Incluso en la comedia hay momentos para los chistes y momentos para evitarlos. (El payaso de otros tiempos tocaba una balada de trompeta entre gracietas. Sabía que a partir de un punto, buscar más risas no funcionaría). El riesgo para el comediante está en forzar el chiste; riesgo de hacer caer la escena. (Pasa —contra el deseo del guionista— cuando el productor exige «un chiste cada treinta segundos»).
El Ministerio del Tiempo tiene un bonito ejemplo de chiste omitido. Y en la omisión está la perfección. El caballero Alonso Entrerríos toma una puerta que conduce hasta su hijo cuando este es un niño. La podemos ver en el siguiente clip:
¿Por qué esta escena tan sencilla es perfecta?
En algunos momentos la serie hace humor con referencias a la cultura popular. Por ejemplo, Alonso Entrerríos es llamado a veces capitán Alastriste por sus compañeros. Un golpe recurrente en estos primeros episodios. Cuando el hijo de Alonso pregunta a su padre quién es, el soldado responde: «Un amigo de la familia». Alonso podría haberse inventado un nombre o decir Alastriste como una gracia. Un chiste que posiblemente parte del público esperaba, pero hubiera deslucido el momento sentimental. Por esto, la omisión del chiste convierte a la escena en redonda.
El humor está presente una escena antes con el tipo disfrazado como hombre de las cavernas: «Otra vez a Atapuerca. Cómo odio este trabajo».
Pocas veces se ve la contención. La escena de Alonso Entrerríos es un ejemplo de menos es más. En este caso, un chiste menos, y como resultado una escena más rica y cargada de sentimiento.
Incluso en la comedia hay momentos para los chistes y momentos para evitarlos. (El payaso de otros tiempos tocaba una balada de trompeta entre gracietas. Sabía que a partir de un punto, buscar más risas no funcionaría). El riesgo para el comediante está en forzar el chiste; riesgo de hacer caer la escena. (Pasa —contra el deseo del guionista— cuando el productor exige «un chiste cada treinta segundos»).
El Ministerio del Tiempo tiene un bonito ejemplo de chiste omitido. Y en la omisión está la perfección. El caballero Alonso Entrerríos toma una puerta que conduce hasta su hijo cuando este es un niño. La podemos ver en el siguiente clip:
¿Por qué esta escena tan sencilla es perfecta?
En algunos momentos la serie hace humor con referencias a la cultura popular. Por ejemplo, Alonso Entrerríos es llamado a veces capitán Alastriste por sus compañeros. Un golpe recurrente en estos primeros episodios. Cuando el hijo de Alonso pregunta a su padre quién es, el soldado responde: «Un amigo de la familia». Alonso podría haberse inventado un nombre o decir Alastriste como una gracia. Un chiste que posiblemente parte del público esperaba, pero hubiera deslucido el momento sentimental. Por esto, la omisión del chiste convierte a la escena en redonda.
El humor está presente una escena antes con el tipo disfrazado como hombre de las cavernas: «Otra vez a Atapuerca. Cómo odio este trabajo».
Pocas veces se ve la contención. La escena de Alonso Entrerríos es un ejemplo de menos es más. En este caso, un chiste menos, y como resultado una escena más rica y cargada de sentimiento.
Efectivamente, muchos pensamos que diría Alatriste pero es cierto que hubiera sido demasiado “fácil”
Qué bueno cuando se rompen las expectativas ¡y eso funciona!
¿Creéis que a alguien se le hubiera ocurrido poner un chiste o un chascarrillo en ESA escena?
Todo es posible. Por comparar dos comedias de situación norteamericanas: en ‘The Big Bang Theory’ no pueden evitar el chiste de cierre de una escena incluso en situaciones dramáticas (como la muerte de un personaje). Y claro, se carga la escena. Sin embargo, en Frasier no hay chistes ni risas enlatadas en momentos dramáticos.
(Otro día quizá hable de mis vicisitudes como guionista en una serie autonómica).
Muy creíble en la secuencia lo del chaval en la Sevilla del siglo XVI tuteando a un extraño y hablando con acento de Vallecas.
Tengo una curiosidad: ¿Has visto Rome de HBO en latín del siglo I a.C?
Yo la he visto en español, que es tan fiel como oír a Julio César hablando en inglés del siglo XXI.
Que no lo hagan en Estados Unidos, no implica que ganaría en calidad una serie si cada personaje de esta serie hablara como deberían hablar. A mí me saca, por ejemplo, que un tío que haya nacido en el siglo 16 suelte la frase “esto lo resuelvo en un pispas”. Si quieres rigurosidad historica, aplicala, si quieres un producto para divertir, tomate las licencias que quieras. La diferencia entre una y otra, es que una gana en calidad y realismo, el otro es un producto más.
Les falta decir “¿Qué pasa tío?” para ya sea la españolada más por excelencia. Considero que cada uno tenemos nuestra propia forma de hablar y expresiones, incluso siendo de la misma época y mismo círculo social. Yo aún conozco gente que usa “corcho” o “caramba”. Hace 20 años se usaban expresiones como “fetén” y a día de hoy están obsoletas (que no quita que se puedan decir). Y esto sólo hace 20 años, hace 200 ó 500 años, imagínate. Lo bonito de un idioma es que está en constante evolución según la época en la que se vive. Y ya si viene Velazquez y dice hashtag sería la repanocha oiga!
Lo cierto es que, en una secuencia anterior, cuando padre e hijo se encuentran en la taberna y éste último le pregunta su nombre, el compañero en la aventura Julián (Rodolfo Sancho), sí le indica que es “el capitán Alatriste”, tratando así de evitar que conozca en ese momento que está ante su padre.
Aunque reconozco que el guión de la serie merece elogios por varios motivos, incluido el tema de la omisión del chiste fácil, en este caso creo que es más bien fruto de la implantación previa que se hace, pues no tendría lógica alguna que le hubiera respondido al niño lo mismo que en la secuencia futura, salvo que quisiera causar una paradoja temporal, pero claro, están ahí para evitarlo.
En cualquier caso, chapó para la serie y sus creadores, por el esfuerzo creativo y de producción que supone, lo arriesgado del proyecto y lo bien que lo han hecho. ¡Da gusto comprobar que la ficción española crece también en calidad!
Bonita observación, Marta, sobre la omisión del chiste fácil.
Pues siento disentir en lo referente a que es una escena redonda. Elogiamos una omisión de chiste cuando no tenía cabida por contexto y personaje!
Otro punto que creo que estropearon esa escena, es cuando se dedican a decir que es una serie que no trata a los espectadores de “tontos”, no dejando las cosas bien masticadas. Pues justo cuando en tema de guión creo que empiezan a respetar todo el tinglado de los viajes del tiempo creando una paradoja interesante, van y la estropean poniendo un plano final en forma de “flashback” del hijo adolescente explicándolo por si algún despistado se le había escapado tal asunto. Rompiendo así la trama del resto de la serie, indicando que seguramente todo lo que están haciendo, es porque está escrito que sea así y en verdad no cambian el pasado sino que son actores imprescindibles de la historia que ya conocemos.
Vamos, al igual que la paradoja de la tan aclamada peli que no paran de mencionar con chistes muy malos. Sí, hablamos de Terminator. Que fué antes, el chip ubicado en el brazo del Terminator o Skynet? (paradoja de la gallina).
Esperemos que la serie nos sorprenda con mas paradojas o misterios cómo, y si en realidad ellos no son el auténtico “presente”?
Seguiremos dando otra oportunidad a la serie, pero se me están acabando.
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