Zaratustra tiene los ojos rasgados. Es blanco y negro y está delimitado por dos dimensiones. Esta vez, el personaje de Nietzsche no se halla en cientos de líneas de texto, sino en viñetas. Es un Zaratustra manga. La obra del filósofo alemán inspira un libro de casi 200 páginas que muestra, en dibujos, parte de su pensamiento sobre el superhombre.
Así habló Zaratustra, el manga fue el primero. Después llegaron los mangas inspirados en El arte de la guerra, de Sun Tzu; El capital, de Karl Marx; El contrato social, de Jean-Jacques Rousseau; El príncipe, de Maquiavelo; y La divina comedia, de Dante. Los seis libros forman la colección Manga de la editorial Herder y, en apenas unas semanas, llegará uno más: La Ilíada y la Odisea, el manga, de Homero.
El manga moderno nació hace unos 70 años. Japón había perdido la guerra y se defendía, culturalmente, de la ocupación estadounidense. Una de sus armas fue retomar y desarrollar un tipo de dibujo que inventaron en ese país a finales del siglo XIX. El manga, desde entonces, se hizo imprescindible entre las formas literarias y divulgativas de los nipones.
El manga abarca todos los géneros y tiene todo tipo de públicos. Esta narrativa, a menudo, introduce temas a algunos lectores que, de otra forma, nunca se interesarían por ellos. Ocurre, por ejemplo, con la filosofía. Muchos jóvenes en Japón no se sienten atraídos por los clásicos del pensamiento y la literatura. East Press lo sabía. Pero en la editorial, un día, se preguntaron si esos ensayos despertarían el interés de los nipones contados en manga.
Empezaron publicando El precepto roto (1906), del novelista japonés Toson Shimazaki, en julio de 2007. Desde entonces hasta ahora la colección ha crecido en más de cien libros. Entre ellos están El capital, de Marx; Crimen y castigo, de Dostoyevsky; Guerra y paz, de Leo Tolstoy; La metamorfosis, de Kafka; Los miserables, de Victor Hugo; Moby Dick, de Herman Melville; La interpretación de los sueños, de Freud; o el Kama Sutra, de Vatsyayana.
Mientras tanto, en Barcelona, la editorial Herder publicaba un libro que explicaba cómo aprender a leer kanjis (Kanji para recordar. Guía sistemática para la lectura de los caracteres japoneses). Un día, uno de los autores del libro, Marc Bernabé, comía con el editor, Raimund Herder. En la conversación salió el manga y el editor preguntó:
–¿Hay otras formas de presentar textos de filosofía para un público más amplio? ¿No se podrían hacer mangas de filosofía?
Bernabé le contestó que ya existían en Japón y quedó con el encargo de investigar qué estaban haciendo en aquel país. Herder descubrió así East Press y, al poco, llegaron a un acuerdo para la publicación de estos mangas en español. En 2011 apareció el primer libro: Así habló Zaratustra, el manga. Era toda una incógnita. “No sabía cómo iba a funcionar. Era un experimento”, cuenta el editor. “Y resultó todo un éxito. Ya va por la sexta reimpresión”.
Zaratustra animó a un segundo. Y el segundo a un tercero. Y así hasta el séptimo libro, inspirado en los poemas de Homero, en el año VIII antes de Cristo. El editor insiste en esta palabra: “inspirado”. “El manga es un género en sí mismo. Estos libros resumen partes de obras originales, pero no son lo mismo. Ni siquiera son una copia. Son una adaptación a un producto en sí mismo: el manga”, explica. “Es un género en su propio derecho. Si vemos el manga como una reproducción de la literatura o el ensayo, la obra quedaría muy reducida. Estos libros son un intento de crear algo nuevo. Es el resumen de una obra en un nuevo formato”.
El editor cuenta que el manga le ha abierto las puertas de nuevas librerías: “Con estos libros hemos entrado en establecimientos donde nunca habíamos estado”. Pero el manga no solo tiene llaves del espacio físico. También las tiene del mental.
–Una profesora nos dijo que, con la Divina comedia, el manga, por fin sus alumnos se habían interesado por Dante.
Zaratustra tiene los ojos rasgados. Es blanco y negro y está delimitado por dos dimensiones. Esta vez, el personaje de Nietzsche no se halla en cientos de líneas de texto, sino en viñetas. Es un Zaratustra manga. La obra del filósofo alemán inspira un libro de casi 200 páginas que muestra, en dibujos, parte de su pensamiento sobre el superhombre.
Así habló Zaratustra, el manga fue el primero. Después llegaron los mangas inspirados en El arte de la guerra, de Sun Tzu; El capital, de Karl Marx; El contrato social, de Jean-Jacques Rousseau; El príncipe, de Maquiavelo; y La divina comedia, de Dante. Los seis libros forman la colección Manga de la editorial Herder y, en apenas unas semanas, llegará uno más: La Ilíada y la Odisea, el manga, de Homero.
El manga moderno nació hace unos 70 años. Japón había perdido la guerra y se defendía, culturalmente, de la ocupación estadounidense. Una de sus armas fue retomar y desarrollar un tipo de dibujo que inventaron en ese país a finales del siglo XIX. El manga, desde entonces, se hizo imprescindible entre las formas literarias y divulgativas de los nipones.
El manga abarca todos los géneros y tiene todo tipo de públicos. Esta narrativa, a menudo, introduce temas a algunos lectores que, de otra forma, nunca se interesarían por ellos. Ocurre, por ejemplo, con la filosofía. Muchos jóvenes en Japón no se sienten atraídos por los clásicos del pensamiento y la literatura. East Press lo sabía. Pero en la editorial, un día, se preguntaron si esos ensayos despertarían el interés de los nipones contados en manga.
Empezaron publicando El precepto roto (1906), del novelista japonés Toson Shimazaki, en julio de 2007. Desde entonces hasta ahora la colección ha crecido en más de cien libros. Entre ellos están El capital, de Marx; Crimen y castigo, de Dostoyevsky; Guerra y paz, de Leo Tolstoy; La metamorfosis, de Kafka; Los miserables, de Victor Hugo; Moby Dick, de Herman Melville; La interpretación de los sueños, de Freud; o el Kama Sutra, de Vatsyayana.
Mientras tanto, en Barcelona, la editorial Herder publicaba un libro que explicaba cómo aprender a leer kanjis (Kanji para recordar. Guía sistemática para la lectura de los caracteres japoneses). Un día, uno de los autores del libro, Marc Bernabé, comía con el editor, Raimund Herder. En la conversación salió el manga y el editor preguntó:
–¿Hay otras formas de presentar textos de filosofía para un público más amplio? ¿No se podrían hacer mangas de filosofía?
Bernabé le contestó que ya existían en Japón y quedó con el encargo de investigar qué estaban haciendo en aquel país. Herder descubrió así East Press y, al poco, llegaron a un acuerdo para la publicación de estos mangas en español. En 2011 apareció el primer libro: Así habló Zaratustra, el manga. Era toda una incógnita. “No sabía cómo iba a funcionar. Era un experimento”, cuenta el editor. “Y resultó todo un éxito. Ya va por la sexta reimpresión”.
Zaratustra animó a un segundo. Y el segundo a un tercero. Y así hasta el séptimo libro, inspirado en los poemas de Homero, en el año VIII antes de Cristo. El editor insiste en esta palabra: “inspirado”. “El manga es un género en sí mismo. Estos libros resumen partes de obras originales, pero no son lo mismo. Ni siquiera son una copia. Son una adaptación a un producto en sí mismo: el manga”, explica. “Es un género en su propio derecho. Si vemos el manga como una reproducción de la literatura o el ensayo, la obra quedaría muy reducida. Estos libros son un intento de crear algo nuevo. Es el resumen de una obra en un nuevo formato”.
El editor cuenta que el manga le ha abierto las puertas de nuevas librerías: “Con estos libros hemos entrado en establecimientos donde nunca habíamos estado”. Pero el manga no solo tiene llaves del espacio físico. También las tiene del mental.
–Una profesora nos dijo que, con la Divina comedia, el manga, por fin sus alumnos se habían interesado por Dante.
Es una pena que en algunas de las obras (Así habló Zaratustra, El Príncipe) sospecho que el guionista no había leído la obra original sino algún resumen tendencioso, pues me dio la sensación que el relato estaba alejadísimo del original, muy distorsionado.
Interesado en el material. De filosofia y sociologia. Espero mas info. Gracias.
Grandes filosófos y pensadores y su mensaje poco trillado en formato cómic, con un toquecillo de influencia infográfica y con ilustraciones artísticas únicas de coloridos estilos mentales y formas canviantes, no necesariamente Manga, es un género genuinamente marabadiano que los japoneses copiaron con carácter retroactivo cuando el peor de los futuros se explicaba en tiempo pasado para prevenirlo. :Algún día alguien los recopilará en un libro que marcará un hito en la difusión popular de la cultura, que no de la cultura popular. 🙂
Y sólo entonces, o quizás ahora, la difusión popular y desenfadada de los valores humanos inmortales, la verdadera cultura de nuestra Civilización humana en un mundo en cambio donde todo es terra incógnita, junto con el rumbo correcto hacia el faro tapado por nubarrones en movimiento, retroalimentará ciberneticamente la cultura popular. Y los valores humanos inmortales empezarán a ser percibidos como populares cuando mas se necesita. : )
Estimados, me interesa muchísimo sus propuestas. Soy profesora en Chile de niños de 5 y 6 de preparatoria y estoy interceda que ellos lean clásicos de la literatura universal a través de esta expresión literaria.
Me podrían decir qué títulos tienen.
Saludos, Jimena Álvarez
Es una pena que en algunas de las obras (Así habló Zaratustra, El Príncipe) sospecho que el guionista no había leído la obra original sino algún resumen tendencioso, pues me dio la sensación que el relato estaba alejadísimo del original, muy distorsionado.
Interesado en el material. De filosofia y sociologia. Espero mas info. Gracias.
Grandes filosófos y pensadores y su mensaje poco trillado en formato cómic, con un toquecillo de influencia infográfica y con ilustraciones artísticas únicas de coloridos estilos mentales y formas canviantes, no necesariamente Manga, es un género genuinamente marabadiano que los japoneses copiaron con carácter retroactivo cuando el peor de los futuros se explicaba en tiempo pasado para prevenirlo. :Algún día alguien los recopilará en un libro que marcará un hito en la difusión popular de la cultura, que no de la cultura popular. 🙂
Y sólo entonces, o quizás ahora, la difusión popular y desenfadada de los valores humanos inmortales, la verdadera cultura de nuestra Civilización humana en un mundo en cambio donde todo es terra incógnita, junto con el rumbo correcto hacia el faro tapado por nubarrones en movimiento, retroalimentará ciberneticamente la cultura popular. Y los valores humanos inmortales empezarán a ser percibidos como populares cuando mas se necesita. : )
Estimados, me interesa muchísimo sus propuestas. Soy profesora en Chile de niños de 5 y 6 de preparatoria y estoy interceda que ellos lean clásicos de la literatura universal a través de esta expresión literaria.
Me podrían decir qué títulos tienen.
Saludos, Jimena Álvarez
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