Está comprobado cientÃficamente que solemos retener cognitivamente (y a largo plazo) un 20% de lo que oÃmos, un 40% de lo que vemos y un 80% de lo que experimentamos. Lo más valioso es aquello en lo que trabajamos y que trasladamos en el tiempo como conocimiento aplicado.
Cuando salimos de la universidad la mayorÃa de nuestro conocimiento es teórico, apenas hemos experimentado lo que es aplicar lo aprendido en un entorno real, sin embargo, pensamos que una vez que nos incorporemos al mundo laboral, nuestra misión principal será trabajar, y nos olvidamos de que la vida es un aprendizaje continuo, y la empresa, una oportunidad para seguir aprendiendo.
Son muchos los que sucumben al sistema y aparcan su curiosidad. Las jerarquÃas y la burocracia invitan a ello, la verdad, pero cada vez más las compañÃas son el laboratorio perfecto para emprender, para poner en marcha tus ideas, para aprender durante el proceso con un respaldo y una solidez que no tienes cuando te lo montas por tu cuenta.
El ambiente para fomentar el famoso ciclo de los emprendedores «act-learn-build» es clave. Por un lado debe fomentar el aprendizaje autónomo, para que cada uno asuma la responsabilidad de su propio proceso, y por otra parte debe generar espacios de interacción donde el aprendizaje se construya conjuntamente de manera que todos salgan ganando. Es lo que conocemos como el aprendizaje social y que se está amplificando gracias a todas las herramientas que permiten conectarnos a unos con otros.
Está comprobado cientÃficamente que solemos retener cognitivamente (y a largo plazo) un 20% de lo que oÃmos, un 40% de lo que vemos y un 80% de lo que experimentamos. Lo más valioso es aquello en lo que trabajamos y que trasladamos en el tiempo como conocimiento aplicado.
Cuando salimos de la universidad la mayorÃa de nuestro conocimiento es teórico, apenas hemos experimentado lo que es aplicar lo aprendido en un entorno real, sin embargo, pensamos que una vez que nos incorporemos al mundo laboral, nuestra misión principal será trabajar, y nos olvidamos de que la vida es un aprendizaje continuo, y la empresa, una oportunidad para seguir aprendiendo.
Son muchos los que sucumben al sistema y aparcan su curiosidad. Las jerarquÃas y la burocracia invitan a ello, la verdad, pero cada vez más las compañÃas son el laboratorio perfecto para emprender, para poner en marcha tus ideas, para aprender durante el proceso con un respaldo y una solidez que no tienes cuando te lo montas por tu cuenta.
El ambiente para fomentar el famoso ciclo de los emprendedores «act-learn-build» es clave. Por un lado debe fomentar el aprendizaje autónomo, para que cada uno asuma la responsabilidad de su propio proceso, y por otra parte debe generar espacios de interacción donde el aprendizaje se construya conjuntamente de manera que todos salgan ganando. Es lo que conocemos como el aprendizaje social y que se está amplificando gracias a todas las herramientas que permiten conectarnos a unos con otros.
La mejor inversión que hago es la dedicada a la formación. Mientras aprendo me siento niña, adolescente, joven, adulta, mayor. Me siento viva y acompañada de esas emociones que habitan en cada etapa, de niña, feliz de recrearme con el aprendizaje del juego. De adolescente excesiva curiosidad por compartir con los iguales y descubrir juntos. De joven, la satisfacción de mis aprendizajes me invita a soñar y colocar la primera piedra del proyecto. De adulta, alegrÃa por experimentar cómo crece mi proyecto y disfrutar del trabajo bien hecho. De mayor, otros retos, aprender el uso de la nueva tecnologÃa.
La mejor inversión que hago es la dedicada a la formación. Mientras aprendo me siento niña, adolescente, joven, adulta, mayor. Me siento viva y acompañada de esas emociones que habitan en cada etapa, de niña, feliz de recrearme con el aprendizaje del juego. De adolescente excesiva curiosidad por compartir con los iguales y descubrir juntos. De joven, la satisfacción de mis aprendizajes me invita a soñar y colocar la primera piedra del proyecto. De adulta, alegrÃa por experimentar cómo crece mi proyecto y disfrutar del trabajo bien hecho. De mayor, otros retos, aprender el uso de la nueva tecnologÃa.
Las empresas que apuestan por fomentar la iniciativa e innovación entre sus empleados tarde o temprano tendrán un retorno de la inversión impagable. Impagable en cuanto a Know-how, satisfacción de los propios empleados, y en oportunidades de encontrar un nicho nuevo; una beta sin explotar. Todos tenemos un océano azul a la espera, solo hay que insistir.
Comentarios cerrados.