29 de mayo 2015    /   CREATIVIDAD
por
 

Enrique Dans en Comic Sans

29 de mayo 2015    /   CREATIVIDAD     por          
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Al calor de las elecciones, escribía ayer el ínclito Enrique Dans un artículo reflexionando acerca de los resultados, la comunicación y las valoraciones sobre lo sucedido.  No pienso entrar en ese debate. Qué pereza. Ni valorar al autor, a veces mÔs sesudo de lo que puedo digerir, pero maestro al fin y al cabo. ”Ave, Enrique!
(Opinión)
Hubo algo que leí en el artículo, o mejor, en los comentarios al mismo, que me entretuvo y me distrajo. En plena cascada de comentarios, uno de sus lectores cambiaba de golpe el ritmo de la conversación: «Enrique, me cuesta horrores leer un artículo tuyo con esta nueva tipografía».
Ya imagino el gran silencio virtual. Los millones de lectores parados en seco. El desconcierto, gente mirĆ”ndose unos a otros sin saber cómo seguir. Poco friendly, pereza visual… Y la amenaza de un usuario de quitarle de sus favoritos (uhhh)…. Fueron algunas de las valoraciones siguientes.
Dans, quizÔs forzado por la situación, salió al ruedo para reconducir el debate: «Mi mujer y mi hija se muestran muy preocupadas con tu comentario ;-)» y luego echó balones fuera diciendo que eran cosas de su diseñador. «Si hay muchas protestas, la cambiaré». Zanjado el tema. Bueno, para mí no.
Yo creo que, siendo Dans una referencia ineludible del mundo empresarial y de la gestión de clientes, experto en esta nueva realidad tecnológica, colaborativa y participativa, y teniendo en la palabra escrita su modo de vida, igual su nueva tipografía y los comentarios espontÔneos de sus lectores debieran preocuparle algo mÔs.
Los consultores de branding, lo sé bien, tienen en el apartado de tipografía verdaderos retos. Las letras dicen mucho. Pero cuando son parte de una identidad profesional también dicen mucho de quien las escribe y hay mucha ciencia detrÔs (tracking/kerning/hinting). Y auténticos expertos en descifrar por qué algo se lee o no se lee bien. En este mundo de abundancia hay incluso movimientos sociales en contra de estilos tipogrÔficos como la Comic Sans. Qué absurdo, ¿no? Digo mÔs, leer a Enrique Dans en Comic Sans sería un ejercicio muy gracioso.
Ya entiendo que el discurso era mucho mĆ”s elevado y valioso. Pero a veces Ā tambiĆ©n hay que bajar al sótano a ver si estĆ” todo bien. Y la verdad es que despuĆ©s de leer los comentarios, prestĆ© atención a la tipografĆ­a. Y efectivametne, no es la mĆ”s legible, la sugestión funciona así…
¿SerÔ este el fin del fenómeno Enrique Dans? ¿Le abandonaremos sus millones de seguidores?  ¿Acaso el insigne consultor no prestó atención a un pequeño detalle que le llevó a la postre a la bancarrota y a la bebida? No, evidentemente no. Seguramente he sido el único que ha pensado en esto. Pero realmente me extrañó una respuesta tan casual y evasiva. En su caso la tipografía es un basic. Su herramienta. El martillo del zapatero o la tijera del peluquero. Para alguien que escribe, tanto y tan bien, que le lean bien debiera ser importante.
PD: Ā TambiĆ©n me extrañó que usara un – šŸ˜‰ – Ā alguien como Ć©l, pero esa es ya otra historia…;)

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Al calor de las elecciones, escribía ayer el ínclito Enrique Dans un artículo reflexionando acerca de los resultados, la comunicación y las valoraciones sobre lo sucedido.  No pienso entrar en ese debate. Qué pereza. Ni valorar al autor, a veces mÔs sesudo de lo que puedo digerir, pero maestro al fin y al cabo. ”Ave, Enrique!
(Opinión)
Hubo algo que leí en el artículo, o mejor, en los comentarios al mismo, que me entretuvo y me distrajo. En plena cascada de comentarios, uno de sus lectores cambiaba de golpe el ritmo de la conversación: «Enrique, me cuesta horrores leer un artículo tuyo con esta nueva tipografía».
Ya imagino el gran silencio virtual. Los millones de lectores parados en seco. El desconcierto, gente mirĆ”ndose unos a otros sin saber cómo seguir. Poco friendly, pereza visual… Y la amenaza de un usuario de quitarle de sus favoritos (uhhh)…. Fueron algunas de las valoraciones siguientes.
Dans, quizÔs forzado por la situación, salió al ruedo para reconducir el debate: «Mi mujer y mi hija se muestran muy preocupadas con tu comentario ;-)» y luego echó balones fuera diciendo que eran cosas de su diseñador. «Si hay muchas protestas, la cambiaré». Zanjado el tema. Bueno, para mí no.
Yo creo que, siendo Dans una referencia ineludible del mundo empresarial y de la gestión de clientes, experto en esta nueva realidad tecnológica, colaborativa y participativa, y teniendo en la palabra escrita su modo de vida, igual su nueva tipografía y los comentarios espontÔneos de sus lectores debieran preocuparle algo mÔs.
Los consultores de branding, lo sé bien, tienen en el apartado de tipografía verdaderos retos. Las letras dicen mucho. Pero cuando son parte de una identidad profesional también dicen mucho de quien las escribe y hay mucha ciencia detrÔs (tracking/kerning/hinting). Y auténticos expertos en descifrar por qué algo se lee o no se lee bien. En este mundo de abundancia hay incluso movimientos sociales en contra de estilos tipogrÔficos como la Comic Sans. Qué absurdo, ¿no? Digo mÔs, leer a Enrique Dans en Comic Sans sería un ejercicio muy gracioso.
Ya entiendo que el discurso era mucho mĆ”s elevado y valioso. Pero a veces Ā tambiĆ©n hay que bajar al sótano a ver si estĆ” todo bien. Y la verdad es que despuĆ©s de leer los comentarios, prestĆ© atención a la tipografĆ­a. Y efectivametne, no es la mĆ”s legible, la sugestión funciona así…
¿SerÔ este el fin del fenómeno Enrique Dans? ¿Le abandonaremos sus millones de seguidores?  ¿Acaso el insigne consultor no prestó atención a un pequeño detalle que le llevó a la postre a la bancarrota y a la bebida? No, evidentemente no. Seguramente he sido el único que ha pensado en esto. Pero realmente me extrañó una respuesta tan casual y evasiva. En su caso la tipografía es un basic. Su herramienta. El martillo del zapatero o la tijera del peluquero. Para alguien que escribe, tanto y tan bien, que le lean bien debiera ser importante.
PD: Ā TambiĆ©n me extrañó que usara un – šŸ˜‰ – Ā alguien como Ć©l, pero esa es ya otra historia…;)

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Opiniones 5
  • Yo asistĆ­ el otro dĆ­a por primera vez a una charla de Enrique Dans y fue el mayor bluff de la historia de las charlas. Puede que fuera porque su ego, Ć©l y la audiencia Ć©ramos demasiado para la sala gigante donde estĆ”bsmos. Sobraba la audiencia….y supongo que le sobran los lectores.

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