Se levanta el telón. Una veintena de hombres entre 40 y 60 años escucha música jazz con detenimiento. Delante de ellos se encuentra un tocadiscos y un altavoz de dos metros. La calidad del sonido es tan buena que da la sensación de estar escuchando una banda en directo. No es un chiste. Esta escena se reproduce en un centenar de salas en el High End, una de las ferias de equipos de sonido más importantes del mundo, que se celebró el pasado fin de semana en Munich.
Las empresas se dividen en dos grupos principales. Por un lado, aquellas que fabrican altavoces y por otro, los fabricantes de tocadiscos. Dirk Räke se mueve en el segundo grupo. “Estamos muy contentos”, dice sobre la situación de la industria en estos momentos. Räke es hijo del fundador de Trans Rotor, un fabricante de tocadiscos creada en 1971, y hoy es responsable de ventas de la compañÃa. Sus productos están hechos a mano y solo sacan al mercado alrededor de 800 al año. El precio para hacerse con uno de ellos parte de los 1.900 euros. El modelo más caro cuesta 118.000 euros, pesa 250 kilos y requiere el trabajo de una persona dedicada en cuerpo y alma a fabricarlo durante más de un mes.
“No te voy a mentir. Cuando entró el CD lo pasamos realmente mal. Durante la segunda mitad de los 80 estuvimos a punto de cerrar. Pero a partir de 1993 algo cambió. La gente empezó a volver al vinilo. Empezaron a redescubrir este medio y hoy nos encontramos en un buen momento. Por supuesto que nunca volverá a ser como antes pero la demanda es muy buena. Estamos creciendo”.
Räke lleva una vestimenta sencilla y refleja muy bien la filosofÃa de muchas de las compañÃas que están hoy aquÃ. El stand no tiene ninguna de las connotaciones del sector del lujo aunque los objetos en cierto modo lo sean. Carecen de ese barniz de exclusividad forzada que encuentras con las marcas de moda más caras. “Realmente lo más importante es la calidad auditiva. Es cierto que hay gente que los compra porque tiene mucho dinero. Pero nuestro core business está formado por personas que ahorran durante un tiempo porque quieren tener lo mejor. Vender a este tipo de personas es lo que más me complace”, explica Räke.
Su compañÃa, con sede en Karup, fabrica solo 100 unidades al año con unos precios acordes a esta exclusividad. “Están hechos a mano en Dinamarca y te durarán toda la vida”, explica este ingeniero tÃmido.
Hay una tendencia a utilizar la nostalgia cuando se refiere al vinilo pero en el evento se apreciaba todo lo contrario. Muchos pequeños productores que trabajan a destajo para hacer tocadiscos y altavoces de primera con tecnologÃa de primera. Según el ingeniero de sonido Kostas Metaxas, que ofreció una charla sobre su trabajo en el evento, la grabación de música actual tiene mucho que aprender de estas compañÃas. “Están muy por delante de la tecnologÃa que se emplea ahora para grabar música. Ahora mismo lo digital no da la talla. Hoy no tenemos recursos para hacer las grabaciones. Se hacen cosas en casas en un espacio muerto y añadimos efectos artificiales. Queda mucho por avanzar. Se pierden demasiados matices con la compresión de los archivos en digital”.
Mientras tanto, los miles de asistentes exigentes tendrán un elenco creciente de productores dispuestos a dar una nueva vida a lo analógico. Un buen revulsivo para los profetas que disfrutan vaticinando la muerte de una tecnologÃa u otra. Aquà no ha muerto nadie. Hay mucha vida por delante.
Se levanta el telón. Una veintena de hombres entre 40 y 60 años escucha música jazz con detenimiento. Delante de ellos se encuentra un tocadiscos y un altavoz de dos metros. La calidad del sonido es tan buena que da la sensación de estar escuchando una banda en directo. No es un chiste. Esta escena se reproduce en un centenar de salas en el High End, una de las ferias de equipos de sonido más importantes del mundo, que se celebró el pasado fin de semana en Munich.
Las empresas se dividen en dos grupos principales. Por un lado, aquellas que fabrican altavoces y por otro, los fabricantes de tocadiscos. Dirk Räke se mueve en el segundo grupo. “Estamos muy contentos”, dice sobre la situación de la industria en estos momentos. Räke es hijo del fundador de Trans Rotor, un fabricante de tocadiscos creada en 1971, y hoy es responsable de ventas de la compañÃa. Sus productos están hechos a mano y solo sacan al mercado alrededor de 800 al año. El precio para hacerse con uno de ellos parte de los 1.900 euros. El modelo más caro cuesta 118.000 euros, pesa 250 kilos y requiere el trabajo de una persona dedicada en cuerpo y alma a fabricarlo durante más de un mes.
“No te voy a mentir. Cuando entró el CD lo pasamos realmente mal. Durante la segunda mitad de los 80 estuvimos a punto de cerrar. Pero a partir de 1993 algo cambió. La gente empezó a volver al vinilo. Empezaron a redescubrir este medio y hoy nos encontramos en un buen momento. Por supuesto que nunca volverá a ser como antes pero la demanda es muy buena. Estamos creciendo”.
Räke lleva una vestimenta sencilla y refleja muy bien la filosofÃa de muchas de las compañÃas que están hoy aquÃ. El stand no tiene ninguna de las connotaciones del sector del lujo aunque los objetos en cierto modo lo sean. Carecen de ese barniz de exclusividad forzada que encuentras con las marcas de moda más caras. “Realmente lo más importante es la calidad auditiva. Es cierto que hay gente que los compra porque tiene mucho dinero. Pero nuestro core business está formado por personas que ahorran durante un tiempo porque quieren tener lo mejor. Vender a este tipo de personas es lo que más me complace”, explica Räke.
Su compañÃa, con sede en Karup, fabrica solo 100 unidades al año con unos precios acordes a esta exclusividad. “Están hechos a mano en Dinamarca y te durarán toda la vida”, explica este ingeniero tÃmido.
Hay una tendencia a utilizar la nostalgia cuando se refiere al vinilo pero en el evento se apreciaba todo lo contrario. Muchos pequeños productores que trabajan a destajo para hacer tocadiscos y altavoces de primera con tecnologÃa de primera. Según el ingeniero de sonido Kostas Metaxas, que ofreció una charla sobre su trabajo en el evento, la grabación de música actual tiene mucho que aprender de estas compañÃas. “Están muy por delante de la tecnologÃa que se emplea ahora para grabar música. Ahora mismo lo digital no da la talla. Hoy no tenemos recursos para hacer las grabaciones. Se hacen cosas en casas en un espacio muerto y añadimos efectos artificiales. Queda mucho por avanzar. Se pierden demasiados matices con la compresión de los archivos en digital”.
Mientras tanto, los miles de asistentes exigentes tendrán un elenco creciente de productores dispuestos a dar una nueva vida a lo analógico. Un buen revulsivo para los profetas que disfrutan vaticinando la muerte de una tecnologÃa u otra. Aquà no ha muerto nadie. Hay mucha vida por delante.
Resume muy bien lo que sentimos cuando asistimos a este evento 😉
El problema radica en la escasa calidad de las grabaciones actuales, no en analógico versus digital.
Sólo ciertas discográficas y grabaciones de jazz y clásica sacan provecho realmente a la tecnologÃa actual y a los soportes fÃsicos existentes (en extinción).
Normalmente, la misma grabación suele sonar mejor en SACD o DVD-A. Si es moderna y multicanal, en una sala acondicionada para su escucha, puede resultar apabullante su escucha. Tristemente apenas hay grabaciones excelentes.
Si se hacen bien las cosas, lo digital supera a lo analógico, pero suele ser cierto, como dije, en clásica y jazz de discográficas reputadas.
Un ejemplo de todo lo contrario: Bruce Springsteen. Sus últimos discos a la venta suenan horrible, asà que es intencionado porque no es creÃble que sea por mala tecnologÃa ni dinero. En vinilo un poco menos, pero donde no hay no hay. Se busca que suena la música alta en la radio FM y en los reproductores portátiles, que es lo que demanda la juventud.
Hay chapuzas en todos los sitios, hasta en los vinilos. Y en la venta por internet de grabaciones a 24/96, porque no se usó el master original o se resampleó la versión CD o…
Vamos, que la realidad es muy compleja por culpa de la desidia de la industria, máxime desde hace 30 años.
Gracias por tu aportación experta Maty. Muy interesante.
Lo que comenta Kostas Metaxas es lo que decÃa Neil Young en este otro post. Es genial que las grabaciones sean accesibles a todo el mundo pero, ¡cuidado con la calidad!
https://www.yorokobu.es/%C2%A1dame-mas-mp3-pero-%C2%BFcon-esa-calidad-de-mierda/
Compartido 😉
Gracias Jose Carlos!
jajaja me encanta el titular!!
Resume muy bien lo que sentimos cuando asistimos a este evento 😉
El problema radica en la escasa calidad de las grabaciones actuales, no en analógico versus digital.
Sólo ciertas discográficas y grabaciones de jazz y clásica sacan provecho realmente a la tecnologÃa actual y a los soportes fÃsicos existentes (en extinción).
Normalmente, la misma grabación suele sonar mejor en SACD o DVD-A. Si es moderna y multicanal, en una sala acondicionada para su escucha, puede resultar apabullante su escucha. Tristemente apenas hay grabaciones excelentes.
Si el original era una chapuza, tanto da el soporte, seguirá sonando fatal en un equipo estéreo decente (con menos de 1.000 euros se tiene uno).
He encontrado casi de todo: habitualmente, la música comercial grabada años ha suena mejor en vinilo (sus ripeos es lo que escucho), porque con cada edición se comprime más el margen dinámico, sonando asquerosos. El otro dÃa escuché un SACD de Cindy Lauper, reedición de un viejo trabajo, y era horrible el sonido.
Si se hacen bien las cosas, lo digital supera a lo analógico, pero suele ser cierto, como dije, en clásica y jazz de discográficas reputadas.
Un ejemplo de todo lo contrario: Bruce Springsteen. Sus últimos discos a la venta suenan horrible, asà que es intencionado porque no es creÃble que sea por mala tecnologÃa ni dinero. En vinilo un poco menos, pero donde no hay no hay. Se busca que suena la música alta en la radio FM y en los reproductores portátiles, que es lo que demanda la juventud.
Si encima es música chunda chunda, la grabación es pésima.
Hay chapuzas en todos los sitios, hasta en los vinilos. Y en la venta por internet de grabaciones a 24/96, porque no se usó el master original o se resampleó la versión CD o…
Vamos, que la realidad es muy compleja por culpa de la desidia de la industria, máxime desde hace 30 años.
Gracias por tu aportación experta Maty. Muy interesante.
Tremendo post, cada dÃa está más claro que por mucho que se haya evolucionado en el sentido tecnológico, lo de más calidad fue lo primero que se inventó. Algo que volverá con más fuerza con el paso del tiempo y que todavÃa nos dejará mucho de qué hablar…
Muchas gracias Jorge! Fue una experiencia fascinante estar allÃ. Saludos.
Recomiendo encarecidamente la lectura de “Perfecting sound forever de Greg Milner a todo aquél que encuentre este post interesante, lo vais a disfrutar.
Me lo apunto. Gracias.
¡Y yo!
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