FanOnFire Pass: un buffet libre de música en vivo
Hay algunos conciertos en salas grandes, pero «la gente es bastante consciente de que por 29,90€ no va a ir a ver a AC/DC o a The Rolling Stones». El FanPass es para otro tipo de eventos, ya sea de bandas internacionales o de grupos emergentes. Con la cantidad de grupos que hay, «no es difícil ir a dos o tres y amortizarlo». No quieren encasillarse en un par de géneros, sino que buscan la variedad: «Lo normal es que ese cupo de gente que no iba a pagar la entrada pero está dispuesta a ir se traspase de unos géneros a otros». También quieren incluir en la oferta actos más especiales, como los conciertos que hacen las bandas para probar cómo suena un disco. «Queremos acercar a la gente esas experiencias que hasta ahora eran muy exclusivas».
Una parte esencial de FanOnFire Pass es la propia plataforma Fan on fire, una agenda inteligente cuyo algoritmo, creado por Miguel Zafra, aprende de los usuarios y hace que el contenido «pivote en torno a cada persona». Su intención es crear «un canal de comunicación más directo, que ha desaparecido con el espejismo de las redes sociales», comprender realmente a las personas para ofrecerles lo que les interesa.
Fan on fire alimenta el Pass de dos maneras: detectando a las personas más propensas a acudir a un concierto y facilitando que estas encuentren acompañantes, ya que «un concierto es un evento social. Somos muy pocos los que vamos solos a conciertos». La modalidad «FanPass +1», con un coste de 49,90€, permite al titular asistir a los conciertos con un acompañante diferente cada vez.
Quizá, con el tiempo, la plataforma cumpla el deseo de sus creadores de convertirse en una red social alternativa, «sin llegar a ser un Tinder de los conciertos, aunque lo hemos barajado», bromea Castañeda. Además de los dos fundadores, en Fan on fire trabajan otras seis personas, «todas muy jóvenes y con mucho talento».
Madrid FanOnFire Pass se ofrece por primera vez este mes de junio como una muestra de que aún se puede hacer mucho —aparte de lamentarse— por la música en vivo. «La situación ha estado agravada por las condiciones del sector, pero creemos que se puede mejorar».
Hay algunos conciertos en salas grandes, pero «la gente es bastante consciente de que por 29,90€ no va a ir a ver a AC/DC o a The Rolling Stones». El FanPass es para otro tipo de eventos, ya sea de bandas internacionales o de grupos emergentes. Con la cantidad de grupos que hay, «no es difícil ir a dos o tres y amortizarlo». No quieren encasillarse en un par de géneros, sino que buscan la variedad: «Lo normal es que ese cupo de gente que no iba a pagar la entrada pero está dispuesta a ir se traspase de unos géneros a otros». También quieren incluir en la oferta actos más especiales, como los conciertos que hacen las bandas para probar cómo suena un disco. «Queremos acercar a la gente esas experiencias que hasta ahora eran muy exclusivas».
Una parte esencial de FanOnFire Pass es la propia plataforma Fan on fire, una agenda inteligente cuyo algoritmo, creado por Miguel Zafra, aprende de los usuarios y hace que el contenido «pivote en torno a cada persona». Su intención es crear «un canal de comunicación más directo, que ha desaparecido con el espejismo de las redes sociales», comprender realmente a las personas para ofrecerles lo que les interesa.
Fan on fire alimenta el Pass de dos maneras: detectando a las personas más propensas a acudir a un concierto y facilitando que estas encuentren acompañantes, ya que «un concierto es un evento social. Somos muy pocos los que vamos solos a conciertos». La modalidad «FanPass +1», con un coste de 49,90€, permite al titular asistir a los conciertos con un acompañante diferente cada vez.
Quizá, con el tiempo, la plataforma cumpla el deseo de sus creadores de convertirse en una red social alternativa, «sin llegar a ser un Tinder de los conciertos, aunque lo hemos barajado», bromea Castañeda. Además de los dos fundadores, en Fan on fire trabajan otras seis personas, «todas muy jóvenes y con mucho talento».
Madrid FanOnFire Pass se ofrece por primera vez este mes de junio como una muestra de que aún se puede hacer mucho —aparte de lamentarse— por la música en vivo. «La situación ha estado agravada por las condiciones del sector, pero creemos que se puede mejorar».