
Quiero contaros cómo escribo para YOROKOBU, de dónde saco las ideas y cómo las trabajo, no porque piense que soy un modelo a seguir (venga, Javier, ¿a quién quieres engañar?) Son cosas que me sirven a mí. Después me gustaría saber cómo haces tus post, de dónde sacas tu inspiración.
YO Y MIS CIRCUNSTANCIAS
En ocasiones escribo de lo que me pasa, pero como hablar de uno mismo puede ser aburrido, lo visto de Hitchcock o García Márquez. Por ejemplo, en el post Tener miedo, pensar, crear escribo de cómo mis miedos me ayudan a ser creativo.
EL MOMENTO AJÁ
Realmente no digo “ajá”. Menciono de manera castiza, con rotundidad, una parte de la anatomía femenina. Cuando lo digo, sé que tengo un tema, aunque aún no sé cual. Me pregunto qué ha provocado mi exclamación, qué me llama la atención y por qué.
Los “momentos ajá” ocurren a menudo viendo una serie. Mad Men: la felicidad en 8mm es un “momento ajá” como lo fue Cuando Leela conoce a otra Leela.
APRENDIENDO PALABRAS NUEVAS
Con la crisis hemos aprendido nuevas palabras, aunque quizá no qué significan con exactitud. Como soy curioso, busco información sobre estas palabras, pero no me conformo con eso. Me empeño en ver si soy capaz de “traducir” lo que he aprendido. Un ejemplo de esto es Homer Simpson y la prima de riesgo. Primero intenté explicarlo con personajes de Family Guy, después con Los Pitufos, hasta que a fuerza de proponérmelo, recordé el capítulo en el que Homer pide un préstamo a sus cuñadas. (Me parece que en ese momento me duchaba o regaba mi pequeño jardín —creo que el agua que fluye ayuda a pensar).
En Cuéntamelo bonito hablo de mi experiencia como guionista tratando de acercar la Ciencia al público a través de historias. Un reto cuando la formación científica de uno se reduce a ver Discovery Channel.
LO MISMO, CON OTRAS PALABRAS
Hay muchos consejos sobre cómo montar una empresa, cómo escribir un blog o cómo hacer esto o lo otro, condensados en frases. Lo gracioso es empeñarse en contar lo mismo de otra manera. Utilizo las series de animación o personajes reales porque es lo que mejor conozco. Juego de tronos para emprendedores o Cómo crear una startup por Walter White aka Heisenberg (Breaking Bad) son ejemplos de cómo he cogido esos consejos “de siempre” y los he disfrazado con frases de Tyrion Lannister y de Walter/Heisenberg.
Hablar de marketing y publicidad con Bender, Krusty o Barney Stinson resulta divertido.
LO QUE DICEN MIS SOBRINOS, MI MUJER…
“Qué pena cómo cambian los tiempos. Ahora siempre se ve feo que un adulto hable con un niño, aunque sea Sheldon, con lo cándido que es”, dijo mi mujer. Estábamos viendo un capítulo de The Big Bang Theory. Y en ese momento supe que ahí estaba un tema: Sheldon y el teorema de la risa enlatada.
Una de mis sobrinas me pidió nombres de películas sobre el mito de la caverna. Dándole vueltas recordé a un personaje de Lost y acabe escribiendo ¿RT mentiras?, sobre cómo nos creemos a menudo lo que nos dicen en las redes sociales.
Los comentarios y las preguntas de la familia puede ser una fuente inagotable de temas, si se la escucha.
IR EN AUTOBÚS
Con los precios de la gasolina he redescubierto ir en autobús. (Ahora el coche está para las bolsas de la compra). En el autobús es raro encontrar temas sobre los que escribir (aparte de las personas como inspiración para caracteres de ficción). Lo bueno que tiene el autobús es que tienes tiempo para pensar. Te despreocupas del tráfico y de dónde aparcar: puedes madurar ideas a medias.
LO QUE ME PONE
Por supuesto, el mejor tema para escribir es lo que a uno le pone, como dice Hank Moody. Ese tema del que nunca te cansas de hablar. En mi caso, el cine y las series de televisión. Unas veces intento analizar escenas y diálogos en La solución elegante; otras, trato de usar las series como metáforas o analogías para comprender el mundo. Las series de televisión son los nuevos cuentos, nuevas formas de acercarnos a las cosas que nos inquietan.
Por esos “Ajá” que te salen, por la familia inspiradora, por aquellos paseos en autobús que ordenan tu mente, y aquellas series y eplículas que hacen en su conjunto que crees unos post tan buenos.
Felicidades!
Gracias, Campanilla 🙂
Me gustan mucho los artículos donde personajes ficticios dan recomendaciones, he compartido varios de hecho y siempre generan muy buenos comentarios.
Y bueno, siempre he dicho lo mismo sobre viajar en bus. Soy un asiduo usuario del transporte público de la ciudad de San José, Costa Rica y me encanta sentarme (si puedo) en la última fila y observar a la gente. Ahí, y en las caminatas, es donde salen la mayoría de mis ideas.
¡Sí! En la última fila, como si todo lo demás fuera escenario, es fantástico, ¿verdad?
¿De dónde saco mis posts? Para aquellos que escribimos por necesidad, entendida como placer y como instrumento de comunicación es la corriente de ideas, el intercambio de opiniones, la necesidad de comunicación y la interacción con mentes que ofrecen algo diferente, entendiendo como algo diferente aquello que permite descubrirte cosas nuevas o discutir – en el sentido latín del término – sobre cosas conocidas lo que te incita a sentarte ante un teclado que espera, siempre impaciente, el contacto con tus dedos.
Gracias, Gilbert,
Me gusta lo que dices, sobre todo lo de “discutir – en el sentido latín del término”.
Javier, mis felicitaciones y gracias por compartir tus métodos.
En cierto modo nos sirve a los compañeros blogueros con menos experiencia.
Un abrazo crack!
Gracias, Francisco,
En esto de escribir en la red todos vamos aprendiendo un poquito, post a post.
Por cierto, tienes un blog muy interesante.
Como bien comentas en este magnífico post, el autobús público es un fantástico contexto para que prolifere la inspiración. Aquí te dejo un par de historias basadas en personajes reales que se me antojaron mientras discurría enlatado por el centro de Palma:
http://gentedigital.es/comunidad/hacheseescribeconhache/2012/10/18/historias-del-bus-de-palma/
Un placer leeros. Siempre. Saludos a la mallorquina…
Gracias.
Leo que has aprovechado bien los desplazamientos.
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