9 de septiembre 2010    /   CINE/TV
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El ciclo vital de una bolsa de plástico

9 de septiembre 2010    /   CINE/TV     por          
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Plasticc

“Las praderas abiertas de la jungla del asfalto. El hábitat natural de muchas criaturas grandes y pequeñas, y el pasto donde se mueve una de las especies más inteligentes, la bolsa de plástico”. Son las palabras que dan comienzo a un documental satírico narrado por Jeremy Irons con un mensaje claro: es hora de buscar una alternativa al uso indiscriminado del plástico.

Los océanos están llenos de millones de toneladas de esta sustancia intrínsecamente ligada al día a día de millones de personas y un elemento que se acaba colando en la cadena alimentaria. La fauna marina confunde el plástico con los alimentos. Permanecen allí siglos sin descomponerse. Heal the Bay, una ONG californiana, ha creado este vídeo para concienciar a la población sobre el problema.

El documental traza el camino que toma una bolsa de plástico desde ‘la jungla del asfalto’ hasta llegar al mar. “Aquí pueden vivir indefinidamente para siempre, completando el ciclo plástico de la vida”.

Viaje a la sopa de plástico

Se ha mencionado de pasada en la prensa generalista el problema de la acumulación de plástico en los océanos, pero sigue siendo un tema que recibe poca atención de los medios de comunicación. La revista Vice decidió viajar en 2008 a uno de estos focos en el océano pacifico para documentarlo. El paraje es desolador.

A medida que el barco se acerca al foco, la basura aumenta. Un casco. Un globo desinflado. Un bote de cristal. Bollas. Redes de pesca. Cepilllos de dientes. Permanecen atrapados en las corrientes marinas creando un gigantesco molino de basura. “En una hora hemos visto más basura que en todo el viaje”, explica uno de los periodistas abordo del barco.

Pero lo peor no son las piezas completas. Lo más preocupante son los trozos pequeños de plástico que apenas se pueden ver. Se cuelan en la cadena alimenticia. La composición del agua cambia por completo. No es posible simplemente enviar un barco a recoger la basura. El agua acaba invadida de plástico en su composición. Todo esto a más de 2.000 kilómetros de las costas californianas.

“Es un símbolo de la dirección equivocada que estamos tomando”, comenta el cápitan del barco reflexionando sobre lo que acaban de ver.

Visto en: Mental Floss

Foto de Terry Ross reproducida bajo licencia Creative Commons

Plasticc

“Las praderas abiertas de la jungla del asfalto. El hábitat natural de muchas criaturas grandes y pequeñas, y el pasto donde se mueve una de las especies más inteligentes, la bolsa de plástico”. Son las palabras que dan comienzo a un documental satírico narrado por Jeremy Irons con un mensaje claro: es hora de buscar una alternativa al uso indiscriminado del plástico.

Los océanos están llenos de millones de toneladas de esta sustancia intrínsecamente ligada al día a día de millones de personas y un elemento que se acaba colando en la cadena alimentaria. La fauna marina confunde el plástico con los alimentos. Permanecen allí siglos sin descomponerse. Heal the Bay, una ONG californiana, ha creado este vídeo para concienciar a la población sobre el problema.

El documental traza el camino que toma una bolsa de plástico desde ‘la jungla del asfalto’ hasta llegar al mar. “Aquí pueden vivir indefinidamente para siempre, completando el ciclo plástico de la vida”.

Viaje a la sopa de plástico

Se ha mencionado de pasada en la prensa generalista el problema de la acumulación de plástico en los océanos, pero sigue siendo un tema que recibe poca atención de los medios de comunicación. La revista Vice decidió viajar en 2008 a uno de estos focos en el océano pacifico para documentarlo. El paraje es desolador.

A medida que el barco se acerca al foco, la basura aumenta. Un casco. Un globo desinflado. Un bote de cristal. Bollas. Redes de pesca. Cepilllos de dientes. Permanecen atrapados en las corrientes marinas creando un gigantesco molino de basura. “En una hora hemos visto más basura que en todo el viaje”, explica uno de los periodistas abordo del barco.

Pero lo peor no son las piezas completas. Lo más preocupante son los trozos pequeños de plástico que apenas se pueden ver. Se cuelan en la cadena alimenticia. La composición del agua cambia por completo. No es posible simplemente enviar un barco a recoger la basura. El agua acaba invadida de plástico en su composición. Todo esto a más de 2.000 kilómetros de las costas californianas.

“Es un símbolo de la dirección equivocada que estamos tomando”, comenta el cápitan del barco reflexionando sobre lo que acaban de ver.

Visto en: Mental Floss

Foto de Terry Ross reproducida bajo licencia Creative Commons

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