16 de julio 2012    /   IDEAS
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El pasado 2.0 de la América prehispánica

16 de julio 2012    /   IDEAS     por          
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La sharing economy (economía de lo compartido) cotiza al alza. El crowd sourcing (externalizar un proceso hacia una multitud que trabaja en red) está en la boca de los gurús. El crowd funding (financiación colectiva) llega pisando fuerte a ámbitos como la cultura. La sociedad P2P (peer-to-peer) de la que hablan los gurús Yochai Benkler o Michel Bauwens más horizontal, participativa y al margen de las retribuciones meramente económicas, ilumina el túnel del tremebundo capitalismo.

El commons – el bien comĂşn, los bienes colectivos- está en boga. El co-working ya no es tendencia: es realidad. Sin embargo, algunos apenas creen en estas nuevas prácticas / realidades si llegan de la boca de un gurĂş del Silicon Valley. Y sĂłlo si vienen de la mano de un tĂ©rmino en inglĂ©s.

Paradoja: algunas palabras del castellano, como procomún (commons), existen desde el primer diccionario de Antonio Nebrija (1494). Sorpresa: si estudiamos las prácticas de la América precolombina encontramos que los indígenas ya practicaban el crowdfunding, el crowdsourcing o las dinámicas participativas de la era 2.0. La llegada de los pueblos africanos, de una fuerte raíz colectiva, también convirtió a América (principalmente la latina) en un espectacular territorio del procomún (commons territory para quien lo prefiera). La América pre capitalista era chic, cool y 2.0, ¿vale? Y lo sigue siendo. Los indígenas se anticiparon varios siglos a la tan hablada sharing economy. La mega crisis mundial está empujando al capitalismo a una irreversible mutación. Y el poscapitalismo es sorprendentemente parecido a aquel precapitalismo de la América indígena.

Aviso para incrédulos: he preparado un ligero repaso a algunos términos y prácticas colaborativas de los pueblos indígenas de América Latina. Que cada uno lo remezcle como quiera. Que cada uno complete la lista como quiera, porque sin dudas es apenas una aproximación.

Tequio.  El tequio es una forma de trabajo en beneficio del colectivo muy arraigada en la cultura zapoteca. Los integrantes de una comunidad aportan materiales o su fuerza de trabajo para realizar una obra comunitaria. Puede ser una escuela, un pozo, un camino. El individuo no puede ser nunca el beneficiario exclusivo del tequio. Tiene un toque de crowd sourcing, algo de crowd funding y mucho de commons. El tequio todavĂ­a funciona en algunos Estados mexicanos. En el Estado de Oaxaca el tequio está protegido por una ley estatal. Existen otros tĂ©rminos para prácticas similares como gozona o el trabajo a ‘mano vuelta’.

Potlatch. Las tribus indigenas del Pacífico de Estados Unidos y Canadá practicaban un ritual de intercambio que, en esencia, es igual al intercambios de archivos peer-to-peer (P2P) de la era digital. El potlatch, usado por los pueblos los Haida, Tlingit, Tsimshian, Salish, Nuu-chah-nulth, y Kwakiutl, es P2P en estado puro. El potlatch no era trueque. Los pueblos distribuían alimentos (sobre todo carne de foca y salmón) y riqueza a otras tribus que no habían tenido un buen año. Un detalle importante: algunos colonizadores europeos se enriquecieron notablemente gracias al potlatch. Igual que los cantantes super estrella que, según estudios, se benefician del intercambio de archivos entre usuarios que algunos se empeñan en llamar piratería.

Guelaquetza. La tradiciĂłn de guelaguetza del Estado mexicano de Oaxaca serĂ­a una mezcla del tequio y de potlach. El vocablo significa “intercambio recĂ­proco de regalos y servicios”. Su práctica se teje alrededor de las relaciones recĂ­procas que unen a la gente. Es la base de una red de cooperaciĂłn entre familias y hasta entre pueblos y municipios. La guelaguetza derivo tambiĂ©n en una celebraciĂłn sincrĂ©tica que tiene lugar en la ciudad de Oaxaca.

Minga. La minga es un tĂ©rmino quechua que define un mecanismo ancestral de trabajo colectivo muy comĂşn en el norte de PerĂş y Ecuador. El objetivo comĂşn está por encima de cualquier beneficio individual. La colaboraciĂłn por encima de la competiciĂłn. Commons economy 100%+crowd sourcing, vaya. No es casualidad que Cultura Senda, que trabaja con la cultura de red, realizase recientemente un seminario en Quito llamado Open Minga. La minga, segĂşn el texto de Cultura Senda, “implica el desafĂ­o de superar egoĂ­smos, protagonismos, desconfianzas, prejuicios y envidias; males que regularmente acechan al trabajo colectivo y a la movilizaciĂłn social”. Además “implica aprender a escuchar y obedecer proponiendo”.

Ayni.  El ayni es un término con un significado muy próximo a la minga que define un sistema de trabajo de reciprocidad familiar entre los miembros del ayllu (una comunidad que trabaja con propiedad colectiva). Lo más común es intercambiar trabajos en labores agrícolas, pastoreo, cocina o en la construcción de casas. Esta tradición continúa viva no solo en muchas comunidades campesinas sino también en la población mestiza de Ecuador, Bolivia, Perú y Chile. Cualquier banco de tiempo de intercambio de servicios del movimiento 15M español, por ejemplo, sería en esencia ayni.

MutirĂŁo. Es un tĂ©rmino de origen tupĂ­ que se usa en Brasil para definir una movilizaciĂłn colectiva basada en una ayuda mutua no remunerada. La definiciĂłn de mutirĂŁo de Wikimedia es bastante redonda: “Es una expresion usada originalmente para el trabajo en el campo en la construcciĂłn civil de casas populares en la que todos son beneficiarios y se prestan ayuda con un sistema rotativo y sin jerarquĂ­a”. Se usa mucho para acciones colectivas no remuneradas como limpieza de parques, calles, escuelas… Para esta práctica de acciĂłn comunal existen muchos sinĂłnimos: muxirĂŁo, muxirĂŁ, muxirom, muquirĂŁo, putirĂŁo, putirom, putirum, pixurum, ponxirĂŁo, punxirĂŁo o puxirum.

CĂłrima.  El pueblo mexicano rarámuri, que vive en las montañas de Chihuahua, usan el tĂ©rmino ‘cĂłrima’ para definir un acto de solidaridad con alguien que lo está pasando mal. No ofrecer cĂłrima a alguien que necesita ayuda se considera un incumplimiento a una obligaciĂłn y una ofensa a la vez. La definiciĂłn tambiĂ©n desfila por “la práctica del bien comĂşn”. No tiene mucho que ver con caridad, pues los rarámuri están lejos de la moral catĂłlica. La maxima autoridad de las decisiones de este pueblo es la comunidad en asamblea, tal como lo es en el movimiento 15M, en Occupy Wall Street y en el mexicano #YoSoy32.

Maloka. La maloca (o maloka en portugués) es una casa comunitaria utilizada por las tribus indígenas de la region amazónica de Colombia y Brasil. En ellas conviven diferentes familias. Comparten lugar de trabajo, como lo hacen los espacios de co-working. La propiedad es colectiva, como en las okupaciones (squatter communities) de Europa. El commons rige el día a día. Por las noche la maloca es un centro de conocimiento. Se cuentan historias, mitos, leyendas. Las tiendas de campaña de la plaza Tahir de El Cairo, de la Puerta del Sol de Madrid o de Zuccotti Park en Nueva York durante Occupy Wall Street podrían ser la versión tecno-malokas digitales de estas casas colectivas de la Amazonia.

Bernardo Gutiérrez es posperiodista, fundador de Futura Media.

@Bernardosampa @futura_media

Foto: Ministério da Cultura Brasil bajo licencia Creative Commons

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La sharing economy (economía de lo compartido) cotiza al alza. El crowd sourcing (externalizar un proceso hacia una multitud que trabaja en red) está en la boca de los gurús. El crowd funding (financiación colectiva) llega pisando fuerte a ámbitos como la cultura. La sociedad P2P (peer-to-peer) de la que hablan los gurús Yochai Benkler o Michel Bauwens más horizontal, participativa y al margen de las retribuciones meramente económicas, ilumina el túnel del tremebundo capitalismo.

El commons – el bien comĂşn, los bienes colectivos- está en boga. El co-working ya no es tendencia: es realidad. Sin embargo, algunos apenas creen en estas nuevas prácticas / realidades si llegan de la boca de un gurĂş del Silicon Valley. Y sĂłlo si vienen de la mano de un tĂ©rmino en inglĂ©s.

Paradoja: algunas palabras del castellano, como procomún (commons), existen desde el primer diccionario de Antonio Nebrija (1494). Sorpresa: si estudiamos las prácticas de la América precolombina encontramos que los indígenas ya practicaban el crowdfunding, el crowdsourcing o las dinámicas participativas de la era 2.0. La llegada de los pueblos africanos, de una fuerte raíz colectiva, también convirtió a América (principalmente la latina) en un espectacular territorio del procomún (commons territory para quien lo prefiera). La América pre capitalista era chic, cool y 2.0, ¿vale? Y lo sigue siendo. Los indígenas se anticiparon varios siglos a la tan hablada sharing economy. La mega crisis mundial está empujando al capitalismo a una irreversible mutación. Y el poscapitalismo es sorprendentemente parecido a aquel precapitalismo de la América indígena.

Aviso para incrédulos: he preparado un ligero repaso a algunos términos y prácticas colaborativas de los pueblos indígenas de América Latina. Que cada uno lo remezcle como quiera. Que cada uno complete la lista como quiera, porque sin dudas es apenas una aproximación.

Tequio.  El tequio es una forma de trabajo en beneficio del colectivo muy arraigada en la cultura zapoteca. Los integrantes de una comunidad aportan materiales o su fuerza de trabajo para realizar una obra comunitaria. Puede ser una escuela, un pozo, un camino. El individuo no puede ser nunca el beneficiario exclusivo del tequio. Tiene un toque de crowd sourcing, algo de crowd funding y mucho de commons. El tequio todavĂ­a funciona en algunos Estados mexicanos. En el Estado de Oaxaca el tequio está protegido por una ley estatal. Existen otros tĂ©rminos para prácticas similares como gozona o el trabajo a ‘mano vuelta’.

Potlatch. Las tribus indigenas del Pacífico de Estados Unidos y Canadá practicaban un ritual de intercambio que, en esencia, es igual al intercambios de archivos peer-to-peer (P2P) de la era digital. El potlatch, usado por los pueblos los Haida, Tlingit, Tsimshian, Salish, Nuu-chah-nulth, y Kwakiutl, es P2P en estado puro. El potlatch no era trueque. Los pueblos distribuían alimentos (sobre todo carne de foca y salmón) y riqueza a otras tribus que no habían tenido un buen año. Un detalle importante: algunos colonizadores europeos se enriquecieron notablemente gracias al potlatch. Igual que los cantantes super estrella que, según estudios, se benefician del intercambio de archivos entre usuarios que algunos se empeñan en llamar piratería.

Guelaquetza. La tradiciĂłn de guelaguetza del Estado mexicano de Oaxaca serĂ­a una mezcla del tequio y de potlach. El vocablo significa “intercambio recĂ­proco de regalos y servicios”. Su práctica se teje alrededor de las relaciones recĂ­procas que unen a la gente. Es la base de una red de cooperaciĂłn entre familias y hasta entre pueblos y municipios. La guelaguetza derivo tambiĂ©n en una celebraciĂłn sincrĂ©tica que tiene lugar en la ciudad de Oaxaca.

Minga. La minga es un tĂ©rmino quechua que define un mecanismo ancestral de trabajo colectivo muy comĂşn en el norte de PerĂş y Ecuador. El objetivo comĂşn está por encima de cualquier beneficio individual. La colaboraciĂłn por encima de la competiciĂłn. Commons economy 100%+crowd sourcing, vaya. No es casualidad que Cultura Senda, que trabaja con la cultura de red, realizase recientemente un seminario en Quito llamado Open Minga. La minga, segĂşn el texto de Cultura Senda, “implica el desafĂ­o de superar egoĂ­smos, protagonismos, desconfianzas, prejuicios y envidias; males que regularmente acechan al trabajo colectivo y a la movilizaciĂłn social”. Además “implica aprender a escuchar y obedecer proponiendo”.

Ayni.  El ayni es un término con un significado muy próximo a la minga que define un sistema de trabajo de reciprocidad familiar entre los miembros del ayllu (una comunidad que trabaja con propiedad colectiva). Lo más común es intercambiar trabajos en labores agrícolas, pastoreo, cocina o en la construcción de casas. Esta tradición continúa viva no solo en muchas comunidades campesinas sino también en la población mestiza de Ecuador, Bolivia, Perú y Chile. Cualquier banco de tiempo de intercambio de servicios del movimiento 15M español, por ejemplo, sería en esencia ayni.

MutirĂŁo. Es un tĂ©rmino de origen tupĂ­ que se usa en Brasil para definir una movilizaciĂłn colectiva basada en una ayuda mutua no remunerada. La definiciĂłn de mutirĂŁo de Wikimedia es bastante redonda: “Es una expresion usada originalmente para el trabajo en el campo en la construcciĂłn civil de casas populares en la que todos son beneficiarios y se prestan ayuda con un sistema rotativo y sin jerarquĂ­a”. Se usa mucho para acciones colectivas no remuneradas como limpieza de parques, calles, escuelas… Para esta práctica de acciĂłn comunal existen muchos sinĂłnimos: muxirĂŁo, muxirĂŁ, muxirom, muquirĂŁo, putirĂŁo, putirom, putirum, pixurum, ponxirĂŁo, punxirĂŁo o puxirum.

CĂłrima.  El pueblo mexicano rarámuri, que vive en las montañas de Chihuahua, usan el tĂ©rmino ‘cĂłrima’ para definir un acto de solidaridad con alguien que lo está pasando mal. No ofrecer cĂłrima a alguien que necesita ayuda se considera un incumplimiento a una obligaciĂłn y una ofensa a la vez. La definiciĂłn tambiĂ©n desfila por “la práctica del bien comĂşn”. No tiene mucho que ver con caridad, pues los rarámuri están lejos de la moral catĂłlica. La maxima autoridad de las decisiones de este pueblo es la comunidad en asamblea, tal como lo es en el movimiento 15M, en Occupy Wall Street y en el mexicano #YoSoy32.

Maloka. La maloca (o maloka en portugués) es una casa comunitaria utilizada por las tribus indígenas de la region amazónica de Colombia y Brasil. En ellas conviven diferentes familias. Comparten lugar de trabajo, como lo hacen los espacios de co-working. La propiedad es colectiva, como en las okupaciones (squatter communities) de Europa. El commons rige el día a día. Por las noche la maloca es un centro de conocimiento. Se cuentan historias, mitos, leyendas. Las tiendas de campaña de la plaza Tahir de El Cairo, de la Puerta del Sol de Madrid o de Zuccotti Park en Nueva York durante Occupy Wall Street podrían ser la versión tecno-malokas digitales de estas casas colectivas de la Amazonia.

Bernardo Gutiérrez es posperiodista, fundador de Futura Media.

@Bernardosampa @futura_media

Foto: Ministério da Cultura Brasil bajo licencia Creative Commons

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Opiniones 15
  • Veo con satisfacciĂłn que personas cultas como Bernardo GutiĂ©rrez se preocupen en indagar y compartir el estudio de las raĂ­ces prehispánicas de lo que hoy se ha puesto de moda como es la economĂ­a social, solidaria, colaborativa o del tercer sector, de que tanto habla Jeremy Rifkin. Muy oportuno es este análisis, pues la revista FORBES, precisamente, organiza un Foro sobre el tema en la Ciudad de MĂ©xico, el lunes prĂłximo 26/09/2016. Parabens, Bernardo.

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