Europa y EEUU sumarán fuerzas para construir el “mayor proyecto de neurociencia de la historia”

En este sentido, puede ser especialmente interesante complementar ambos proyectos, ya que BRAIN se centra más en capturar y controlar la actividad cerebral a través de nuevas herramientas y HBP pretende replicar el modelo computacional que hace funcionar al cerebro: los datos de BRAIN ayudarán a modelar a HBP y la supercomputación de HBP ayudará a procesar la información obtenida por BRAIN. El trabajo titánico será el de coordinar a cientos de neurocientíficos, en innumerables laboratorios distintos, desarrollando los muchos aspectos que implican a estos proyectos, desde la robótica a la biología molecular, pasando por el tratamiento de ingentes cantidades de datos. El 6% de los recursos del proyecto europeo se destinan al trabajo de instituciones españolas.
Aguas revueltas
La noticia la adelantó en su discurso el congresista demócrata Chaka Fattah, que ha sido designado para identificar las posibles colaboraciones y potenciarlas. Curiosamente, el anuncio llega poco después de que comenzaran a revolverse las aguas en torno al BRAIN, criticado por falta de dirección por Rafael Yuste, uno de sus impulsores. Pasados unos días, Obama quiso darle un nuevo impulso y propuso duplicar el presupuesto anual del proyecto, que será de 200 millones en 2015: a los 100 que aportan los Institutos Nacionales de Salud (NIH) se sumarían 20 de la Fundación Nacional para la Ciencia (NSF) y 80 de DARPA, la agencia de investigación de la Defensa de EEUU.
Cuando todo este dinero este atado y se haya decidido qué laboratorios ganan esas subvenciones, después del verano, será el momento de realizar reuniones formales sobre cómo coordinar BRAIN y HBP, según confirmaron a Nature desde NIH y la Comisión. Pero no sólo estarán implicados la UE y EEUU: Markram ya convocado a Israel para que sume a sus investigadores a esta colaboración y Fattah está atrayendo a Australia para la causa. “Este desafío global requiere colaboración global y nuestro acuerdo ayudará a definir el futuro de la investigación en neurociencias”, aseguró el congresista. “Desde luego, será algo gigantesco”, zanja De Felipe.
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En este sentido, puede ser especialmente interesante complementar ambos proyectos, ya que BRAIN se centra más en capturar y controlar la actividad cerebral a través de nuevas herramientas y HBP pretende replicar el modelo computacional que hace funcionar al cerebro: los datos de BRAIN ayudarán a modelar a HBP y la supercomputación de HBP ayudará a procesar la información obtenida por BRAIN. El trabajo titánico será el de coordinar a cientos de neurocientíficos, en innumerables laboratorios distintos, desarrollando los muchos aspectos que implican a estos proyectos, desde la robótica a la biología molecular, pasando por el tratamiento de ingentes cantidades de datos. El 6% de los recursos del proyecto europeo se destinan al trabajo de instituciones españolas.
Aguas revueltas
La noticia la adelantó en su discurso el congresista demócrata Chaka Fattah, que ha sido designado para identificar las posibles colaboraciones y potenciarlas. Curiosamente, el anuncio llega poco después de que comenzaran a revolverse las aguas en torno al BRAIN, criticado por falta de dirección por Rafael Yuste, uno de sus impulsores. Pasados unos días, Obama quiso darle un nuevo impulso y propuso duplicar el presupuesto anual del proyecto, que será de 200 millones en 2015: a los 100 que aportan los Institutos Nacionales de Salud (NIH) se sumarían 20 de la Fundación Nacional para la Ciencia (NSF) y 80 de DARPA, la agencia de investigación de la Defensa de EEUU.
Cuando todo este dinero este atado y se haya decidido qué laboratorios ganan esas subvenciones, después del verano, será el momento de realizar reuniones formales sobre cómo coordinar BRAIN y HBP, según confirmaron a Nature desde NIH y la Comisión. Pero no sólo estarán implicados la UE y EEUU: Markram ya convocado a Israel para que sume a sus investigadores a esta colaboración y Fattah está atrayendo a Australia para la causa. “Este desafío global requiere colaboración global y nuestro acuerdo ayudará a definir el futuro de la investigación en neurociencias”, aseguró el congresista. “Desde luego, será algo gigantesco”, zanja De Felipe.
Via Materia
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