas mal no se como se puede llegar a ser tan bobo gente como tu en una isla desierta
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