ImagÃnatela. En su copa, ligeramente más ancha en la base, que se adelgaza según sube hacia el cielo. Las gotas frÃas resbalando por el cuerpo. Dentro, el sol, oro lÃquido, fermentación de cebada, con unas burbujas moviéndose en todo su dorado esplendor. Coronando la obra de arte, un dedo de espuma. Blanca, apetitosa. La caña perfecta. Y, por supuesto, es una Mahou.
Pocas cervezas se relacionan más con Madrid que esta marca. La capital de España tiene fama -merecida- de ser el lugar donde se tiran las mejores cañas de todo el paÃs. Hay muchos que dicen que es por la técnica: que si hay que inclinar el vaso 45 grados, dejar caer la espuma de tal manera, todo mientras miras a la catedral de la Almudena… En realidad, el único secreto es poner muchas todos los dÃas y tener una materia prima de tanta calidad como Mahou.
El amor entre Mahou y Madrid viene de antiguo. La cervecera fue fundada en la ciudad castiza en el 1890, con el nombre de Hijos de Casimiro Mahou, fábrica de hielo y cerveza. En un paÃs como España, centrado por naturaleza y tradición en el vino, la nueva marca ayudó a popularizar la birra. La suerte de la empresa corre paralela a la de Madrid. Si durante el primer tercio del siglo XX la población se duplica, Mahou se beneficia de estos nuevos clientes, aumentando su pericia industrial en el arte de hacer oro lÃquido.
La tecnologÃa punta será una de sus señas de identidad, siendo de las primeras empresas en España en cambiar los barriles de madera por los de aluminio, en incorporar embotelladores automáticas, en modernizar los camiones para alcanzar una difusión nacional… pero siempre con un pie y el corazón puesto en Madrid.
Con un sello, Mahou reconoce el trabajo de los bares de la capital que tiran las mejores cañas, las que cumplen con el ritual. Busca con esto fomentar y representar esa caña como tradición, sabor y calidad de la hostelerÃa madrileña. En este enlace puedes ver los más de 60 locales que hacen alquimia. Pero, como siempre, ten en cuenta que Mahou recomienda el consumo responsable 5,5®.
ImagÃnatela. En su copa, ligeramente más ancha en la base, que se adelgaza según sube hacia el cielo. Las gotas frÃas resbalando por el cuerpo. Dentro, el sol, oro lÃquido, fermentación de cebada, con unas burbujas moviéndose en todo su dorado esplendor. Coronando la obra de arte, un dedo de espuma. Blanca, apetitosa. La caña perfecta. Y, por supuesto, es una Mahou.
Pocas cervezas se relacionan más con Madrid que esta marca. La capital de España tiene fama -merecida- de ser el lugar donde se tiran las mejores cañas de todo el paÃs. Hay muchos que dicen que es por la técnica: que si hay que inclinar el vaso 45 grados, dejar caer la espuma de tal manera, todo mientras miras a la catedral de la Almudena… En realidad, el único secreto es poner muchas todos los dÃas y tener una materia prima de tanta calidad como Mahou.
El amor entre Mahou y Madrid viene de antiguo. La cervecera fue fundada en la ciudad castiza en el 1890, con el nombre de Hijos de Casimiro Mahou, fábrica de hielo y cerveza. En un paÃs como España, centrado por naturaleza y tradición en el vino, la nueva marca ayudó a popularizar la birra. La suerte de la empresa corre paralela a la de Madrid. Si durante el primer tercio del siglo XX la población se duplica, Mahou se beneficia de estos nuevos clientes, aumentando su pericia industrial en el arte de hacer oro lÃquido.
La tecnologÃa punta será una de sus señas de identidad, siendo de las primeras empresas en España en cambiar los barriles de madera por los de aluminio, en incorporar embotelladores automáticas, en modernizar los camiones para alcanzar una difusión nacional… pero siempre con un pie y el corazón puesto en Madrid.
Con un sello, Mahou reconoce el trabajo de los bares de la capital que tiran las mejores cañas, las que cumplen con el ritual. Busca con esto fomentar y representar esa caña como tradición, sabor y calidad de la hostelerÃa madrileña. En este enlace puedes ver los más de 60 locales que hacen alquimia. Pero, como siempre, ten en cuenta que Mahou recomienda el consumo responsable 5,5®.