30 de mayo 2011    /   CREATIVIDAD
por
 

El templo del chocolate en Singapur

30 de mayo 2011    /   CREATIVIDAD     por          
Compártelo twitter facebook whatsapp
thumb image


La excelencia es un espacio donde no cabe el más mínimo descuido. Era en ese lugar donde la compañía Chocolate Research Facility quería estar cuando fundó Ch’C’Late Research Facility en Singapur hace tres años.
Empezaron por el chocolate. Más de 100 sabores distintos o, en sus palabras, una colección de más de 100 gustos bajo un mismo tejado. La idea era, según explican en su web, “crear chocolates para amantes y apasionados del chocolate”.
Primer ingrediente: innovación. Comenzaron a mezclar sabores para estirar la colección lo más posible. Tanto que aseguran en su site que, con tanto probar nuevas recetas, sus pantalones han aumentado algunas tallas. Segunda sustancia: sentido del humor.
Aseguran que Chocolate Research Facility es una forma totalmente nueva de mirar el chocolate. “Es crear un envoltorio que parece una pastilla de jabón, podrían decir algunos; diseñar interiores similares a un laboratorio de investigación; crear combinaciones de sabores que nunca nadie pudiera imaginar tan excelentes y hacer que lo imposible parezca posible”. Tercer componente: filosofía.







Luego montaron la tienda. Todo, en su imagen, mantiene una coherencia. La identidad corporativa, el establecimiento, las cajas de chocolate… Cuarto ingrediente: diseño exquisito.







Vino después la tienda abierta 24 horas en todo el mundo: su web. Diseñada por Asylum, sigue las mismas coordenadas de todo lo demás. Buen diseño, información clara y juego. La web se va derritiendo y por su home chorrean distintos tipos de chocolate. Quinto elemento: comunicación.





Y, por último, añadieron una visión mercantil para aumentar la rentabilidad del negocio: merchandising. Tazas, camisetas… Más ingresos y, a la vez, más publicidad para esta chocolatería de colecciones dedicadas al negro, al blanco, a las mezclas y las series de té, café, frutas, doble de fruta, alcohol, frutos secos, sabores exóticos y clásicos.





La excelencia es un espacio donde no cabe el más mínimo descuido. Era en ese lugar donde la compañía Chocolate Research Facility quería estar cuando fundó Ch’C’Late Research Facility en Singapur hace tres años.
Empezaron por el chocolate. Más de 100 sabores distintos o, en sus palabras, una colección de más de 100 gustos bajo un mismo tejado. La idea era, según explican en su web, “crear chocolates para amantes y apasionados del chocolate”.
Primer ingrediente: innovación. Comenzaron a mezclar sabores para estirar la colección lo más posible. Tanto que aseguran en su site que, con tanto probar nuevas recetas, sus pantalones han aumentado algunas tallas. Segunda sustancia: sentido del humor.
Aseguran que Chocolate Research Facility es una forma totalmente nueva de mirar el chocolate. “Es crear un envoltorio que parece una pastilla de jabón, podrían decir algunos; diseñar interiores similares a un laboratorio de investigación; crear combinaciones de sabores que nunca nadie pudiera imaginar tan excelentes y hacer que lo imposible parezca posible”. Tercer componente: filosofía.







Luego montaron la tienda. Todo, en su imagen, mantiene una coherencia. La identidad corporativa, el establecimiento, las cajas de chocolate… Cuarto ingrediente: diseño exquisito.







Vino después la tienda abierta 24 horas en todo el mundo: su web. Diseñada por Asylum, sigue las mismas coordenadas de todo lo demás. Buen diseño, información clara y juego. La web se va derritiendo y por su home chorrean distintos tipos de chocolate. Quinto elemento: comunicación.





Y, por último, añadieron una visión mercantil para aumentar la rentabilidad del negocio: merchandising. Tazas, camisetas… Más ingresos y, a la vez, más publicidad para esta chocolatería de colecciones dedicadas al negro, al blanco, a las mezclas y las series de té, café, frutas, doble de fruta, alcohol, frutos secos, sabores exóticos y clásicos.




Compártelo twitter facebook whatsapp
La carrera de Carlos Sainz y Miguel Molina en el circuito fantasma de Terramar
Kiko Amat: «El odio puede ser constructivo»
NanoWrimo: Las 1.667 palabras diarias con las que conseguirás escribir tu novela
Hemingwrite: el ordenador antidistracción
 
Especiales
 
facebook twitter whatsapp

Comentarios cerrados.